Crítica- Profecía diabólica (1978)

“Reivindicable, y violento, título de casas malditas”

Gus Trikonis es un director neoyorkino centrado, principalmente, en el mundo televisivo, destacando las series “Los vigilantes de la playa” o “Hércules”. De hecho, su carrera está plagada de series de TV y telefilms. Aun así dirigió varios largometrajes de género en la gloriosa década de los setenta. Década donde encontramos la reivindicable “Profecía diabólica”, cinta anterior a clásicos del tipo Terror en Amityville (1979) o Poltergeist (1982).

Esta cinta que nos ocupa supuso el debut dentro del género del director, para el cual rodaría tan solo dos films más, “El Lado Oscuro del Terror” al año siguiente, y “La danza de los enanos” en 1983. El guión fue obra del propio Trikonis junto al actor y guionista Galen Thompson. Para este bajo presupuesto, o serie B, contó con el protagonismo de todo un veterano en estas lides, Richard Crenna, el cual está acompañado de la bella Joanna Pettet, otra habitual de los telefilms de la época. El resto del reparto lo forman otros habituales de este cine setentero, tales como Andrew Prine, George O’Hanlon Jr., o Mary Louise Weller. Sin olvidarnos del carismático Victor Buono como El diablo.

Estamos ante una película que debería tener mucha más fama de la que tiene, que no es poca. Y es que estamos ante, posiblemente, la mejor película de Serie B setentera sobre casas encantadas. Si, así es. Esta cinta, como apunté anteriormente, es anterior a clásicos como Amityville o Poltergeist, y viéndola posteriormente parece que las copió en no pocos momentos pero con mucho menos presupuesto. Pues no, esta que nos ocupa es anterior. Y ciertamente recoge muchos elementos del título de culto “La leyenda de la casa del infierno” de 1973, y del cine de posesiones mexicanos de la década anterior.

Curiosamente, y aunque el ritmo es bastante lento, especialmente en el tramo inicial, la película no se hace pesada en ningún momento. Es más, podríamos decir que tiene un gran dinamismo una vez comienzan a sucederse los sucesos fantasmales. De hecho los ataques y muertes comenzarán a sucederse y estas no tendrán ya fin. Por otra parte, y siendo una Serie B, es más que sorprendente el nivel de violencia en las muertes, y hasta gore. Aquí Trikonis hace gala de un saber estar en estos momentos más tensos, y si bien el montaje final no es que ayude en demasía, la fuerza de diversas muertes es muy notable. Aunque sí, hay fallos de racord y de continuidad casi alarmantes, pero estamos en los setenta, y esto era algo muy habitual, más aún en los presupuestos más ajustados.

Además Trikonis usa efectos “digitales”. Así, veremos un fantasma, el cual está realizado de forma muy competente, y una neblina, quizá aquí se pasó en el efecto ya que casi no se ve nada, en el tramo del sótano.

Las actuaciones cumplen a la perfección. Nadie destaca ni para bien ni para mal. Los perfiles son súper clásicos, el bromista, el profesor mujeriego, la alumna gritona, o la ex yonkie. Aunque la aparición, ya en el tramo final, de Victor Buono es una alegría para el aficionado. Es un diablo vestido de blanco, pero con esa pachorra que siempre le caracterizó, lo cual crea un cierto contrapunto a su personaje. Además al final de su actuación está caracterizado como diablo, con un maquillaje algo cutre, las cosas como son.

Pero una de las cosas que más sorprende de este título es su violencia. Veremos personas quemadas vivas, ataques caninos, cortes de mano con una radial, genial esta imagen, aunque, es cierto, aquí tenemos unas incongruencias de continuidad. Porque si se rajó de esa manera la mano lo normal es que se la corte entra, además, el dolor debería ser insoportable, no para estar luego usando la mano como si nada… Pero ya sabemos, las licencias de la Serie B… jajaja.

También tenemos una especie de ataque fantasmal, y sí, varios años antes que la clásica “El ente” (1982). Aunque, y más vista a día de hoy, se echa en falta algo más de mala leche en esta escena.

Y aunque el ritmo final, el montaje no es una maravilla, sea algo desigual estamos ante una recomendable película de casas encantadas setentera, qué década… Y, lo más curioso, es que esta es anterior a todas esas películas a las cuales siempre se la asemejaron, y eso será por algo. Porque, es cierto, no es una joya, ni tan siquiera culto, pero es una gran película que cualquier aficionado al terror no debería dejar pasar. Avisados quedáis.

Óscar Arias