Crítica- Jovenes ocultos 2; Vampiros del surf (2008)

“Secuela descafeinada de uno de los clásicos del cine de vampiros de los ochenta”

Dirigida por P. J. Pesce, que ya había realizado otra secuela, Abierto hasta el amanecer 3, y que rodó algunos capítulos de la serie Temblores. Esta secuela aparece 20 años después de la genial Jóvenes ocultos de Schumacher y cuenta de nuevo con Corey Feldman como protagonista, un Feldamn que parece que a regresado al cine de género, le recordamos de crió en cintas como Viernes 13 parte 4 o Los goonies.

Le acompaña un elenco poco habitual del cine de género, apuntar solamente que Angus Sutherland es hermano de Kiefer Sutherland, que era uno de los malos de la primera entrega de esta saga.

Chris es un surfero que ha sido expulsado de la competición por lo que se va con su hermana, Nicole, además se acaban de quedar huérfanos, a Luna Bay, allí conocerá a Shane Powers, un mito del surf que también lo dejó de forma misteriosa. Cuando este le invita a una fiesta en su casa Nicole acabará con él, que en realidad es un vampiro, y pasará a estar a punto de convertirse en un chupa sangre, solo le faltará probar la sangre humana, entonces aparecerá Edgar Frog para ayudar a Chris que acabará convirtiéndose en vampiro para poder acabar con Shane y los suyos.

Secuela descafeinada de uno de los clásicos del cine de vampiros de los ochenta, vamos una secuela del todo innecesaria. Y es que adolece de todas las grandes calidades de su predecesora, aquí los personajes están muy mal elaborados, el ritmo es bastante torpe, la atmósfera está conseguida en secuencias aisladas y tiene un desenlace bastante pobre.

Curiosamente Tom Savini hace un cameo al inicio de la cinta donde veremos al grupo de Shane devorarle, siendo este un vampiro también. Secuencia tìpica del habitual cine de género que no aporta absolutamente nada, solo ver gore y a un mito como Savini.

Uno de los grandes problemas de esta cinta es la creación de los personajes, ninguno está trabajado y la mayoría tienen demasiados momentos ridículos, salvo Shane que es el polo opuesto, poniendo cara de cansancio o depresiva.

El mejor, con diferencia, es Corey Feldman, que aun estando sobreactuado hace tantos guiños a su papel en la primera entrega que es lo que salva a la cinta, lástima que se le usen tan poco, porque su sola presencia como cazavampiros levanta a la película, un Rambo muy peculiar.

Curiosamente hay buenas dosis de gore, algunos realmente conseguidos como las distintas muertes de los vampiros donde se convierten en piedra o vomitan sangre a raudales. Aunque la que mas me gustó es la de la vampira ninfómana y los cuernos, de lejos la mejor secuencia gore. Pero lo de las peleas entre el Chris vampiro y los secuaces de Shaun me resultaron flojísimas y sin sentido alguno, por lo menos la caracterización de los vampiros es curiosa, sin ser nada del otro mundo.

La parte final deja mucho que desear y está a años luz del final de la primera entrega, con una pelea ridícula y lo que mas me sorprendió es que no se usó a Feldman. Eso sí después de los títulos de crédito hay secuencia extra con Corey Feldman enfrentándose a un vampiro, ¿habrá tercera parte?

Innecesaria secuela de una joya ochentera, donde no se aporta nada y solo tenemos un cinta para pasar el rato, vamos que si no tuviese vinculación con Jóvenes ocultos podría resultar simpática pero al estar vinculada decepciona. Por lo menos hay gore, pero todo el macarrismo de la primera entrega se pierde en situaciones absurdas de los vampiros surferos, a los que nunca vemos hacer surf por cierto. Solo interesa por volver a ver al personaje de Edgar Frog.

Óscar Arias