“Otro gran Mad Doctor dirigido por Ernest “King Kong” Schoedsack”
Ernest B. Schoedsack, director de la seminal King Kong, 1933, rodaría esta cinta de género en Technicolor, siendo la primera en verse en color dentro del género. Bajo libreto de Tom Kilpatrick y el propio Schoedsack tratando el mundo de los Mad Doctor, basándose en cierto modo en El malvado Zardoff, 1932, del propio Schoedsack, Island of lost souls, 1932, y Muñecos infernales, 1936, aunque sin conseguir el éxito de su obra magna. El elenco principal es escaso, estando nuestro Mad Doctor interpretado por Albert Dekker, visto en She- devil, 1957, o la versión norteamericana de Gamera, 1965, que está acompañado de Charles Halton, [The ghost gone wild, 1947], Janice Logan, [La mujer sin cabeza, 1943], o Victor Kilian, [Unknown world, 1951]. Aparte veremos a secundarios habituales comoFrank Reicher, [La tumba de la momia, 1942], o Paul Fix, [La fuerza del destino, 1948].
El Dr. Rupert Bulfinch viaja junto a la Dr. Mary Robinson y Bill Stockton a una isla donde está aislado en un experimento secreto el Dr. Alexander Thorkel, a estos se les unirá Steve Baker, un campesino de la zona. Pronto descubrirán que la zona es rica en Radio, pero este está siendo usado por el Dr. Thorkel en extraños experimentos de miniaturización, así veremos un caballo realmente pequeño, entre otros animales. Pero pronto el Dr. Throkel decidirá expulsar a sus invitados y al querer quedarse estos los encogerá, siendo todo el mundo que conocen un peligro constante para su supervivencia.
Con un guión algo pobre Ernest B. Schoedsack logra crear una película bastante entretenida con buenos momentos tensos que sentaría muchas bases del Mad Doctor futuro, con permiso de Victor Frankenstein, y del cine de Bert I. Gordon en la década posterior, el gran rey del cine de hombres diminutos. Aparte de ser el claro referente de la seminal El increíble hombre menguante, 1957, ya que Schoedsack vuelve a demostrar su gran imaginería y sus buenas dotes detrás de la cámara.
Así opta por usar diversos trucos que quedan a la perfección, además de contener, la película, unos rubros técnicos bastante notables para el tipo de producción que era. Los decorados eran muy justitos, pero Schoedsack les sacó todo el partido que pudo, gracias a técnicas que aún a día de hoy sorprenden, con transparencias y dobles fondos. Lo que no se es el porqué todavía no se han remakeado ninguna cinta de este tipo, de hombre diminutos me refiero.
Nuestro Mad Doctor es muy potente, su ceguera, el porqué del genial nombre del título, D. Cíclope, y perfil están muy bien elaborados. Albert Dekker realiza una interpretación totalmente convincente, además su caracterización es muy acertada, quien puede olvidar ese rostro rapado con esas gafas de culo de botella y unos andares bastante peculiares.
El resto del elenco cumple, cabría destacar a Charles Halton como interesante e inteligente némesis del Dr. Cyclops y remarcar el pésimo papel del jovencito de turno, un nefasto Thomas Coley que afortunadamente no tuvo una larga experiencia cinematográfica.
El color está igualmente aprovechado por Schoedsack para el bien de la producción. Así la radiaciones tienen un verde brillante, el gato del Mad Doctor es negro como el tizón, o las distintas sombras que tendremos en los planos cortos de los diminutos seres humanos siempre están muy inteligentemente iluminadas y coloreadas. Un acierto total por parte de Schoedsack y su equipo.
Igualmente sabe dirigir escenas de tensión, de hecho no tiene ningún reparo en mostrar a Dr. Cyclops junto a los diminutos seres. De hecho veremos como coge con su propia mano a uno de ellos, y si, se nota que no es real, pero para ser de los años 40 es sublime, muy superior a efectos actuales, por cierto. Todavía a día de hoy hay diversos efectos que sorprenden, genial la escena donde los diminutos suben una escalera, o cuando montan una torre con libros, etc, etc.
Además el tramo final es suficientemente competente con todo lo visto anteriormente y deja buenas sensaciones al espectador. Cierto es que vista a día de hoy parece contener diversos momentos extraños o menores, pero si recapacitamos y pensamos que tiene 70 años, nos deja altamente satisfechos, a la par que muy sorprendidos.
Otro Mad Doctor dirigido por Ernest “King Kong” Schoedsack, este tiene menos fama que Zardoff pero resulta una piedra angular para los futuros Mad Doctors del cine de género, aunque también le deba lo suyo al mítico Dr. Moreau interpretado por el genial Charles Laughton en 1932. Es una lástima que esta cinta no tenga mayor fama ya que la merece sin duda alguna, además, y me voy a tirar a la piscina, es casi perfecta para realizar un remake, eso sí, ¿serían capaces las técnicas y directores actuales de mejorarla? Habría que verlo, que encima no es de lo mejor de su director.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 6.8
6.8
Género; Mad Doctor - Mutación - Serie B