“Surrealismo japones mezclando serial killer, vampirismo. Es dura de ver”
Dirigida por Takashi Shimizu, uno de los prolìficos directores y guionistas del nuevo cine de terror nipòn, entre sus obras destacan Ju-On 2, La maldiciòn 2 y 3, ambas partes de El grito o Reencarnaciòn, y contando como protagonista al gran Shinya Tsukamoto, todoterreno dentro del campo del terror, donde protagoniza, dirige, guioniza, fotografìa, monta o produce, entre sus obra podemos destacar Ichi de killer, ambas Tetsuo, Hiruko the goblin, Haze etc..
La sinopsis es bastante amplia, solo añadir que Masuoka una vez comprendido el alimento que necesita F se envuelve en una voràgine de asesinatos, que graba, para proporcionarla sangre. Su locura por ella llegarà hasta tal punto que la darà su propia sangre para conseguir que viva. Ademàs intentarà humanizarla, a la par que pretende experimentar el terror real.
Extraña cinta y quizà demasiado surrealista. Està grabada càmara en mano y en primera persona, estamos ante una cinta que quiere dar la sensaciòn de ser una especie de documental personal de un hombre que descubre, o quiere descubrir, algo acerca de la muerte.
Y es extrañamente peculiar esta cinta, que tiene varias partes algo distintas que se mantienen unidas debido a esta decisiòn de como rodarla, aunque quizà el excesivo uso de la voz en off sea un desacierto màs que un acierto. Tenemos una primera parte muy interesante, donde se nos presenta Masuoka y vemos como està buscando alguna salida a su triste vida, y lo consigue viendo un suicidio, de ahì comenzarà a descubrir cosas extrañas, hasta tal punto que su “locura” irà en aumento.
Lo de “Deros” me parece algo rebuscado y cambia mucho las directrices que parecìa que llevaba la cinta. La apariciòn de este nuevo mundo es algo rebuscado, eso sì, lo salvan con la apariciòn de F que al final resultarà ser una especie de vampira que necesita sangre para vivir. Punto algo desconcertante y que parece que nadie toma en cuenta, y me parece el mayor acierto del film.
La atmòsfera es demasiado inestable, ya que aunque el director quiera parecer que es una grabaciòn casera el unir secuencias que no provienen de la càmara de Masuoka desvirtúa esta idea. Las actuaciones son aceptables, tampoco es que tengamos demasiados actores, Shinya Tsukamoto parece que solo tiene una expresiòn, y no se nota en exceso ese “supuesto” cambio que busca, Tomomi Miyashita me recordò horrores a Mermaid in a manhole, de la serie Guinea pig, tanto su interpretaciòn como su personaje.
Y es que la cinta es tan rara que llegados a un punto nos encontramos en una cinta de asesino en serie, mezclado con vampirismo, que queda excesivamente raro, y puede llegar a recordar a la gran Arrebato pero salvando las distancias. Porque es una cinta excesivamente extraña que gusta o no, a mi me entretuvo aunque reconozco que tiene partes del todo abstractas que solo el director podrà explicar y entender ya que las formas de la grabaciòn no ayudan en demasía. El acierto es la uniòn del killer y la forma de vampirismo.
Surrealismo japones mezclando serial killer, vampirismo y mundo subterraneo repleto de criaturas extrañas, que no disfrutamos ni casi vemos y parajes sorprendentes. Se hace algo espesa debido al abuso de la voz en off, y la mezcla tan desparramada de subgèneros dentro de esta fàbula surrealista no queda suficientemente bien empastada, y es una pena. Ademàs debido a su ritmo lento roza el aburrimiento en demasiados momentos. Una cinta que puede gustar o no, eso sì al que no le guste la odiarà.
Óscar Arias
La Mansion del Terror
Género; Terror psicológico - Asesino(s) - Vampiros
Un Comentario
Pingback: Crítica- Entre los sueños y la muerte (2006) - La Mansión del Terror