Crítica- La sangre de Dràcula (1957)

“Interesante teen terror producido por la AIP”

Otro terror dirigido por el especialista Herbert L. Strock para la A.I.P., productora de Samuel Z. Arkoff. Otros de sus trabajos son I was a teenage Frankenstein, Gog, The crawling hand o The devil`s messenger. En el reparto encontramos distintas caras conocidas, asì vemos a Louise Lewis, I was a teenage werewolf, Gail Ganley, Not of this earth, Heather Ames, How to make a moster, donde tambièn vemos a Malcolm Atterbury y Paul Maxwell, Jean Dean, Gog, o a Thomas Browne Henry, 20 miles to earth.

Nancy Perkins es enviada a un internado por decisiòn de su nueva madrastra, allì veremos como no guarda una buena relaciòn con el resto de alumnas, siempre està de mal humor, su madre muriò hace seis semanas y la han alejado de la ùnica persona que quiere, su novio. En el internado la profesora Miss Branding està haciendo investigaciones con las alumnas y busca una chica tipo Nancy, entonces la hipnotizarà y convertirà en vampira, asì comienzan a ocurrir los primeros asesinatos hasta que la propia Nancy decide plantar cara a Miss Branding.

Interesante teen terror producido por la AIP, bajo presupuesto y medios, con poco metraje, escasos 69 minutos, y una caracterizaciòn de un vampiro ciertamente original, siempre recordada. Contando con un guiòn pobre, con demasiados elementos de relleno, pocas localizaciones y hasta con un numerito musical que poco, o nada, aporta a la pelìcula., aunque era clàsico en esa època.

Las apariciones de la vampiro se dejan desear, hasta casi el final no podremos verla en plena acciòn, al menos seremos testigos de un par de muertes bien rodadas, algo es algo.

Las actuaciones son bastante lineales, Sandra Harrison, Louise Lewis, su carácter pudo dar mas ya que es como una especie de Mad Doctor !Que usa hipnosis para vampirizar¡ Una pena y Malcolm Atterbury realizan grandes interpretaciones, que no se ven secundadas por gran parte de los secundarios, ni por sus perfiles que es el gran lastre.

Hay matices de guiòn que quedan en el limbo y podrìan haber servido para mejorar la producciòn, aunque no deja de resultar un producto simpàtico de la època, aunque no de los mas recordados.

La historia relacionada con el medallòn queda igualmente coja, suponemos que pertenecìa al mismìsimo Dràcula, aunque no se diga, y suponemos tambièn el tipo de poder que tiene y que debe estar, medianamente, cerca del individuo hipnotizado. Aunque en la parte final no tiene poder sobre el mismo, vamos un batiburrillo que seguía el rumbo que el director o productor querìan, manteniendo al margen algo lògico o que tuviese sentido con el resto del metraje.

La resoluciòn es excesivamente ràpida y algo ilògica, aunque al menos es deprimente y no tenemos en clàsico happy end, algo que agradecer. Ademàs echè en falta algo relacionado con los policías, que finalmente no pintan nada, ¿mas metraje de relleno?. Pero este tipo de cintas inspirò a mis bien amados directores del underground o serie Z yanke, y solo por eso las tengo un cariño especial.

Con un tìtulo engañoso tenemos esta cinta de vampirismo por hipnosis con una especie de Mad Doctor, aunque no queda del todo plasmado en la pantalla. Es un producto tìpico de la època, poco presupuesto, poco metraje, incongruencias y monstruito visto al final de la pelìcula. Afortunadamente algunos productos destacaban y este solo lo hace por el, falso, tìtulo y la caracterizaciòn de su vampira, que siempre me resultò curiosa e intrigante.

Óscar Arias