Estamos ante el último largometraje de género dirigido por el prolífico Alfredo B. Crevenna, responsable de títulos tales como La dinastía de Dracula, 1981, o diversas entregas de Santo, Blue Demon o Neutrón, lamentablemente moriría cuatro años más tarde abandonando la creación de películas por este trágico motivo, un grande sí señor.
En este último trabajo de género cuenta con un guión del prolífico Carlos Valdemar, responsable de los libretos de Vacaciones de terror, 1988, o El diabólico triangulo de las Bermudas, 1978, entre otros, y cuenta con el mítico Fernando Almada como actor protagonista, uno de los mas míticos y representativos actores mexicanos con más de 150 películas a sus espaldas donde cabe destacar Ladrones de tumbas, 1989, o Los jinetes de la bruja, 1966, que está acompañado de otros actores clásicos, Crevenna sabia rodearse de veteranos, así vemos a Roberto Castañedo, con más de 300 títulos a sus espaldas, Lina Santos, otra habitual del cine de acción mexicano de los noventa, o Alfredo Wally Barrón, que moriría ese mismo año, sin olvidarse de Inés Murillo, o Julieta Rosen, vista en La máscara del zorro, 1998, o Colmillos, el hombre lobo, 1993.
La sinopsis la realicé yo ya que es muy complicado encontrar información de esta película, eso que el cine mexicano de los ochenta y noventa fue muy prolífico, pero a su vez se exportó escasamente al viejo continente, así solo ahora en la era del internet se consiguen ver estas películas.
Pero entremos en el asunto, porque cuando conocí esta cinta picó sobremanera mi curiosidad, la mezcla de un asesino en serie y muñecos asesinos con Crevenna y Almada de por medio me inspiraba mucha confianza, y aunque no cumplió mis expectativas al menos si he de admitir que me entretuvo y que el tramo final solventa los momentos menores de la primera parte de la cinta.
Y es que Crevenna deja todo el peso argumental en hombros de Almada, algo bastante lógico conociendo a este, pero si bien la dirección de actores queda algo liberada la propia dirección flaquea con momentos lentos, sin ritmo y, en alguna ocasión, algo tediosos, y es que a Crevenna le faltó un poco más de mala leche o valor de crear un producto más comprometido con el terror, ya que se queda a medio gas y aunque la cinta resulta interesante y satisfactoria quizá le falta algo, como una banda sonora mas recordable, o menos licencias para con la niña y los muñecos.
Y es que quizá el fallo de esta cinta sea la dirección de actores, así Almada destaca sobremanera con una interpretación potente, nada sobreactuada y siendo lo que el libreto pedía, un déspota que pronto crea ira al espectador, de lujo por Almada, pero la pobre niña, Karla Talavera, se ve abrumada y se la nota mirar a la cámara en no pocas ocasiones, o perder el ángulo del rodaje, siendo estos fallos de la dirección de actores, que la niña bastante hace, y bastante bien por cierto, con mantener a flote su personaje que, encima, es un carácter casi tan principal como el del propio Almada, además que esta participa en las dos secuencias más dramáticas, compartiendo plano con Almada y Roberto Cañedo, quizá demasiado para esta niñita, aunque lo solvente con cierta frescura.
Pero lo que sí que hay que destacar es a los muñecos y su caracterización, y la trampa que usa Crevenna de forma perfecta, emplea unos muñecos del tamaño de enanos e intercambia a estos a su beneplácito, así al tener unos muñecos tan aparecidos a estos enanos la fuerza que ganan los mismos es apabullante, además Crevenna los intercambia de manera inteligentísima, así el momento final, que se hace demasiado de esperar, nos deja encantados con lo visto, aunque me pareció que están más estiradas las partes menos importantes, así heché mucho en falta ver alguna actuación de El Griego y la niña disfrazada de muñeco, siendo este un pequeño grave error.
Algo similar podríamos decir del comienzo de la ola criminal de El Griego, ya que si bien le vemos realizar un cambio brusco al descubrir las habilidades de su hija, su comportamiento va cambiando de forma algo licenciosa aunque bastante salvada por el propio Almada, aunque aquí Crevenna volvió a sorprenderme al mostrarnos algunas muertes gráficas a la par que unas secuencias de las niñas viendo como su padre entierra a gente recién muerta, lástima que en este momento la banda sonora no fuese mas poderosa.
Aunque, como ya apunté anteriormente, el tramo final es lo más potente, así el enfrentamiento entre los muñecos y El Griego, aunque algo corto, es muy sorprendete y terrorífico, aunque nos deja con ganas de algo mas, porque Crevenna parece estar cómodo en esta secuencia, por eso no entiendo como en el montaje resultó tan corta.
Último trabajo de género de Alfredo B. Crevenna, donde si bien se le nota algo mayor y ya poco valiente, nos lega un correcto título de muñecos asesinos en la más pura moda ochentera y setentera, con tintes terroríficos e infantiles que como mezcla cumple, y si bien da la sensación de haber podido ser un título mejor no debemos dejar de reconocer que es entretenido, y que demonios siendo el último trabajo del gran Crevenna ya gana enteros.
La Mansion del Terror - 6.1
6.1
Género; Asesino en serie - Muñecos