Crítica- Wyrmwood: La carretera de los muertos (2014)

“Zombies y estilo “Mad Max” con gore y comedia que funciona totalmente”

El debut del australiano Kiah Roache-Turner nos muestra a un fan del cine de género detrás de la cámara. Así, con un presupuesto ajustado decide rodar un híbrido de cine apocalíptico, con Mad Max y sus innumerables explotaciones a la cabeza, y cine zombie con un Mad Doctor sacado del cine ochentero más clásico. Todo con una historia muy básica escrita por él mismo y su hermano Tristan, donde meten algún detalle novedoso y muy interesante que luego os comento.

Ya que Kiah Roache-Turner no se queda en el envoltorio de esta mezcla de géneros, sino que dentro decide introducir un par de elementos novedosos o vistos en contadas ocasiones. Porque, ¿habíais visto alguna vez que los zombies valiesen como combustible? Estupendo punto. Aún con alguna que otra licencia durante el metraje, pero todo se perdona que estamos ante un presupuesto ajustado y eso es algo que se nota durante toda la cinta. Comentar que el apocalipsis comienza con un meteorito cayendo a la tierra, ¿Os suena de algo? Sí, varias cintas zombies ya usaron esta idea. “El terror llama a su puerta” (1986), “Granja maldita” (1987), o “La noche del cometa” (1984), por ejemplo.

Además la dirección no oculta en ningún momento su principal propósito. Entretener, y dar que hablar. Así que esa mezcla del estilo “Mad Max” y el cine zombie funciona, más aún cuando no se nos priva de buenos momentos gore, con zombies muy clásicos pero muertes a remarcar. Y esto es algo de agradecer. Ya que una cinta zombie de bajo presupuesto debe gastar la gran parte del mismo en el gore, más aún si sabe que su historia, y guión, no es más que acción y no ahonda en un drama o situaciones vividas por personajes.

Esto es algo que achaco mucho del cine zombie moderno, el dar mil vueltas al drama y dejar demasiado de lado los ataques zombies y el gore. Y aquí Kiah Roache-Turner no rehúye en ningún momento del líquido rojo. Es más, decide vestir a los personajes cual explotación apocalíptica en su lucha contra los zombies, y ciertamente queda de lujo. Cierto que no es del todo original, pero es que ni falta le hace. Además, introduce un personaje claramente cómico, el cual ayuda a hacer el visionado de este título mucho mas entretenido.

Porque, como podéis ver, Kiah Roache-Turner lo tiene claro. Ha mamado este cine y sabe que quiere hacer. Por si fuera poco nos encontraremos con un Mad Doctor de manual, con unos bailes y momentos cómicos formidables. Y con un Berynn Schwerdt, que volvería a trabajar con Kiah en “Nekrotronic” (2018), que borda su papel. Dando muchos matices y dando vida a un Mad Doctor para remarcar. De largo el mejor personaje, e interpretación, de la cinta. Atención a sus torturas y bailecitos, impagables.

Como no, tendremos a unos soldados que son los malos del asunto ¿No os lo esperabais? Cierto es que están cogidos por pinzas  y tienen momentos muy desiguales, pero, a fin de cuentas, cumplen su función de ser el enemigo humano de los “héroes”. Héroes que así tendrán que vérselas con los zombies y estos soldados, que están vestidos como de policías, que sería más barato este vestuario que el de soldado. Y sí, no hubiese estado mal saber algo de su misión, y los porqués del Doctor. Pero eso será para otra ocasión… jajaja.

Mención aparte a Leon Burchill, que se encarga de dar vida a Benny, y nos deja los momentos cómicos de la cinta. Y hay que reconocerle que hace una gran labor. No acaba siendo el tonto clásico que desespera, en absoluto. Suma, y lo hace para bien. De hecho destaca más que su compañero, Jay Gallagher, Barry, protagonista del asunto y que a veces está sobreactuado y otras hierático. Es normal que no haya realizado muchos trabajos, aparte de colaborar con Kiah en sus otros trabajos.

Sobre Bianca Bradey, “Rendel” (2017), que hace de hermana de Barry y que después de pasar por las manos del Mad Doctor controlará a los zombies, decir que nos deja grandes momentos. Aunque se quedan cortos, y en este aspecto Kiah podría haber ido un poco más allá. ¿Queda bien? Desde luego, pero da la sensación de faltar un punch mas. Que no solo es tener a Bianca mostrando canalillo toda la cinta, sino dar algo más. Y algo más no es tener planos, algo mal montados, donde le cambian los ojos y así usa a los zombies. Y me encantó el detalle, pero un algo más le hubiese venido de maravilla.

Porque, como podéis suponer, los distintos rubros técnicos son normalitos. Ni destacan ni empeoran. Cosa de, al menos, agradecer. Sí hay que destacar los efectos, donde el gore brilla y al mismo tiempo lo digital no molesta en absoluto. Todo suma. E impagables las caracterizaciones de los “héroes”, vestidos al más puro estilo explotación postapocalíptica.

Así que tenemos un híbrido de géneros de bajo presupuesto, que sin ser ninguna maravilla sí cumple con cierta solvencia y hará las delicias de los aficionados mas desprejuiciados. No obstante funcionó bastante bien en festivales, cosa que no me extraña en lo más mínimo. De hecho en 2017 se rodó un cortometraje como falso teaser titulado “Wyrmwood: Chronicles of the Dead – Teaser”, y se rumorea que habrá serie de televisión. Habrá que seguirle la pista.

Óscar Arias