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Crítica- Un viaje alucinante al fondo de la mente (1980)

“Otra locura psicotrónica de Ken Russell”

A principios de los ochenta la todopoderosa Warner Bross decidió adaptar la novela homónima de Paddy Chayefsky y con guión propio, aunque usó el pseudónimo de Sidney Aaron debido a los resultados finales. La dirección acabó recayendo en Ken Russell, decenas de directores rechazaron el trabajo por complejo, pero Russell y su imaginería religiosa fue un gran acierto para este difícil producto, con un guión inferior a la propia novela. La Warner decidió que el protagonista fuese William Hurt, el cual había participado en algunas series de televisión, como Kojak, aunque posteriormente le veríamos en otros títulos de género como Dark city, 1998, o Dune, la leyenda, 2000. El resto del elenco está formado por actores recurrentes como Blair Brown, [The bad seed, 1985], el actor y director Bob Balaban [Parents, 1989, o Encuentros en la tercera fase, 1977], Charles Haid, [ Razas de noche,1989], y el debut de una niña llamada Drew Barrymore, convertida en un icono de Hollywood con el paso de los años, recordemos sus papeles de niñita en E.T., 1982, u Ojos de fuego, 1984.

El Dr. Eddie Jessup investiga otros estados de conciencia mediante una cámara extrasensorial y algunos productos alucinógenos, así después de casarse con su compañera Emily seguirá experimentando en el mismo y aunque el jefe de la universidad, Arthur Rosenberg, es amigo suyo no acaba de creer los resultados que Eddie le dice tener, llegar a convertirse en otra persona física, es decir, evolucionar hacia atrás, en cavernícola y hasta en extraño ser. Ahora debe saber parar y solo sus amigos podrán ayudarle.

Partiendo de un libro francamente interesante que mezcla muchos de los parámetros del terror del S. XX tenemos un guión que no es capaz de recrear las buenas calidades del relato, luego Paddy Chayefsky se quejó de los resultados finales cuando ni el mismo pudo realizar un buen guión además de poner innumerables problemas durante la producción, pasando así infinidad de directores por el set, y solo el bueno de Russell fue el valiente en realizar su visión de dicho guión, introduciendo su simbolismo y efectos, que posteriormente repetiría, exactamente igual, en la inferior La guarida del gusano blanco. Ya que durante la cinta tenemos diversos momentos psicotrónicos y mágicos, además de haber sido nominada en diversos premios, tanto para rubros técnicos, sonido y banda sonora, como actorales, William Hurt, y de dirección.

Ciertamente Hurt realiza una gran interpretación en un personaje no muy sencillo, y aunque la dirección de Russell es aceptable da la sensación de vació o de falta de igualdad en diversos momentos del metraje. Quizá debido a los problemas del guión que ninguno de los dos pudieron salvar, y es que a veces que el escritor de un libro sea su adaptador al cine provoca no pocos conflictos arguméntales y problemas de rodaje.

El resto del elenco cumple a la perfección en sus distintos papeles, no se puede, ni debe, destacar a nadie ya que todos son actores de nivel y se les nota que se involucran en sus distintos caracteres.
La primera vez que se ve la cinta sorprenden muchísimo las escenas psicotrónicas que Russell usa, pequeños planos o secuencias montadas para crear extrañeza en el espectador, a la par que dejarlo bastante “flipado”. Con cabritos de tres ojos, un Jesucristo con cabeza de este mismo carnero, curas quemándose, y un largo etcétera que es de largo lo mejor del metraje.

Lástima que no usase, y hasta abusase, de este tipo de secuencias, muy buena igualmente las secuencias del ritual con los chamanes en México.
Porque de ese tipo de situaciones pasamos a cambios corporales de Eddie, así tendremos su transformación en cavernícola, siendo este momento intenso pero algo fallido. Dejando la sensación de haber podido dar algo mas, porque hay diversos momentos donde los saltos temporales son nefastos para el bien de la cinta, especialmente cuando nos encontramos que han pasado 7 años y la pareja Eddie- Emily tienen 2 hijos.

Curiosamente el final es bastante intenso, veremos una consecución de efectos sorprendentes, y unos cambios corporales de William Hurt que dejan al espectador bastante sorprendido. Por cierto, seguramente este film influyó en la creación del Belial de Basket case de Henenlotter, y hasta cambios en la propia Emily, momento este que no encaja bien con el resto de la trama. Ya que este final, aparte de tratar por todos los medios de mostrar el clásico “happy end”, nos deja con ganas de algo mas, ya que si bien tenemos tensión no logra ser todo lo que cabría esperar de un guión, a priori, muy superior a lo visto en pantalla, aunque en realidad lo que es superior es el propio libro.

Otra locura psicotrónica de Ken Russell, que vuelve a mostrar sus calidades iconográficas en un guión que debió dar mas de sí, y aunque resulte, en términos generales, un buen trabajo, nos deja con ganas de algo mas. Quizá con un presupuesto algo mayor las calidades, que son buenas, podrían haber dado un producto mejor, todavía, del que tenemos. De todas formas, y sabiendo el tipo de director que es Ken Russell, este título es del todo recomendable para cualquier aficionado a los viajes temporales, los mad doctors, aunque algo sui géneris, con cambios y diversas sorpresas.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 7.2

7.2

Género; Ciencia ficción - Viaje en el Tiempo - Mutación - Mad Doctor

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