Crítica- Doctor Blood´s coffin (1961)

“Otra explotación del mito del Dr. Frankenstein”

Sidney J. Furie, director conocido gracias a la clásica El ente, comenzó su andadura dentro del cine de género con esta explotación del mito de Frankenstein, tomando un guión de Nathan Juran, director de diversas cintas de Sci-fi en los 50 y 60. Otros títulos de Furie son Devil doll, The snake woman, o Superman 4, ente otras. Nuestro Mad Doctor está interpretado por Kieron Moore, al que hemos visto por La semilla de espacio o Crack in the world, está acompañado de la Screem Queen Hazel Court, vista por Devil girls from Mars, o La máscara de la muerte roja, y de Ian Hunter,[La torre de Londres, 1939], Fred Johnson,[El sabor del miedo, 1961], Paul Hardtmuth,[La maldición de Frankenstein, 1957], o Gerald Lawson,[La momia, 1959].

El Dr. Peter Blood regresa a su pueblo natal, donde ejerce su padre, para retomar sus experimentos donde trata de crear vida humana, esto le sirvió para ser expulsado de la Universidad de Viena. El Dr. Blood pretende transplantar los corazones de gentes menores a grandes personajes de la historia para el bien de la humanidad. Así están desapareciendo personas del pueblo. El Sargento Cook se ocupa del caso, pero solo la enfermera Linda Parker, que tiene una relación sentimental con el Dr. Blood, se dará cuenta de los desvaríos de su amado, el cual, encima, está experimentando en el cuerpo difunto del marido de esta.

Explotación algo personal y con un guión bastante flojo del mito de Frankenstein. En esta ocasión nuestro Mad Doctor, con un genial apellido “Sangre”, tratará de mejorar la especie humana transplantando corazones vivos a cuerpos muertos, pero claro, para ello tiene que asesinar a sus víctimas y no duda en absoluto en hacerlo. Pero si bien el argumento tiene su interés, recordemos aparte que la cinta data de 1961, el guión es algo pueril y no es capaz de crear una linealidad de la historia. Es decir, muchos diálogos son algo incoherentes, hay licencias demasiado profundas, y algunos personajes no hacen más que confundir.

Así aunque Sidney J. Furie trate de dirigir la cinta de forma coherente le resulta bastante complicado. Y los resultados son algo pobres, aunque teniendo en cuenta que es un título de bajo presupuesto si resulta más llamativo, sobretodo por la competente interpretación de Kieron Moore.

Por que en el papel e interpretación de Moore reside todo lo bueno y malo de la película, siendo esto debido a sus extraños momentos de lucha interior entre el bien y el mal. Con cambios de registro, muy bién elaborados por Moore que brilla a gran nivel aunque su personaje sea tan caótico. De hecho su relación con la enfermera Parker, interpretada de forma muy competente por Hazel Court, no deja de estar manipulada por una tercera persona, en este caso el director, por el “bién” del film, creando esto incoherencias y cambios excesivamente drásticos en diversos personajes.

Es curioso lo remarcado de los cambios de personalidad del Dr. Blood, donde Furie trata de crear algo impactante pero sin conseguirlo. De hecho en las operaciones solo veremos un par de corazones ya que el gore no estará presente como reclamo, sino más bien aparece por casualidad y como apoyo argumental, nada más.

Por otra parte la trama policial es bastante pobre, el Sargento Cook es un personaje muy mal planificado y la resolución de las desapariciones recaen más bien en la enfermera Parker y el padre del Dr. Blood, aunque todo esto está demasiado falto de ritmo. Ritmo que, misteriosamente, se incrementa en la interesante e intensa parte final donde disfrutaremos con la aparición de un zombie, que me recordó a los vistos en la posterior Plaga zombie de la Hammer. De hecho toda la parte en la mina recuerda a dicha película. Y un desenlace muy potente, lástima que toda la película no hubiese tenido la fuerza en la dirección que se muestra aquí, al igual que un guión menos burdo y algo mas real.

Otra explotación del mito del Dr. Frankenstein, con un Mad Doctor que también quiere devolver la vida, sobretodo a las grandes mentes del mundo para la mejora de este, casi nada. Lo malo es que el guión es algo flojo y la dirección no consigue sacarle un partido positivo, algo ciertamente complejo. Además tendremos un zombie que nos sorprenderá y saciará, en cierto modo, dejando así un título del montón, que destaca más por su título y su fecha de estreno que por otra cosa.

Óscar Arias