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Cerca del miedo (2012) “Terror en vivo, tan cerca que hasta puede tocarte”

“Cerca del miedo” es el último espectáculo de la compañía independiente madrileña Factoría de Terror, la cual lleva en activo nada menos que siete años y que recientemente se ha embarcado en la producción del cortometraje “Entre polvo y sangre”. La dirección corre a cargo de David Goole, y el reparto está compuesto por Alejandro de la Vela y Zida Martín, fundadora de la compañía.
Este espectáculo está compuesto por dos obras diferentes. “Año de llantos”, basado en un relato de Teo Rodríguez, y “Año de cicatrices”.

¿Y qué nos propone “Cerca del miedo”? Un espectáculo diferente y atrevido, donde la cercanía al espectador es la gran baza que maneja la compañía. Porque la puesta en escena es muy aséptica y concisa. No hay grandes decorados, ni grandes luces. Es un teatro, aunque no llega a ser ni teatro ni, el recientemente de moda, micro teatro, en vivo, pero tan cercano al público que hasta puedes sentir la respiración de los actores. Siendo esta una de las grandes sorpresas de la representación. Aunque, ciertamente, heché algo en falta algo más de luminosidad durante las representaciones, y aunque se juega mucho con los claroscuros, hay momentos donde perdemos parte de la acción, especialmente en el relato “Año de llantos”.

De todos modos nos adentraremos en ambas representaciones. La función comienza con una pequeña presentación de David Goole, el cual hace de maestro de ceremonias. Y el cual nos habla sobre el miedo, y sobre lo que vamos a presenciar. Me sorprendió el tono y el tempo usado para esta presentación, muy destacable aunque puede llegar a saturar debido al tempo, ya que está algo forzado y, en momentos, puede llegar a saturar o ha cansar.

Entramos entonces de lleno en la primera de las obras. “Año de llantos”, donde veremos como una pareja en la cama comienza a tener pesadillas, y bueno, no vamos a desvelar la historia. Es interesante la buena relación que tiene los actores, lo cual ayuda al devenir de la historia. Historia está algo coja en algunos puntos, ya que si bien el justo decorado y atrezo tienen un peso importante en la trama, toda la historia está contada de forma algo a trompicones, y crea algo de confusión en el espectador. De hecho al llegar al final uno no sabe muy bien que ha sucedido, y se queda con ganas de mas, pero no por haber visto algo sobresaliente, sino porque quedan preguntas y dudas sobre lo visto. Aparte el tramo final de la obra está algo forzado, y quizá se eche algo en falta un uso, y hasta abuso, del sonido o la propia iluminación, usada en esta representación de forma tenue y con cambios muy suaves, y quizá falte algo más de dureza o mala leche en algún punto.

Posteriormente retoma su papel el narrador, el cual realiza un diálogo acerca del miedo mientras prepara la siguiente representación. Es muy llamativo el uso, y hasta abuso, de los tiempos muertos, como comenté antes. Siendo durante todo el comienzo del diálogo algo muy positivo, pero quizá este diálogo dure demasiado, y en el tramo final queremos ya embarcarnos en la siguiente obra. Además, al estar David sin caracterizar le quita algo de importancia, y casi realismo, a su discurso, y, especialmente, a su tono. El cual es muy solemne y literario.

Así llegamos a “Año de cicatrices”, un gran relato corto representado con valentía y con ganas de sorprender. Algo que se consigue de sobra. Porque en este relato tanto Álvaro como Zida están soberbios, y su caracterización es más que acertada, solo me falló la barba bien afeitada de Álvaro…jaja
Esta obra está claramente inscrita en el Torture porn mas de moda, pero tratado de forma dinámica y valiente. Quizá un trabajo bien cercano al Grand Guiñol francés, salvando las distancias. No hay que esperarse nada original, nada más tenemos a los actores y todos sus acontecimientos a menos de un metro de distancia, y es aquí donde reside toda la originalidad de esta función. Donde seremos testigos de una tortura y aunque queden bastantes cabos sueltos de guión, la potencia de la representación los palia totalmente.
Además tendremos un momento gore, muy conseguido con medios más que escasos, que sube la adrenalina del espectador, el cual quiere que esta obra dure mucho mas. Porque el gran fallo de esta obra es su corta duración, la tensión va in crescendo y una vez que termina queremos algo mas, queremos que se estire algo más historia. Siendo esto realmente positivo.

Por lo que tenemos una obra teatral muy original, mas ahora en pleno auge del micro teatro, que es del todo recomendable para los amantes del terror. Eso sí, hay que saber lo que se va a ver, y el presupuesto con el que se cuenta. Y aunque haya pequeños flecos mejorables, el conjunto de la obra es positivo, yendo, claramente, de menos a más.

La Mansion del Terror - 7.8

7.8

Género; Teatro- Fantasma- Tortura

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