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Crítica- Terror en Devonsville (1983)

“Uno de los títulos ochenteros de Ulli Lommel”

En la actualidad el director alemán Ulli Lommel está considerado como uno de los peores directores de género y que mas distribución se le da, al mismo modo que Uwe Boll, aunque hay que decir que esta afirmación es del todo injusta ya que el bueno de Lommel comenzó su carrera dentro del género allá por el año 1973 con la interesante The tenderness of wolves, y en los ochenta nos legaría algunas sorpresas como puedan ser Satanás, el reflejo del mal, 1981, o Telepatía de un asesino, 1983, siempre dentro del bajo presupuesto y la Serie B. De hecho Lommel casi siempre dirigía sus guiones y además los interpretaba y producía.

De todas formas estuvo parado bastantes, demasiados, años y su regreso, en pleno siglo XXI, si está siendo malo, tanto sus propios productos como en los que se involucra como guionista, productor, o director de fotografía están dejando demasiado que desear.

En esta ocasión cuenta con la fabulosa presencia, y gran reclamo, de Donald Pleasence, uno de los grandes actores de género, aparte de Suzanna Love, primera esposa de Lommel, quién participó en todas las primeras películas de su marido además de ayudarle en la elaboración de algunos guiones, como es el caso de la cinta que nos ocupa Del resto del elenco destaca la aparición de diversos secundarios que participarían en Terror en Dunwich, del mismo año, aparte de todo un Paul Wilson, recordado por siempre debido a su participación en la serie de televisión Cheers.

El Dr. Warley conoce la maldición que tiene su pueblo, Devonsville, y todos sus habitantes debido a la caza de brujas que sucedió 300 años atrás. Ahora Walter Gibbs ha asesinado a su mujer y la maldición se torna realidad, así aparecerán tres jóvenes a las que los pueblerinos acusarán de brujas al no querer hacer lo que ellos mismos dicen, siendo Suzanna Love, la nueva profesora, la que mas miedo les da. Quizá tengan razón y sean brujas, aunque de ser así han venido para acabar con ellos.

Es sorprendente el interesante cine que realizó Lommel en los ochenta y las cintas tan pobres que dirige en la actualidad. Aquí si bien nos encontramos ante un guión algo deslavazado y excesivamente deudor de títulos como La máscara del demonio, 1960, y similares, no tenemos por mas que aceptar que estamos ante un trabajo, al menos, competente, el cual mantiene todos las pautas del género sin desmerecer ninguna. Aunque la fotografía tienda a la excesiva oscuridad, el montaje no sea especialmente dinámico o la banda sonora en absoluto recordada. Pero aún con todo no podemos decir que estemos ante un bodrio, ni muchísimo menos, además Lommel sabe ofrecer carnaza. Otra cosa no, pero esto lo tiene del todo controlado, así muestra las escenas gore y violentas perfectamente diseminadas a lo largo de la película, que encima dura unos escasos 80 minutos, ¿que mas podemos pedir?. Underground ochentero en estado puro, aunque con mas presupuesto…jajaja

Porque podríamos situar las producciones de Lommel en los ochenta como una especie de híbrido entre la Serie B y el underground, pero recogiendo, casi siempre, los mejores elementos de ambos cines. Sin hacer algo novedoso o sorprendente si logra crear productos entretenidos para el aficionado, eso que los perfiles, por ejemplo, son calamitosos. El caso de Pleasance es increíble, es un personaje principal y en el tramo final desaparece completamente solo para narrar las frases finales de la película, me dejó alucinado. O los perfiles de los pueblerinos, libres, licenciosos y del todo increíbles, aunque Lommel sabe ubicarlos y usarlos en favor de la película, gran acierto por su parte, no así su mujer, Suzanna Love, que está algo fría y apagada en esta ocasión.

No podemos obviar el gore de esta cinta, el comienzo es del todo esperanzador ya que las muertes de las brujas de la maldición son brutales, hasta recuerdan por momentos a Las torturas de la inquisición, 1970. Una será quemada viva, otra atada a una rueda en llamas y tirada por un barranco y otra será comida por cerdos, si por cerdos, recordando la reciente El carnaval de las bestias, 1980, lastima que esta escena no sea mas vistosa ya que está rodada con demasiada oscuridad. Así con este inicio nos deja del todo pegados al sillón esperando algo potente, algo que no sucede, aunque el bueno de Lommel logra mantener una cierta tensión gracias a gusanos que salen de la piel, sesiones de hipnosis y otras licencias que se toma que no es que vengan mucho a cuento.

Además el final es tan potente como el principio, sino más. Con unas muertes y un gore que nada tiene que envidiar a otros títulos mas famosos de su época , ya que aunque no sea de gran calidad si consigue animar al aficionado, el cual queda algo perplejo por haber disfrutado una película tan normalita y licenciosa pero con momentos tan estelares.

Uno de los títulos ochenteros de Ulli Lommel, vamos de cuando era un director de bajo presupuesto, casi como ahora, pero donde si demostraba buenas maneras y oficio para con el cine de género. Al cual no ofrecía nada novedoso pero si buenas horas de entretenimiento, de hecho mucho se ha dicho de lo infravalorado que estuvo en los ochenta, algo a lo que me adhiero, y lo muy sobrevalorado, aunque sea para mal, que está ahora.

Óscar Arias

La Mansion del Terror

Género; Brujería - Maldición

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