Crítica- The Day (2011)

“Cine post apocalíptico con caníbales, que hasta parecen infectados, que no acaba de arrancar”

En los dos últimos años ha florecido el cine postapocalíptico, apocalíptico y catastrófico, y la verdad la originalidad ha desaparecido hace ya demasiado tiempo en este tipo de cine. Así tenemos esta “The day”, del director Douglas Aarniokoski, responsable de títulos como “Los inmortales; Juego final” en 2000 o “Animals” en 2008. En esta ocasión cuenta con un guión de Luke Passmore, que debuta en el largometraje.

Curiosamente el elenco está encabezado por rostros conocidos, tales como Shawn Ashmore, el Iceman de la saga X- Men, aparte de verle en títulos como “Las ruinas” en 2008, o “Bajo cero” en 2010,  Ashley Bell, la poseída de “El último exorcismo”, o Dominic Monaghan, uno de los Hobbits de la saga de “El señor de los anillos”, aunque también le hemos visto por “I sell the dead”. El resto del elenco está formado por Cory Hardrict, al que veremos en la cinta “Memorias de un zombie adolescente”, aparte de haberle visto en “Invasión a la Tierra” en 2011, Shannyn Sossamon, vista en “Muertos vivientes” en 2007, Michael Eklund, de “The Divide” en 2011 o Shimon Moore, del grupo musical Sick Puppies.

La cinta no es excesivamente original y mama, y de qué manera, de los cánones vistos en “La carretera” de John Hillcoat, aun siendo esta que nos ocupa mucho más salvaje y violenta. Estamos ante un grupo de supervivientes de un apocalipsis donde, con el paso del metraje nos enteraremos, hay dos tipos de humanos. Los que sobreviven y los caníbales que cazan a los primeros para sobrevivir, aunque parece ser que tampoco hacen ascos a sus propios compañeros cuando mueren.

Así veremos a un grupo de tres amigos de la infancia que están acompañados de un par de mujeres, una de ellas recientemente encontrada, que acabarán en una casa abandonada donde tendrán que enfrentarse a un numeroso grupo de caníbales. ¿Os suena?, bueno cambiad caníbales por zombies y listo.

Ciertamente la historia es poco original, pero su desarrollo es bastante correcto sin ser tampoco destacable. No así la mayoría de los perfiles de los personajes, que cojean bastante o, por momentos, cambian de forma tan radical que desentonan en exceso. Además, al principio de la cinta, cuando todavía no sabemos absolutamente nada de qué trata la misma, hasta podemos llegar a creer que estamos ante una cinta zombie, porque los detalles a este tipo de cine, incluida la escena donde Mary tiene que matar a un “enemigo” en el río, nos da esa sensación totalmente. Y es que este asaltante parece un infectado más del cine zombie. Y esto es una trampa por parte de Aarniokoski que no funciona.

Como tampoco funciona la escena que abre el film, ya que solo nos deja más incógnitas que otra cosa, y si bien trata de explicarlo por ser esta escena la que perfile de forma más contundente a uno de los personajes, no es una escena redonda, ni ayuda en exceso al devenir de la cinta ni a perfilar a los personajes.

Mucho he leído sobre la fotografía de la película, que si monocromática, sutil, buena o mala. A mí me resultó muy insuficiente, siendo un buen trabajo, ojo. No consigo entender porqué se nos oculta tanto de la casa con ese tono grisáceo, y porqué, de repente, cuando surge la sangre, esta es tan oscura. Cierto es que será para mantener el contraste oscuro, pero desvirtúa mucho la acción y la hace algo irreal.

Algo que unido a diversas licencias, varias, algo excesivas, nos van sacando de la cinta hasta el tramo final, donde, de repente, todo se vuelve más dinámico y violento, ¡Gracias!

La banda sonora, por otra parte, me recordó mucho a las últimas cintas apocalípticas o de zombies inglesas, y quizá se debió abusar más de la misma, porque cumple a las mil maravillas.

Pero uno de los problemas de la cinta es el perfil de personajes. Henson está enfermo y poco a poco mejora sin saber porqué, de hecho a veces tiene esa tos mortal y otras no… Lo aceptaremos. Adam parece estar del todo trastornado y su cambio de actitud no está nada justificado, ni hacia la locura ni hacia la amistad. Shannon está excesivamente forzada, y si, es un carácter clásico del cine apocalíptico, pero su tono no empasta con el del resto, y es un personaje que se acaba odiando en exceso. Rick si está muy cuidado y destaca por si mismo, lástima que desaparezca tan pronto, y qué decir de Mary. Un perfil con demasiadas caras, siendo un perfil poderoso y muy potente, Aarniokoski no le saca todo el partido que debiera. De hecho su tortura es potente pero le falta un algo, aparte de estar estirada de forma algo innecesaria. Y qué decir de su tramo final, si parece medio cyborg. Aunque esto sí lo acepto plenamente por el bien de la película.

Pero el gran fallo de la cinta es la continua sensación de haberlo visto todo antes. Nos vienen ecos de la citada “La carretera”, aparte de “Centurion”, especialmente en el tramo final y más violento, o de hasta el cine zombie más clásico debido al uso de la casa abandonada. Porque los asaltantes, que son caníbales, parecen tener fuerzas extras, aunque en el fondo sean “fáciles de matar”, cosas del cine de género…

De todos modos debemos agradecer a Aarniokoski la cantidad de mala leche, gore y violencia explícita que contiene este título en su tramo final. Veremos canibalismo, cortes y disparos brutales, que hacen un catálogo gore que dejará a los aficionados con menos prejuicios del todo complacidos, como es mi caso. No puedo dejar de destacar la muerte de Shimon Moore, sorprendente y muy potente, enhorabuena.

Eso sí, el final me pareció del todo tramposo. Como tratando de conseguir el aplauso fácil en un festival, y dejando a la propia historia algo coja y sin futuro.

En definitiva, otro producto apocalíptico que mezcla caníbales de forma algo sui géneris y que al menos cumple. Peca de no ser en absoluto original y tener demasiados elementos de otros títulos, pero en una visión global la cinta resulta entretenida en su casi hora y media de metraje. Y sí, Aarniokoski pudo hacer algo más que solo mostrar gore y violencia en el tramo final, pero al menos es su mejor largo, aunque no sea decir mucho.

Óscar Arias