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Crítica- El Hoyo (2019)

“Intensa crítica social que va de más a menos, sorprendente”

La ópera prima del director bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia se hizo con el galardón a mejor película en Sitges 2019, y se ha convertido en una de las cintas de referencia en la actualidad. Quizá sea por el conflicto mundial que nos sacude o por la crítica social, pero se ha convertido en un título muy actual. Además, está cosechando grandes críticas, tanto de público como de crítica. Algo que es del todo lógico, ya que toca un tema delicado y lo hace de cara. Siempre es de agradecer echarle valor a este tipo de temas.

¿Y de que nos habla este debut? Pues de lo malvado que puede ser el hombre con el hombre, el humano con el humano. Todo con premisas ya vistas en infinidad de títulos, ya que la originalidad no es, en absoluto, uno de los fuertes de este título, escrito por David Desola y Pedro Rivero. Pero es que tampoco le hace falta, en lo más mínimo. Sabe cuáles son sus cartas y las juega bastante bien. Porque sí, nos vendrán a la mente infinidad de títulos, tales como “Cube”, “Snowpiercer”, “Saw”, “High-rise”, Mayhem”, y muchas distopías, principalmente, mas. ¿Y? Lo que importa es cómo se hagan las cosas, y hay que reconocer la valía, en este aspecto, de Galder Gaztelu-Urrutia.

Aunque, he de decir, que tampoco me ha parecido la gran joya que muchos dicen. Creo que va de más a menos, y cuenta con un tramo final que me supo a poco, no sé, me esperaba más. Y me pareció excesivamente tramposo, obvio, que dirán algunos. Porque esta lucha de clases y crítica al capitalismo comienza de forma soberbia, con un manejo de los espacios más que correcto y una fotografía perfecta para lo que se nos quiere contar. Pero pasado el metraje nos perdemos, y no sabemos eso justamente, el qué nos quieren contar.

Porque durante todo el metraje veremos al personaje de Goreng, interpretado de forma correcta por un sorprendente Iván Massagué, más aún después de verle en la caótica El año de la plaga ser un perfil que parece sacado de las novelas distópicas de los 50. Donde, sin saber muy bien porqué, se erige como el adalid de la “sociedad” y trata de salvar a todos los integrantes del hoyo. Y aún con sus licencias argumentales hay que reconocerle que funciona la dupla personaje interpretación.

Aunque la gran sorpresa es la aparición del actor Zorion Eguileor, que creo que es actor de doblaje principalmente. Su personaje y su interpretación son, de largo, lo mejor de toda la película. Y su “chascarrillo” de “Obvio” se queda en la memoria del espectador. Enorme acierto este. Además es él el encargado de explicarnos el funcionamiento de todo, y el primero que nos mostrará cómo es la lucha de clases. Y sus apariciones como visión mantienen el mismo nivel. Soberbio.

No puedo decir lo mismo de su compañera Antonia San Juan. Que si bien no tiene un perfil demasiado agradecido, tiene un pequeño, gran, problema. Y no sé si es suyo o de la grabación, porque cuesta entender lo que dice. No sé si es dicción o grabación, repito. Lo cual da un paso atrás en la historia. Lo mismo que pasa con su perro. Sigo sin entenderlo. Y aquí, como en otros momentos, aparecerán los que saben todo y nos iluminarán a los que no entendemos determinados aspectos… jajaja

Es de agradecer la cantidad de gore y la forma de mostrarlo que tiene la cinta. Ya que no se rehúye, en absoluto, del líquido elemento. Y, aunque tenga diversas licencias, cumple. Esto unido a una gran fotografía y un muy correcto montaje hacen más interesante, e intenso, toda la historia.

Pero una vez pasado el ecuador de la cinta empezamos a tener altibajos y licencias demasiado grandes. Y, como siempre en estos casos, o entras o te quedas fuera. Y un servidor se quedó a mitad de camino. Es decir, disfruté mucho la película, pero no me parece esa gran joya. Y es que la aparición de la mujer que busca a la hija se me desmorona con el final del propio personaje. Es decir, podemos suponer unas acciones por su parte y se van al traste, porque sí, con su final que nos muestran. Pues no lo entiendo.

Y algo similar pasa con el personaje de Emilio Buale. Muy forzado y demasiado adrenalítico. Y, por cierto, la escena de la cagada no me resultó tan sorprendente. Acertada sí, pero creo que pudo ser algo más directa. Cuestión de gustos, digo yo.
Así en el tramo final, con la decisión de bajar y arreglar el orden del capitalismo la sucesión de licencias me pudo. No sé, la finalización de la historia me dejó frío y confuso. Comento alguna “duda”.

¿Por qué del personaje del hombre en silla de ruedas? ¿Es una especie de iluminado? El cual aparece ahí, porque sí, y solo para darle sentido a la panacota. Y la escena anterior del Chef. Escena, por cierto, que puede ser catalogada como final de la cinta, pero de eso hablo más adelante.
Lo referente a la mujer que ya dije anteriormente. La cantidad de niveles, que sí que son tantos porque no sé para dónde hay muertos, ¿Pero cómo lo saben? ¿Y por qué de la niña? Coño, ¿Por qué de tantas cosas? Demasiadas licencias argumentales.

Y es que leyendo alguna entrevista del director, el mismo dice que el guión puede ser visto de diversas formas, y que esta era su intención. Por lo que lo han conseguido. Así es normal que haya gente que haya entrado en su juego y otros que no. Porque tenemos las opciones de que si Goreng muere antes del último nivel y se imagina todo el final, que si la panacota llega y al Chef solo le molesta el pelo, por lo que todo sigue igual. Que la niña llega arriba y cambia el mundo, (hoy). Y qué se yo qué más…

Por lo que me quedo con que estamos ante una cinta interesante, y que puedo entender de sus buenas críticas y hasta de algunos de sus detractores. En líneas generales, me pareció una buena película, aunque bastante tramposa y desigual. Crítica social, buenas decisiones, pero que va de más a menos y eso me deja con sensación algo agridulce. Aún así, es del todo recomendada, no os la podéis perder.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 6.9

6.9

Género; Ciencia Ficción- Distopía- Gore

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