Crítica- Ártico (2018)

“Correcto survival en al ártico con un Mikkelsen soberbio. El frío te atrapará”

No son pocas las cintas de supervivencia que se han ubicado en entornos helados. O quién no recuerda el final de la maravillosa criatura de Frankenstein en el polo Norte. En esta ocasión el director novel brasileño Joe Penna decide llevar a estos rincones “inhóspitos” al veterano actor Mads Mikkelsen, que él solito, y como de un moderno Robinson Crusoe se tratase, lleva todo el peso de este drama de supervivencia. Comentar que Penna es un famoso youtuber que consiguió el respaldo en Islandia para realizar este largo, que cosas..

Pues estamos ante un drama que aglutina los mejores y peores elementos del subgénero de las Survival, y aprovecha, asombrosamente, la ubicación que decide utilizar como eje argumental.  Parece, esto nunca se explica, que Mikkelsen es un piloto que ha tenido algún tipo de accidente en un viaje sobre el ártico, y allí trata de sobrevivir usando mil y un trucos. Si, como si de un McGiver se tratase, pero en un entorno helado. Y aquí, acierto de Penna, si se aceptan, fácilmente, todas las licencias argumentales de este momento de supervivencia. No me digáis porque, pero todo es, o se hace medianamente, aceptable. Nada desentona, hasta más tarde, y todo cumple en cierta medida. Ya que estas acciones nos hacen ir conociendo al personaje. Ya que si bien no sabemos nada de él, con sus acciones, más o menos, vamos empezando a conocerle. Una forma mas de perfilar un personaje, y no es mala.

Y quizá cumpla debido a una fotografía y puesta en escena maravillosa. La dirección de fotografía de Tómas Örn Tómasson es excelente, mostrando constantemente unos cuadros del ártico preciosos y preciosistas, los cuales enfatizan la desolación del personaje. Porque el propio ártico es uno de los personajes principales de la cinta. Lo mismo que Mikkelsen y su compañera Maria Thelma Smáradóttir, prácticamente debutante en este largometraje, que si bien tiene un papel sumamente importante en la trama, no acaba de aportar nada realmente llamativo. Eso sí, cumple con creces en un perfil sin matices, aunque debió tenerlos, algo que dice mucho a su favor.

Porque esta producción trata de sacar el máximo partido a las excepcionales calidades interpretativas de Mikkelsen. El cual ha conseguido un gran renombre debido a sus últimas apariciones en cintas de Hollywood de gran presupuesto, (Dr. Strange- 2016, o Rogue one- 2016). Y con ese nombre que se ha ganado a pulso poder contar con una mayor distribución y repercusión internacional. Y vaya si lo han conseguido.

Pero esta cinta tiene algún que otro momento menor. Cierto es que el tempo que usa es muy acertado para el tipo de historia que se nos está contando. El cómo se nos muestra las consecuencias de la meteorología en el cuerpo de Mikkelsen están también muy bien colocadas a lo largo de este inicio, y casi de toda la película. La aparición del helicóptero y la irrupción de la mujer ídem. Y así hasta la decisión de desplazarse en busca de la supervivencia también.

Todo correcto, de acuerdo. Pero en este camino, donde es lógico que tengamos momentos tensos y dramáticos, hay varios elementos menores. Uno, y principal, es que parece que a los supervivientes parece que les sale casi todo mal. Y cuando no es así suceden cosas algo inverosímiles. Como ya apunté anteriormente las licencias de esta cinta son bastante llevaderas, pero el crear un iglú, o cueva, en cinco minutos me pareció del todo exagerado. Por ejemplo. Algo similar me pasó con la irrupción del oso blanco. Demasiado increíble. Escena potente, totalmente de acuerdo, pero demasiado increíble para con el tono de la película en sí. Ni que fuese Infierno blanco (2011) donde Liam Nesson era perseguido por una jauría de lobos, también en tierras heladas, por cierto.

Y no, no quiero decir nada de la “resurrección” de la muchacha y de cómo Mikkelsen  regresa después de la caída. Lo acepto sin más. Aunque este elemento es algo menor ya que desvirtúa la trama en cierto modo. Llegamos al punto de todo vale, parece que aquí Penna se creció.

Pero todas estas “licencias” de más son paliadas con el final. Igualmente licencioso, completamente de acuerdo, pero totalmente acertado. Creando un in crescendo emocional que nos hace estar con Mikkelsen y su desesperación.

Porque hay que reconocer que Mikkelsen consigue hacer por si solo destacar esta película, y consigue que el espectador empatice totalmente con su personaje y sus desesperación relajada. Ya que vamos viendo la evolución emocional del personaje y como domina la desesperación, donde, en cierto modo, se la traslada al espectador. Enorme trabajo el suyo.

Por lo que tenemos otra cinta de supervivencia que se acerca a los parámetros del drama, pero que no olvida su base de “Survival”. Donde el propio ártico juega un papel especial, y donde todos los rubros técnicos nos hacen disfrutar con un destacable largometraje. Lástima que no tenga más repercusión. Ya se sabe, presupuesto ajustado y procedencia islandesa, pues en pequeños circuitos. Pero, desde luego, si tienes ocasión no os la perdáis.