La Mirada de Aleister Crowley (2012) “Espectáculo de mentalismo e ilusionismo que no dejará a nadie indiferente”

Nuevamente el mentalista Pablo Raijenstein nos asombra con su nuevo espectáculo de mentalismo e ilusionismo.  Se trata de la obra “La mirada de Aleister Crowley”, donde se basa en la persona del carismático e influyente ocultista, místico y mago ceremonial, que fundó la filosofía religiosa de Thelema. Aleister Crowley también fue miembro de la organización esotérica Hermetic Order of the Golden Dawn, además de co-fundador de la Astrum Argentum y, finalmente, líder de la Ordo Templi Orientis (O.T.O.). También se le conoce por sus escritos sobre magia, donde hay que destacar “El libro de la Ley”, libro sagrado de Thelema.

Con esta premisa nos adentramos en el oscuro mundo creado por Pablo Raijenstein sobre la figura de Crowley. Además ha contado  con la colaboración del director teatral Adolfo Simón, lo cual le ha ayudado a tener una presentación bastante cuidada aún manteniendo el estilo que pudimos ver en su anterior espectáculo “El mentalismo del matrimonio Chariot”, también reseñado en esta vuestra Mansión.

En esta ocasión el espectáculo comienza con la elección, por parte de los primeros espectadores que llegan a la sala, de una carta del tarot que servirá para uno de los números del show. Buen detalle este donde podemos ver en persona a Pablo Raijenstein, y de forma indirecta nos adentramos ya en el universo del espectáculo.

En esta ocasión han escogido músicas clásicas, en su mayoría, y bastante poderosas para toda la representación, al igual que un juego de sombras y luces bajas bastante destacable aunque a veces Raijenstein esté fuera de luz y nos cueste verle. Aparte el foco que usa Raijenstein al comienzo de la obra me descolocó un poco, pero tiene su importancia. Eso sí, hubo momentos donde creí que ese foco y el cuadro de Crowley nos depararía alguna sorpresa. Quizá que uno se espera ya mucho..jeje

Es interesante ver como ya desde el comienzo del show el espectador es parte directa del espectáculo, un gran acierto por parte de Raijenstein. Así Rajenstein pide colaboración a diversos espectadores, y, gracias a un tempo pausado, consigue adentrarnos a todos en el universo que ha creado. En este aspecto me sorprendieron muy gratamente los cortes de ritmo que hacía Raijenstein al limpiarse el sudor, algo, que según pudimos hablar con él, no estaba premeditado, pero le dio unas pausas y un empaque muy acertado a la representación. Y es que este ligero matiz, unido a los habituales sorbos de agua, ayudan a crear una mayor, y más poderosa, atmósfera entre el público. Así todos los asistentes solo quedamos a la espera del siguiente número.

Nuevamente mi acompañante fue “testigo” de uno de los números de mentalismo, algo que siempre ayuda a saborear y apreciar mas el show, obviamente. Aunque hay que reconocerle a Raijenstein su buen tino con la elección de espectadores para llevar a cabo los números. De hecho leí que usaba mayoritariamente a mujeres, y en el espectáculo que pude disfrutar escogió igualmente a espectadores de ambos sexos.

Sobre los diversos números hay que apuntar que, como es de suponer, los hay más potentes y los hay más flojos. Sorprendentemente el número final me dejó algo más indiferente, siendo poderosos y contando con el número visual más poderoso fue uno de los que menos me llamó la atención, y es que quizá no se consiga llamar la atención sobre la sorpresa del propio número. Además no acabé de entender el porqué en el  pentagrama invertido solo estaban iluminados un par de fluorescentes, representando la letra V, hasta este número final donde si vemos el pentagrama íntegro. Quizá me perdí algo..

No puedo dejar de comentar el número relativo a dos espectadores donde Raijenstein, claramente, hace gala de sus “poderes” psíquicos, un número donde cada cual pensará lo que quiera, pero haya o no truco la verdad es que funciona a las mil maravillas.

También es cierto que hay algunos números, si nos ponemos quisquillosos, que se puede tratar de buscar su solución, o su trampa. Pero, ¿Es esto necesario? Este espectáculo consiste en dejarse llevar, así se disfruta mucho mas. Porque, desgraciadamente, no hay muchos espectáculos de este tipo en la cartelera, y, además, siendo independiente se merece, todavía más, nuestro respeto.

Eso sí, quizá esperase algo más de magia negra o terrorífico, especialmente debido al personaje que se toma como eje de la obra. Pero si, sigo quedándome con ganas de poder ver a Pablo Raijenstein en una obra con cierto presupuesto y con un montaje digno del evento que se representa. Pero esta “La mirada de Aleister Crowley” es para no perdérsela.