“Un Bill Paxton demasiado sobreactuado en una cinta histriónica, y pesada, con pequeños momentos a destacar ”
De la mano del técnico en efectos especiales Chris Walas, que anteriormente rodase “La mosca 2” en 1988, nos llegó en la, flojita, década de los noventa la comedia negra “Psicosis mortal”, antes aún de que se pusiera de moda este subgénero durante esta década. Donde los ejemplos más importantes fueron “Very bad things” y “Tu asesina que nosotras limpiamos la sangre”.
Así Chris Walas cogió un guión de Richard Jefferies, responsable de los libretos de “Marea de sangre” en 1982, y de “Zona restringida” en 1988, y se enroló en esta aventura contando con el protagonismo del histriónico Bill Paxton, lo que ha mamado de Jim Carrey de este actor, junto a otros rostros conocidos, como el genial Michael Ironside, que decir de este pedazo de actor, Marshall Bell, el mítico portador de Kuato en “Desafío total”, Marc McClure, de la saga “Regreso al futuro”, o los clásicos secundarios Stuart Pankin y Patrika Darbo.
Ciertamente la película tiene un enorme tufillo al cine que Sam Raimi mostró en la gloriosa década de los ochenta, además de contener esta historia muchos elementos clásicos del slasher más gamberro de los mismos años. Pero hay varias, quizá demasiadas, cosas que fallan. Y la primera, sé que muchos me matarán por esto, es la excesiva sobreactuación de Bill Paxton. Me resultó enormemente cargante y sobreactuado. Especialmente en la primera parte de la cinta, donde él solito consigue desesperar al más pintado, haciendo, por momentos, que el visionado de esta película sea una especia de castigo. Porque señor Paxton, su trato de imitar a Bruce Campbell le sale fatal, y entre su extrema sobreactuación unida a una dirección bastante desacertada por parte de Walas, hacen de este título una película o bien amada u odiada. Y un servidor se acerca más a esta segunda opinión.
Eso sí, tenemos unas calidades técnicas totalmente aceptables, con cierto tufillo a serie de televisión, por cierto. Detalle este en absoluto negativo, es solo un apunte. De hecho el tipo de grabación me recordó bastante a la historia de las cucarachas de “Creepshow”. De hecho Walas copia, de nuevo, el estilo de grabación estilo cartoon de Raimi, con ángulos imposibles y movimientos bruscos y, aquí tengo que reconocerlo, no lo hace nada mal.
Aunque el ritmo y tino de la película, especialmente durante su primera mitad, se hacen, por demasiados momentos, bastante insufribles.
Lo mismo pasa con algunos de los personajes que pululan por la cinta. Mitzi Kapture está del todo desaprovechada como la novia de Paxton, y la pobre queda en muy mal lugar durante su corta interpretación. Algo similar ocurre con Marc McClure, el amigo del protagonista, el cual tiene un perfil del todo calamitoso.
Me detengo aquí a hablar del trío protagonista. En primer lugar tenemos al citado, Bill Paxton, creo que ya apunté todo lo que se puede decir de él. Sobreactuación en estado puro.
Por otra parte tenemos al Vagabundo. Del cual hay que decir que está perfectamente caracterizado, aunque se le saque poco partido hasta el tramo final. Lo mismo que la, al menos solvente, actuación de Marshall Bell como dicho Vagabundo, la cual no tiene ningún peso real hasta el final del metraje. Una auténtica pena.
Y nuestro Michael Ironside. Al pobre le toca, y no es la primera vez, hacer un papel de policía estúpido. Pero su perfil está tan mal escrito y dibujado en la pantalla que su actuación ralla la sobreactuación, la cual unida a la de Paxton se unen para crear más momentos insufribles. El final es de traca.
Y si, sé que muchos aficionados adorarán estos histrionismos, pero a mí me pillaría en un día flojo, que se le va ha hacer. Y la verdad es que esta cinta me saturó, y mira que es complicado que esto me suceda, devoro de todo relacionado al género, pero esta, he de reconocerlo, pudo conmigo.
De hecho la única parte que me pareció interesante es cuando Paxton viaja y se une a Teddy Wilson y cia. Por cierto, Wilson es de lo mejorcito de la película. Pero una vez desaparece este personaje todo se torna locura, de nuevo. Aunque, afortunadamente, esta locura da pie a un final bastante competente. Y es que en este momento si me encajaba la sobreactuación de Paxton, la cual, curiosamente, es muy inferior a la de todo el tramo inicial de la película.
También es de agradecer la aparición de gore, aunque es mucho menos de lo que cabría esperar. Más aún siendo el director, Chris Walas, técnico de efectos. Eso sí, la escena de la nevera es magistral, todo sea dicho.
Así que tenemos una floja comedia negra, bastante insufrible debido a la sobreactuación de su protagonista, que nunca tuvo una gran fama, aunque en ciertos círculos es considerada de culto. Yo en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, estoy en la parte de los detractores. La sobreactuación como la vista en este título me supera, y la continua sensación de querer copiar las excelencias de los ochenta, sin llegar a ningún buen puerto, pudieron conmigo. Una pena.
La Mansion del Terror - 4.2
4.2
Género; Locura - Asesino(s)