Crítica- Bajo el signo de Ishtar (1956)

“Sci-fi caótica, con una flojísima dirección que entretiene gracias a sus hombres topo”

El editor Virgil W. Vogel dio el salto a la dirección con este título producido por la Universal, a manos de William Alland, el cual produjo innumerables cintas de sci- fi de la época, pero quedó muy descontento con el trabajo de Vogel. De hecho se rodó un final alternativo, pero aún así la relación entre productor y director quedó muy tocada.

Al menos Vogel prosiguió su carrera como director, debiéndole películas como The land unknown, 1957, o Invasion of the animal people, 1959, aunque se centró mas en el mundo de las series de Tv.

La película está protagonizada por todo un John Agar, sempiterno protagonista de innumerables joyitas de la sci-fi de los cincuenta y sesenta. Recordémosle de cintas como Tarántula, 1955, Attack of the puppet people, 1958, o Zontar, the thing from Venus, 1966. Este está acompañado de Hugh Beaumont, [The human duplicators, 1965], Alan Napier, siempre recordado por interpretar al Alfred de la serie Batman de los sesenta, Nestor Paiva y Rodd Redwing vistos en La criatura de la laguna negra, 1954, Robin Hughes, [The thing that couldn´t die, 1958], o Eddie Parker, mítico actor de reparto que se encargó de interpretar a numerosos monstruos de la Universal, como al de Monster on the campus, 1958,Regreso a la Tierra, 1955, o al Hyde de Boris Karloff en Abbott y Costello contra el hombre y la bestia, 1953.

Durante una expedición un grupo de arqueólogos, liderada por Dr. Roger Bentley, encuentra unas ruinas sumerias las cuales les harán encontrarse con una antigua civilización habitada por humanos albinos que a su vez tiene esclavizados a unos hombre topo para cultivar las setas que les alimentan. Allí el sacerdote Elinu querrá destruirlos al suponer una amenaza, pero Bentley junto a su colega Bellamin poseen una linterna que atemoriza a Elinu y el resto de criaturas del interior de la Tierra, además Bentley quiere ayudar a los hombres topo a liberarse de la terrible esclavitud y de esta forma serán correspondidos cuando las tropas de la civilización traten de eliminarlos.

Estamos ante otro típico producto menor de la Sci-fi cincuentera que es recordado por sus monstruos, quién puede olvidar a estos hombres topo, que no tienen nada que ver con los vistos anteriormente en Superman vs the mole people, 1951. Que si bien son algo cutrecillos tienen ese toque cincuentero que tanto agrada al fan. El que aquí subscribe tiene su pertinente muñequito, como no podría ser de otra forma.

Pero hay que reconocer que este producto es algo menor por demasiados motivos. El guión hace aguas constantemente y hay algunos diálogos son tanto absurdos como ilógicos y no sabría que mas adjetivos usar. Y es que tendremos perlas como cuando están los protagonistas hablando sobre las setas, “¿Alguien las habrá fumado?”, por citar una linez.

Aparte las calidades técnicas son flojas. El montaje es algo caótico y la dirección de Vogel es posiblemente la gran responsable del fracaso que supuso esta cinta en su estreno. Por lo que entiendo a la perfección el enfado de William Alland al ver los resultados finales de esta floja producción, que solo con el paso de los años obtuvo el reconocimiento de los aficionados. Siendo ahora un titulo valorado por todos nosotros.

Si bien era habitual encontrar perfiles toscos y rudos, los vistos en esta producción son muy sorprendentes. El personaje interpretado por John Agar es algo apático y parece estar sorprendido por el tipo de producto está rodando. Misteriosamente sabe sumerio a la perfección, se medio comunica con los hombres topo, y parece ser todo un erudito en todo. Creando un gran contrapunto con su colega, interpretado de forma fría por Hugh Beaumont, el cual parece un estorbo. Aparte hay que destacar una correcta interpretación por parte de Alan Napier.

Mucho se ha criticado a los monstruos de este film, pero a mi siempre me gustaron. Ciertamente son algo cutres y en cierto modo deudores de otros ya vistos, especialmente al de la laguna negra, pero tienen su toque personal. Y la decisión de humanizarlos y ayudar a los arqueólogos me parece un acierto genial. Además sus apariciones subterráneas están bastante logradas y su enfrentamiento final es muy interesante. Lástima de la triste dirección de Vogel, dirección que se nota muy pobre en la cutre escena de la danza, por ejemplo.

Por otra parte nunca entendí el porqué de ese prólogo realizado por el Dr. Frank Baxter. Científico que hacia sus pinitos en la Tv, el cual no aporta nada, aunque era algo habitual dentro del cine de la época. De hecho este tipo de secuencias me parecen innecesarias, salvo las realizadas por John Carradine en diversas producciones mexicanas o de los ochenta a las cuales les daba un toque personal fascinante, por cierto.

Curiosamente el primer final que se rodó para la cinta fue cancelado, al parecer Ada sobrevivía y a nadie del estudio le gustó la idea de una mezcla entre humanos y gente de otra civilización. Así que se optó por acabar de forma mas trágica, aunque el rodaje de esta parte está falto de ritmo, lo cual deja al espectador algo abatido.

Por lo que estamos ante otra de las cintas míticas de los 50. Mas bien por la apariencia de sus monstruos que por nada mas. Con su guión basado remotamente en el libro de Julio Verne Viaje al centro de la Tierra, pero con unas calidades justitas y una dirección bastante pobre por parte de Virgil W. Vogel. La cinta no estuvo bien valorada hasta pasadas décadas de su estreno, algo que, de todas formas, pasó con bastante productos de la época.

Y quiero hacer un pensamiento en voz alta, por muy cutre que parezcan este tipo de productos, ¿Porque en nuestros tiempos, con las grandes calidades técnicas de las que disfrutamos, no tenemos cintas de este tipo? Como hecho de menos este cine de monstruitos que aún descubriéndolo a día de hoy no deja de entretener y sorprender. Cutre pero recomendada.