“Versión de Batman y Robin en bajo, muy bajo presupuesto, y en manos del “genio” del bajo presupuesto Steckler”
Ray Dennis Steckler es uno de esos directores de mediados del siglo XX que todos los amantes de la serie B adoramos. De todos es conocida su película “The Incredibly Strange Creatures Who Stopped Living and Became Mixed-Up Zombies”, posiblemente el título mas psicotrónico jamás filmado. Pero es que la historia del director y su filmografía no tienen que envidiar en psicotronía.
Así hay que comentar, sobre Steckler, que llegó a trabajar para la Universal, pero al tirar un decorado ligero, sobre, o cerca, de Don Alfred Hitchcock, fue inmediatamente despedido y pasó a formar parte del circuito del cine de Serie B, donde, por cierto, se encontró como pez en el agua. De hecho, rodó un buen número de películas, usando infinidad de pseudónimos.
Pero entremos de lleno en esta “Rat Pfink a Boo Boo”. Y lo primero que hay que decir es que esta cinta primigeniamente se iba a titular “The Depraved” y estaba basada en el acoso telefónico que sufrió la mujer de Steckler. Pero, cosas de la Serie B, a mitad de la película el propio Steckler decidió cambiar el concepto de la misma y decidió rodar una especie de parodia de Batman y Robin, centrándose en la serie “Campy Batman”.
Sí, así era Steckler.
Así tenemos una película que parece ser un drama social donde vemos a una pandilla de tres maleantes asaltando a una chica. En este momento, y sabiendo que la cinta va de héroes, uno de los chicos de la pandilla, el de la risita, parece una especie de Joker, pero parece ser que esto fue una mera coincidencia. Además el bueno de Steckler no para de mostrar primerísimos planos del culo de la muchacha, algo que hace durante toda la película, y de los genitales masculinos. Una de esas cosas de director, poca explicación tiene.
Como es de esperar la película tiene diversos momentos musicales, con los bailecitos tan de moda en la época. De hecho, el actor principal, Ron Haydock, intentó ser una “estrella musical”, además de ser el coguionista de esta cinta, y de otros trabajos de Steckler, vamos, un “wannabe” (intento de ser) en toda regla. Sobre su actuación poco que decir, estamos ante un bajo presupuesto, pues que nadie se espere actuaciones de gran nivel.
Siguiendo con el reparto mentar también a Carolyn Brandt, una habitual del cine de Steckler, la cual hasta llegó a producir un par de sus películas. Ya sabéis que en esa época las troops de rodaje eran muy fieles, algo que sigue pasando en la actualidad, por cierto.
Pero sigamos con lo que nos ofrece esta película, la cual, como ya apunté, no deja de ser una especie de refrito entre dos historias que poco tiene que ver entre sí. Así, si bien, y después de una barbacoa que es mejor ver que contar, la historia cambia al juntarse nuestros dos héroes y decidir crear la dupla de “Superhéroes” Rat Pfink y Boo Boo, nada que ver este último con el compañero de Yogui, sí, el de los dibujos. Y aquí hago un alto en el camino. Porque no se puede, ni se debe, dejar de hablar de los trajes de nuestros “héroes”. Porque su primera aparición solo produce una serie de carcajadas que mejoran la película sustancialmente. De lo cutre, muy muy cutre, que es hasta hace gracia, y mucha. Y eso que todavía quedan muchas sorpresitas por aparecer, sí, muchas.
La caracterización de los “héroes” está centrada en ropa de relleno que sacan, literalmente, de un armario, ver para creer. Así se vestirán con un pasamontañas, una capa que parece más bien un mantel, y hasta Boo Boo lleva una especie de cuernos con unas lucecitas, que, por cierto, no sirven para absolutamente nada. Qué crack el señor Steckler, o qué morro..
Más tarde veremos una sucesión de momentos cómicos muy cercanos al universo de Batman y Robin. Así, la persecución o ver a los dos “héroes” en el sidecar no tiene parangón. Y que alguien me explique porque Raft Pink lleva el brazo estirado durante sus persecuciones.. si es que… jajaja. Y no, no hablaré de porqué la voz del “héroe” cambia a un tono más grave, oir para creer.
Igualmente las peleas con el trío de pandilleros tienen traca. Con un montaje más interesante de lo que podría esperarse, tenemos un par de peleas eternas con unas licencias atroces. Además de tener diversos momentos cómicos, o, al menos, intentos. Ver para creer, sí, otra vez.
Y por si todo lo dicho no es suficiente el bueno, adoro a este director, de Steckler se saca de la manga un gorila con el cual el mismísimo Raft Pink se las tendrá que ver… jajaja. Sublime momento dentro del cine de Serie B de los sesenta. Vamos, un sinsentido en toda regla.
Y, como colofón, sí, que todavía queda mas, veremos a nuestros “héroes” en su sidecar en pleno desfile por las calles de a saber qué pueblo. Una grabación que parece del todo robada, Ed Wood hizo escuela desde luego, para acabar con otro numerito musical que ya será el colofón final a los 67 minutos de duración de esta deliciosa basura.
Por lo que si os gusta este tipo de cine, a mí personalmente me encanta, he de reconocerlo, no dudéis en verlo, y si es acompañado y de cachondeo mejor que mejor. Porque para eso se crearon. Ray Dennis Steckler era un director mejor de lo que siempre se dijo de él, de hecho tiene un uso de la cámara bastante decente. Y en esta película demuestra tanto su valía como director, como productor, y como realizador, eso sí, con más cara que espalda.
Hasta hay una leyenda acerca del porqué la película lleva un “a” en vez de un “and”. Se dice que hubo un fallo a la hora de hacer los carteles, y por falta de presupuesto así se quedaron, aunque el director siempre dijo que era porque su hija dijo durante la escena de la primera pelea “Rat Pfink a Boo Boo”, y como le hizo gracia al padre, pues así la dejó, o eso dice él. Que cada cual crea lo que quiera… jajaja Ah, en México se tituló “Baty y Roby contra el crimen”, os podéis hacer una idea…
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 6.8
6.8
Género; Superheroes - Heroes - Comedia