Crítica- Descanse en piezas (1987)

“Insulsa cinta que mezcla fantasmas, demonios y terror psicològico de forma bastante burda”

Otra de las co-producciones España- USA dirigidas por José Ramón Larraz, y de nuevo con resultados bastante discretitos. Recordemos otros trabajos de Larraz, Al filo del hacha o Los ritos sexuales del diablo. Cuenta con un elenco reconocible, con veteranos del gènero, asì veremos a Dorothy Malone, The day time ended, Patty Shepard, Sumario sangriento de la pequeña Estefania, Jack Taylor, S.O.S invasión, Tony Isbert, La saga de los Dràcula, Fernando Bilbao, Dràcula vs Frankenstein, Carole James, Serpiente de mar, o Daniel Katz, Historia sexual de O.

Helen Hewitt recibe la herencia de su Tía Boyle y viaja junto a su marido, Bob, a sus nuevas pertenencias, allì se encontrarà con unos extraños vecinos y sirvientes que guardan oscuros secretos. Pronto Helen descubrirà que todos murieron en una instituciòn mental y su difunta Tía se le aparece. Asì Bob y Helen tendràn que hacer frente a este grupo de zombies que solo quiere mantenerse en sus territorios.

Insulsa cinta que mezcla fantasmas, demonios y terror psicològico de forma bastante burda, de hecho lo referente a los zombies recuerda a Muertos y enterrados pero en muy flojo. Quizà la parte fantasmal sea algo mas interesante aunque al no ser muy intensa queda algo desdibujada. Tenemos un guiòn flojo, mal desarrollado y peor planteado en imàgenes, si a esto añadimos una direcciòn muy pobre que comete innumerables errores, una fotografìa muy oscura o una banda sonora mala y mal colocada, pues nos deja un producto bastante menor, desgraciadamente.

Ni las actuaciones se salvan, Lorin Jean Vail se preocupa mas en taparse en las incontables ocasiones en que Larraz la hace estar desnuda, algo que nunca viene a cuento y queda fatal, mas que en realizar una digna interpretaciòn. No obstante su carrera profesional es pequeñísima. Del resto del elenco no se puede destacar a nadie, todos los perfiles son flojos y a ningùn actor le dan tiempo para demostrar algo. Solo vemos momentos sobreactuados, detestable el cura, por cierto.

Los efectos fantasmales o apariciones estàn muy mal montados, hasta algunos de ellos duran medio segundo, como si ni siquiera existiesen, una pena. Al menos hay un par de muertes y efectos gore interesantes, el mas recordado el de la cara de Jack Taylor, mas por quièn es, que el como està hecho. Ademàs el cercenamiento de la mano del que se viste de nazi, algo que no se sabe porque es, es mucho mas potente.

Hay que rememorar el “baño de sangre” con la banda de mùsica, al cual le falta fuerza y mas gore o mala leche, ahì Larràz pudo demostrar algo, encima recuerda al estilo de la matanza final de Una gota de sangre para seguir amando, pero sin la fuerza de esta, lamentablemente se queda a mitad de camino de ninguna parte.

Por otra parte el tramo final està forzado a mas no poder, con actores deambulando sin rumbo por la cinta y dejàndonos un final tramposo, de nuevo deudor de Muertos y enterrados, que resulta casi de lo mejor de la cinta, aunque le falta algo de fuerza. La elecciòn del aviòn y poner a diversos actores como pilotos nunca me entrò en la cabeza.

Otro producto menor firmado por Josè Ramòn Larraz, que ademàs cuenta con el nefasto Josè Frade en la producciòn. Es encomiable el intento de conseguir rodar algo exportable, pero los resultados son ciertamente menores. Esta trata de explotar algunos elementos de cintas mayores pero de forma tan burda que hasta llega a desesperar al aficionado. Aùn asì es una curiosidad de nuestro cine.

Óscar Arias