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Crítica- Infierno Bajo el agua (2019)

“El exceso de licencias te saca demasiado de un título que pudo dar mas de sí”

Desde el anuncio de la nueva película de terror del director francés Alexander Aja, contando con producción de todo un Sam Raimi, el hype fue subiendo como la espuma. Más aún viendo las noticias, trailers e imágenes de esta incursión en el universo del cine de catástrofes con caimanes de por medio. Género algo denostado históricamente, aunque nos haya dejado alguna que otra joyita, eso sí, dentro de la Serie B. ¿Pero es la que más nos gusta, no?

Por eso la premisa de un huracán y una avalancha de caimanes, en las manos de Aja, hacía presagiar algo grande, muy grande. Y gore, muy gore. Solo hay que recordar “Alta tensión” o el remake de “las colinas tienen ojos” para saber a que me refiero. Y la verdad es que gore tenemos, el suficiente que necesita la cinta, hasta ahí bien. Lo que me mató son las cantidades tan ingentes de licencias. Y si, me diréis que es cine fantástico, y que si los caimanes/ cocodrilos ya son algo licenciosos y todo lo que queráis. Pero qué queréis que os diga, las decisiones de guión y dirección siempre son un, venga ya, te estás pasando Aja. Y si, mola, es divertido, es tenso, pero es demasiado increíble. Si la película no se tomase en serio, no me hubiese sacado tanto de la trama. La cual ya de por si es de traca.

Y lo es debido al tono de la cinta, que trata de ser realista. Si fuese una serie B todo sería perfecto, si perfecto. Pero es que quieren hacer algo serio, tipo “Tiburón”, y no señores míos. Se han quedado en las antípodas. Y acepto que aparezcan caimanes en un sótano, y muchas más cosas, pero coño, que Kaya Scodelario, de la saga “El corredor del laberinto” y Barry Pepper, visto en la increíble “Campo de batalla: La Tierra” en (2000) como padre e hija, parecen indestructibles. Que se parten una pierna, pues nada, se colocan el hueso y a nadar o andar sin más. Que un caimán les muerde, pues nada, se sigue como si tal cosa… y no, que unos mueren partidos en dos, pero los protas son inmunes a todo. Os habéis pasado tres pueblos.

Así los perfiles de los citados Kaya Scodelario y Anson Boon dejan bastante que desear. Y si bien ambos realizan buenas interpretaciones son sus perfiles los que les dejan en un lugar algo medio, por no decir otra cosa. Porque Haley, la hija, nada hasta más rápido que los cocodrilos, y ya quisiera Lara Croft hacer la mitad de cosas que ella hace. Si hasta dejará encerrado a un caimán en una bañera. Si, el bicho entró, porque es muy tonto, y no puede romper una mampara de ducha… cosas de las licencias, me repito.

Y si, que tenemos escenas de tensión y terror. Tenemos gore, y escenas de relleno fantásticas. Como la del grupo de jóvenes y la tienda. Algo de relleno, pero el cómo está rodada la hace destacar. Ídem la referente a los policías. Así sí. Pero es que cuando comparamos esas con las que acontecen a padre e hija uno se queda petrificado. Lo siento, me pidieron mucho y no acabé de entrar en su juego. Además, todo lo referente al drama familiar lastra la trama más que otra cosa. Está como impostado y no ayuda más que a pedir la hora.

Porque muchos daban como seguro que esta sería la cinta de género del verano, y no, lo siento, pero no lo es. Cumple, si. Pero no es ninguna maravilla, ni de lejos. De hecho me hizo recordar con cierta nostalgia la estupenda, dentro de sus posibilidades, “La bestia bajo el asfalto” de 1980. Que daba lo que prometía, ni más ni menos. U otros títulos del terrible animal, que dan lo que dan. Sin mayor pretensión.

Además, no se nota en absoluto la mano de Raimi. Cosa que me dejó bastante sorprendido. Aunque bien es cierto que Aja es un director con el suficiente nombre como para rodar la cinta que tenga en mente, y dejarse de las opiniones de sus productores. Pero al vendernos tanto la figura de Raimi, si eché en falta algo de su toque. ¿Quizá en la citada escena de la tienda? No sé yo…

Por otra parte, si debo destacar el diseño de los caimanes. Muy bien creados e insertados durante todo el metraje. Ciertamente los efectos digitales están para esto. Que luego nos quejamos de las cintas de The Asylum, y cuando tenemos bichos creados de esta manera no decimos nada. Y la verdad es que han realizado un trabajo soberbio, al César lo que es del César.

Igualmente la banda sonora y la fotografía ayudan mucho a la creación de tensión. Aunque me sorprendió mucho los distintos tonos de imagen que deciden tener. Lleno de ocres que pasan a verdes o azules, pero haciéndolo, en varias ocasiones, de forma algo desigual. Algo que me gustó, he de decir, aunque me sorprendió. Aunque, quizá, la citada escena del baño me saturó de tono verde, pero seré yo… jajaja

Por otra parte, todo el tramo final deja con ganas de mas. Y eché en falta algo más de mala baba. Porque, de nuevo, las licencias no ayudan a entrar en la tensión, sino que te sacan. O al menos eso me pasó a mí. Que estoy seguro que a más de uno todo esto le encantará, aunque también habrá que piense distinto. Yo me quedo mas en término medio. Vamos, un sí pero no… Os habéis pasado. Tanto con el perro, la balsa, el tsunami y todo… que se os ha ido la cabeza… jajaja Quizá hace años me daba igual todo esto, pero van de tan serios, que no pude. Que el voy ha hacer.

Pero aún con todo no deja ser un entretenimiento más que recomendable. Ya que quien entre en su juego la disfrutará enormemente, y quien no lo haga al menos se sorprenderá de las distintas aventuras que sufren padre e hija para sobrevivir de los caimanes y su inteligencia desbordante.

Y aunque yo me esperase más, la verdad es que cumple. Al menos lo justo para pasar un rato entretenido.

La Mansion del Terror - 5.9

5.9

Género; Cocodrilos - Huracán - Terror

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