“Enésimo, y cutre, telefilm de cocodrilo asesino”
Una de las últimas explotaciones con Cocodrilo de por medio, esta vez dirigida por el veterano Stewart Raffill, recordemos su gran El experimento Philadelphia de la década de los ochenta. Parece que en los últimos años a retomado el género con la que nos ocupa, Three o Mysterious, aunque contando con bajos presupuestos. El elenco es internacional, tiene actores Thailandeses y norteamericanos, aunque bastante novel, de hecho para la mayoría del elenco este es su primer largometraje. Como reclamo cuenta con Michael Madsen, Kill Bill o Reservoir dogs, aunque siendo un telefilm no le veo excesivo sentido, del resto del elenco podemos destacar a Elizabeth Healey, Billete al infierno o Marabunta, y a Nophand Boonyai, Boa.
Croc Hawkins persigue a un cocodrilo de seis metros que ha sembrado la muerte por las costas Thailandesas, ahora ha vuelto a matar. Jack McQuade, dueño de un criadero de cocodrilos, tratará de capturar a este brutal cocodrilo, pero tendrá que unirse a Croc para poder acabar con el terrible animal.
Enésimo telefilm de cocodrilo asesino, y otra vez en aguas Thailandesas, lo que me auguraba buen gore, recordando a Cocodrilo asesino. Grasso error por mi parte. Estamos ante un producción norteamericana situada en Thailanda donde lo que parece es que el elenco y el equipo técnico se han ido a pasar unas vacaciones. Los rubros técnicos son bastante flojos, la fotografía es bastante cutre, durante el día hay mucho brillo y hay pocas escenas nocturnas, casi mejor, banda sonora no hay, y si la hay es como si no existiese y el elenco está flojo y desorientado, debido a los cutres perfiles, además de ser bastante tópicos. Al igual que Stewart Raffill, el cual no es capaz de dar una pizca de fuerza a esta cinta, ni si quiera en el montaje final.
Un aparte merece Michael Madsen, está del todo apático y desconocido. Aunque en otras cintas se le ha visto igual de desanimado con su sempiterno rostro de mal rollo, quizá tuviese que pagar alguna factura y le hacía falta rodar esta cinta, aunque haber puesto algo de interés no creo que le hubiese matado.
El cocodrilo está bastante mal elaborado y sus ataques son demasiado cutres. Al menos en algún momento tenemos buenas dosis de gore, aunque los ataques del cocodrilo ni se muestren en primer plano. Y los que lo hacen abusan de la cámara rápida y del ángulo muerto. No tienen ninguna fuerza, una pena.
Aparte la cantidad de licencias y fallos tanto de racord como de continuidad hacen todavía peor a este producto. Si el cocodrilo ataca a la parte de la cabeza de una víctima acto seguido aparece cogida de las piernas, o que en vez de matar se lleva a las víctimas a su “almacén”, con mucho cuidadito, eso sí, de un brazo, y así podría decir demasiados detalles.
Evidentemente tenemos un final del todo tòpico, pero rodado con muy poca fuerza. Quizá Stewart Raffill pudo hacer bastante mas, sobretodo crear algo de tensión o arriesgar algo. Y la muerte del cocodrilo es muy mala, por no decir patética.
Un telefilm de terror acuático, en esta ocasión con un cocodrilo, que no es capaz de mostrar nada, ni de despertar al espectador con ningún detalle, ni con los ataques. Quizá lo mejor sea la portada y algún pequeño detalle de algún ataque, pero nada reseñable, afortunadamente hay mejores títulos con cocodrilo de por medio, y mucho mas salvajes. En definitiva, una especie de explotación que no aporta nada.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 4.4
4.4
Género; Cocodrilos - Animales