La Mansión del Terror Tu web del Terror y el Fantástico
En 1995 se estrenó una de las películas de ciencia ficción más importantes e influyentes de la historia del cine: Ghost in the Shell, un thriller de acción y espionaje futurista dirigido por Mamoru Oshii a partir del manga de Masamune Shirow, nombre imprescindible para entender el manga durante la época de su expansión internacional. Oshii empezaba a construir aquí un mundo propio que iba más allá de la historia original y derivaba la trama de Shirow hacia caminos más introspectivos. A partir de esta mezcla de reflexión interna e intrigas internacionales, Ghost in the Shell, adelantándose a su tiempo, pronosticaba una sociedad computerizada donde el yo no existe tal y como la entendemos, amenazado por la colectividad que representa la red y los peligros derivados, aquí representados en forma de intereses económicos y políticos.
Nueve años después, Oshii nos sorprendía con la secuela de la película que le dio la fama internacional. Una segunda parte que nadie se esperaba, en buena medida porque las secuelas no estaban de moda en aquella época, en buena medida porque Ghost in the Shell 2: Man-machine Interface, la continuación del manga de Shirow, fue un fracaso de crítica. Sin embargo, Oshii nos dejó con la boca abierta con una obra que nada tiene que ver con el cómic y que, todo lo contrario, profundiza de manera casi exclusiva en las obsesiones del propio Oshii, vistas anteriormente no sólo en la primera parte sino en su filmografía en general. El resultado es un viaje psicotrópico que va del drama a la alucinación, donde no hay drogas naturales o sintéticas, sino virus informáticos, donde tienes el enemigo en tu cabeza y donde la salida más cercana puede estar en tu trasero.
El resultado es un espectáculo visual digno de ser disfrutado en pantalla grande y con el volumen bien alto, ya que esta segunda parte recupera el resultado de la inolvidable banda sonora creada por Kenji Kawai (y ya van tres genios en una sola página) para en la primera parte.
La franquicia Ghost in the Shell, si se puede considerar como tal, dio pie posteriormente a una serie que durante las dos primeras temporadas nos ofreció unas cuotas de calidad poco habituales, para acabar explorando finalmente caminos más comerciales. La idea original de Shirow ha sido la semilla de un universo donde ha quepa la acción, el drama, la filosofía, la política e incluso el sexo, poniendo de manifiesto toda una serie de retos y posibilidades ante la nueva sociedad del conocimiento (o del control, según se mire) que empequeñece la trascendencia de otros productos cinematográficos tachados de visionarios desmesuradamente como, por ejemplo, The Matrix. Al igual que otras obras de animación japonesa de aquella época, como por ejemplo la popular Akira, Ghost in the Shell nos dice que para entender el futuro (ahora ya presente) tenemos que mirar dentro de nosotros, dentro de “la cáscara”, y no a las estrellas.
Sinopsis
Año 2032. La sociedad se encuentra completamente computerizada y la línea que separa a los humanos de las máquinas se ha difuminado hasta hacerse prácticamente indistinguible. Tras la desaparición de la Mayor Motoko Kusanagi, Batou, detective cyborg de la Sección 9 de Seguridad Pública, investiga una serie de homicidios cometidos por prototipos de androides diseñados para el sexo. Lo que comienza como la búsqueda de un asesino acaba convirtiéndose en la lucha desesperada de un hombre por aferrarse a lo que le queda de humanidad. Lo único que conserva Batou de su humanidad es el cerebro y el recuerdo de una mujer. De alguna manera, está seguro de que ella sigue viva en algún lugar de la inmensidad de la red.
Proyección Ghost in the Shell 2: Innocence
Sábado 29 de junio, 19h
En el teatro El Círcol (Calle Sant Anastasi 2, Badalona)
