Crítica- Perkins 14 (2008)

“Interesante cinta de caníbales y “zombies”

Pelìcula ganadora del After Dark Horrorfest de 2008, dirigida por Craig Singer, que ya participase en ese festival el año anterior con La casa del terror, de la cual està realizando una secuela. Con un elenco poco conocido aunque no nobel, podemos destacar a Richard Brake, visto en Outpost, Death machine o Doom, a Patrick O’Kane, Octane o Exorcista, el comienzo, o a Mihaela Mihut vista en Huntress; Spirit of the night.

El dìa en que se cumplen diez años de la desapariciòn de Kyle, el hijo del agente Dwayne Hopper un extraño individuo, Ronald Perkins, resulta encerrado en prisiòn, despuès de una pequeña investigaciòn por parte de Dwayne creerà que es el responsable de las diez ùltimas desapariciones ocurridas en el pueblo. Asì descubrirà que Perkins tenia a los diez niños encerrados creando en ellos el peor ejèrcito de asesinos, infectados, y devoradores de carne jamàs vista, todo por venganza de lo que le ocurriò de pequeño. Asì nadie volverà a dejar de buscar a un ser querido, lo difícil serà acabar con esta terrible situaciòn.

Curiosa pelìcula que mezcla distintos gèneros o detalles de los mismos para crear una cinta ciertamente peculiar, que es interesante pero que pudo dar mucho mas de sì ya que su historia es muy buena y la direcciòn, salvo la parte central, es del todo acertada, lenta o ràpida segùn pedía la propia trama. Tenemos una especie de Mad doctor, es un farmaceùtico, que ha “experimentado” con niños que ha raptado durante los ùltimos años y ha transformado en animales canìbales, calcados del nuevo estilo de zombies infectados a raiz de 28 días despuès. Vamos que son zombies aunque no estèn muertos, yo al menos lo veo asì. Al igual que los directores tiene licencias segùn les plazca, pues yo para calificar esta lo hago como cinta de zombies, sino lo podrìa ser slasher en plan famìlia canìbal, pero me quedo con zombies, he dicho…jajaja

La parte inicial tiene mucha fuerza, algo realmente sorprendente, ya que es difícil ver estas atmòsferas en este tipo de producciones de bajo presupuesto. Lo malo es que se va desinflando por momentos, justo hasta que aparecen los niños, o mas bien cuando comienzan a atacar. Pero aquì parece que Craig Singer no se desenvuelve bien, ya que el ritmo tiene un gran bajòn y el montaje resulta algo alocado, cometiendo diversos fallos de continuidad, alguno calamitoso.

Las actuaciones son acertadas, Patrick O’Kane de primeras està sensacional para ir flaqueando, al igual que lo hace su personaje, me resultò muy exagerado sus actos. Richard Brake lo borda en su escaso, pero importantìsimo papel, muy bien fotografiado en la carcel y con un final soberbio, me encantò este detalle, aparte de ser bastante bruto. Y quiero apuntar un pequeño detalle, Michale Graves, que interpreta a Eric, el guitarrista, tiene el mismo atuendo que Jim Van Bebber en My sweet Satan, me llamò mucho la atenciòn.

Aunque el gore tarde en aparecer Craig Singer no lo rehuye y nos muestra momentos geniales, muy brutos y rojos. Excepcional la muerte de Felicity, gran montaje y direcciòn. Quizà echè en falta mas presencia de los niños canìbales y contemplar mas ataques, posiblemente eso le falta y sea uno de sus lastres.

Porque la parte final es muy “clàsica”, y aùn estando bien rodada no llega a crear la tensiòn necesaria en el espectador dejàndonos con la sensaciòn de, “La secuela va a ser la caña”. Buen intento pero le falta algo.

La ganadora del After Dark Horrofest del 2008, aùn no vi todas, pero de las que vi es sin duda alguna la mejor. Me ha molestado que podrìa haber sido mas bruta o mas de zombies o mas de canìbales y menos de la familia Hopper. Creo que la idea, en general, es muy buena pero su plasmaciòn en la pantalla no es la forma mas apropiada de contar esta historia, le sobra drama y le falta salvajismo. Supongo que habrà segunda parte, habrà que estar atentos que puede ser la gran bomba de la temporada, simplemente con que Craig Singer sea mas valiente y no se corte en lo mas mìnimo, nos puede dar algo muy bueno, habrà que esperar.

Óscar Arias