Crítica- Body count (1987)

“Flojo slasher coproducido entre Italia y USA y dirigido por el especialista Ruggero Deodato”

El bueno de Ruggero Deodato se sumò a la fiebre del slasher ochentero con esta coprocuddiòn italo-estadounidense, tratàndo asì de abrirse una puerta en el mercado yankee. Atràs quedan sus joyitas, como Holocausto canibal o Trampa para un violador. Cuenta con un elenco reconocible con grandes estrellas del gènero, como David Hess, La ùltima casa a la izquierda o Trampa para un violador, Charles Napier, Supervixens o Aliens del abismo, Mimsy Farmer, Autopsia o Tensiòn, e Ivan Rassimov, visto de moreno, recordado por El país del sexo salvaje o La orgía de la sangre. Estàn acompañados de Bruce Penhall, campeòn de motociclismo de la època con poca carrera dentro del cine, Luisa Maneri, El gato negro, Stefano Madia, La miel del diablo, John Steiner, Tenebre, Nancy Brilli, Demons 2, Valentina Forte, Cut and run, o Elena Pompei, Paganini horror.

Unos jòvenes van a pasar el fin de semana al campo ignorando la leyenda del viejo Shaman, el cual se dedica a matar a hombres blancos como venganza. Robert Ritchie ya viviò un ataque en los setenta y està dispuesto a detenerlo, pero su hijo se ha unido a los jòvenes, que pronto comenzaràn a aparecer muertos. Mientras el Sheriff Charlie y Julia Ritchie mantienen una historia de amor en secreto.

Copia indiscriminada de los cànones marcados por Viernes 13, pero con resultados algo pobres debido a una direcciòn plana, un guiòn inestable e incoherente, una fotografìa inexitente, una banda sonora que no aporta nada, actuaciones reguleras, gore pobre y la mala costumbre de mostrarnos chicas desnudas para poder salvar el producto, como sabiendo que lo que se està haciendo es algo pobre y se busca dar algo de carnaza para hacer la pelìcula mas llamativa, que triste.

La verdad es que a finales de los ochenta varios directores europeos trataron de subirse al carro del slasher yankee e hicieron cintas muy menores, ¡con los grandes giallos que nos dejaron algunos de ellos¡
Aquì hasta el killer es algo ridìculo, con una màscara de Shaman, bastante cutrona, y una especie de capa negra que queda algo pobre en general. Toda su historia no està casi explicada, y es que el guiòn, lamentablemente, no hay por donde cogerlo.

Ademàs los perfiles son flojos, tratan de crear los personajes tipo y no se consiguen. Quizà los mas acertados sean los del amigo bromista, aunque desespere en ocasiones, y alguna de las chicas en sus momentos de mas de zorronas, el resto es bastante cutre. Hay hasta escenas calcadas de los grandes slashers de la època, pero mucho mas flojas, claro està.

Al menos el bueno de Deodato nos muestra a todo el elenco femenino desnudo, pero sin ton ni son, algo que alegra pero no ayuda a mejorar este flojo producto.
El gore es algo simple, Deodato juega con el espectador, muestra algunos crìmenes, otros no, y sì, los difìciles, o mas complejos no se muestran, faltarìa menos. Donde quedarìan los tiempos de las burradas canìbales de Deodato.

La parte final es para verla, con tramas mezcladas. La trama sobre el trío amoroso es absurda a mas no poder, quizà ideada para poder ver a los actores involucrados, que son los veteranos y tienen que hacerse ver. Y un final, que se ve venir desde casi el inicio de la pelìcula, que nos deja algo alicaídos del slasher tan flojito que hemos visto. Y hasta nos ofreceràn un sustito final, deudor de Viernes 13 tambièn, que es muy flojo. Una làstima.

Slasher coproducido entre Italia y USA y dirigido por el especialista Ruggero Deodato, siendo un producto menor que no ofrece casi nada interesante. Es simplemente una copia descarada de los cànones de los grandes productos provenientes de USA, tipo Viernes 13, The burning o Campamento sangriento. Lamentablemente copia de forma burda y no consigue crear un producto animado, de hecho se salvan pocas partes de la cinta. Aunque he de reconocer que un vistacillo tiene, mas aùn para los devoradores de los slasher ochenteros.

Óscar Arias