“Space opera ya vista, por mucho que digan, con mil trampas que funcionan a la perfección”
Han pasado mas de siete años para poder ver el segundo largometraje de Shane Abbes, su primer trabajo fue la descafeinada copia del éxito de la saga “Underworld” titulada “Gabriel”, la cual pasó sin mayor pena ni gloria. Para este su segundo trabajo se introduce en la ciencia ficción bajo guión propio escrito junto al músico Brian Cachia. Y aquí me sorprende leer muchos comentarios acerca de lo original del tema, y no estoy en absoluto de acuerdo, porque en títulos como “Galaxia prohibida” de 1982 o en “Pandorum” de 2009 ya vimos, muchos, elementos de esta historia. Que está bien lo de la originalidad, pero hacer revisiones de otras no es en absoluto negativo. No despreciemos a títulos anteriores, por favor.
Porque esta ”Infini” es una especie de batiburrillo de diversas Space operas recientes, con, quizá, un poco de metraje de más, al igual que un final que echa por tierra todo lo bueno conseguido anteriormente. Aunque, en líneas generales, estamos ante un buen trabajo de Abbes, todo hay que decirlo.
Y es que Shane Abbes ha sabido crear una atmósfera muy acertada basada en una fotografía de tonos azulados y oscuros, aunque no sea de las mejores vistas en títulos de este tipo de los últimos años, quizá debido a la excesiva oscuridad de demasiadas escenas. Apuntar que la dirección es bastante valiente, aunque algo torpe en pequeños, muy pequeños, momentos, donde da la sensación de que el director no sabe por dónde seguir. Aparte, el montaje juega un papel crucial, y en momentos clave Abbes decide mostrarnos un montaje excesivamente tramposo, pero que, curiosamente cumple. Y sí, me refiero, especialmente, a los planos de las “discusiones” entre Carmichael y Chester.
Otro elemento interesante son algunas de las actuaciones, que no todas. Así si bien el peso de la trama recae sobre Daniel MacPherson, en su primer título dentro del género y como protagonista, este tiene demasiados altibajos en su interpretación, aunque parecen provocados por inconsistencias del propio guión. Los momentos donde lucha contra la infección, aparte de contener demasiadas trampas, quedan algo raros, quizá debido a un montaje desigual.
Del resto del elenco cabe destacar, por méritos propios, a Luke Ford, que interpreta al citado Chester, al que hemos visto por las últimas entregas de la saga moderna de “La momia”, que realiza una interpretación sobria y adecuada a lo que de él se requiere. Lástima que tengamos metraje de más, y los momentos, realmente intensos anteriormente citados, se queden algo apagados debido al montaje y una planificación algo alocada.
Porque el gran “pero” de este título es lo que tarda Abbes en explicar la historia. En explicar qué está sucediendo en esa plataforma donde el equipo de rescate tiene dos misiones, por cierto, la primera, la de desactivar la bomba, está cogida por pinzas ultra ligeras. Vamos un relleno, que, por cierto, sobra a todas luces.
Así una vez concluida esta primera, y muy estirada, parte, comienza lo realmente interesante. Y es aquí donde encontramos elementos de otros títulos, como los ya citados o la saga “Residente vil”, o “28 días después”, entre otras varias. Algo que, por cierto, no es algo negativo, en absoluto. Más aun cuando Abbes sabe entremezclar todo con solvencia y valentía, y, aunque tenga momentos menores, o demasiado raros de montaje, nos regala unas buenas escenas llenas de tensión, que a veces parece no provocada aunque sí buscada, y terror.
Porque me quedó la sensación de que Abbes consiguió escenas muy potentes de forma del todo inintencionada, es decir, siendo algo buscado, le salió algo mejor de lo esperado de forma “accidental”. Así, de repente, todo funciona, y las trampas… también.
Así toda la parte central es una consecución de escenas de tensión, con gran cantidad de gore por cierto, y toques de survival, como no podría ser de otra manera. Si, la sombra de “Alien” también sobrevuela por este título. Y es que son muchísimos los títulos que nos vienen a la cabeza durante el visionado de esta “Infini”.
Lástima que la explicación de todo el misterio sea tan extraña, por no decir extravagante. Me explico. Ni estamos ante una plaga, ni ante un conquistador. No queda muy claro ante que estamos. Porque todo lo, muy bien, conseguido por Abbes durante gran parte del metraje se ve empañado por un final tramposísimo que baja enteros al conjunto final.
Y sí, la escena de chequeo de los astronautas y como todos ignoran saber, o recordar, lo ocurrido tiene tensión, pero aquí Abbes no tuvo la “magia” de la que os hablé antes. Y realizando un trabajo de dirección igual al resto del metraje, esta escena está carente de fuerza o tensión. Quizá sea debido a la brutal trampa que nos deparaba este final, esto de forzar tanto el “happy end” siempre me sobra, que le voy a hacer…
En definitiva, estamos ante una space opera totalmente recomendable. Donde encontraremos elementos vistos en otras cintas, muchos, pero que en su mezcla resultan del todo acertados. Así, si bien tenemos metraje de mas, la cinta dura 110 minutos, la buena labor de la dirección, y la, quizá, fortuna, del montaje, nos dejan una grata sorpresa en un estilo de cine que solo nos da alegrías, en los últimos años, en grandes presupuestos. Y esto tampoco suele ser del todo cierto, pero bueno. Esta “Infini” se merece, desde luego, una oportunidad.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 7.4
7.4
Género; Ciencia Ficción - Terror psicológico