Crítica- Kick-Ass – Listo para machacar (2010)

“Otra floja adaptación de cómic a la que le sobra bastante metraje”

En los últimos años hemos sido testigos de innumerables adaptaciones cinematográficas de cómics. Así vio la vida esta “Kick-Ass – Listo para machacar”. Cómic homónimo creado en el año 2008 por Mark Millar y John Romita Jr., contando con ocho números.

Así el director Matthew Vaughn se decidió a rodar una adaptación, la cual él mismo escribió. Pero tuvieron diversos problemas con las grandes compañías para llevar a cabo esta producción, por lo que lo hicieron bajo un presupuesto de 30 millones de dólares.

He de reconocer que el cómic no lo he leído, aunque no hace falta para poder disfrutar de una adaptación cinematográfica, ¿no? Y bien, en este aspecto la cinta me ha dejado frío. No me ha dicho gran cosa, ya que es más de lo mismo. Y el punto original, que es su supuesta extrema violencia, no lo es tanto. Ojo, teniendo escenas gore que son de lo mejorcito de la cinta. Lo que sí me ha sorprendido es que después de que Vaughn rechazase un presupuesto mayor por hacer algo personal, no tenga el valor de meter todavía más gore, como tiene, al parecer, el cómic original.

Además la historia es muy poco original. El nerd de turno se convierte en héroe torpón y se encuentra con unos “héroes” que, al menos, entrenan para ello, y plantan cara al mafioso de turno, que, qué curiosidad, mató a la mujer/madre, de estos “héroes”.

Bueno, dejémonos llevar y tratemos de disfrutar de la cinta. Pero es que el ritmo es tan desigual, y el perfil del personaje, amén de la actuación de Aaron Taylor-Johnson, dicen tan poco, que tenemos demasiados momentos de tedio.

Pero el gran lastre de esta cinta es su excesiva duración, pasamos de los 100 minutos. Teniendo, en todo este metraje, demasiados momentos que sobran totalmente al no aportar absolutamente nada.

Todo el tramo inicial es la clásica presentación de un adolescente nerd y su entorno. Aunque, he de reconocer, que algunos momentos de guión potentes tiene, qué menos. Pero todo lo relacionado con la chica, sí, también tenemos chica guapa que pasa del “héroe” de turno, es muy mediocre, aparte de estar más que visto en el cine.

Por lo que nos quedaremos con todo lo relacionado al héroe y sus aventuras. Y bueno, pues tenemos a un héroe que más bien recibe palizas, más que las evita a otros. Y aquí si me parece muy destacable la utilización de internet.

Y por fin llegamos a lo mejor de la cinta. La presentación de Bigg Daddy e Hit girl, interpretados de forma muy competente por, un venido a mas, Nicolas Cage, y una sorprendente Chloë Grace Moretz, actriz que está ganándose una gran reputación, aunque he de confesar que no es santo de mi devoción. Estos forman una pareja de héroes que tienen en mente acabar con Frank D’Amico, interpretado de forma algo sobreactuada por Mark Strong, el mafioso de turno.

Pero no será hasta su primera aparición como héroes cuando veamos lo realmente potente de esta cinta. Y es que la pareja no tiene nada que envidiar a los héroes de más renombre. Además que el traje de Big Daddy, muy del estilo del de Batman, es genial.

De hecho, creo que esta pareja debería haber tenido más peso específico en la película, y habernos dejado tantas bobadas del nerd y su tropa.

Y de repente, después de mucho metraje de relleno, la cosa se anima. Y en el tramo final es donde veremos la acción, rodada de forma desigual y con un millón de guiños a otros títulos, pasando de “Matrix” hasta “28 días después”, o “Watchmen”, y, curiosamente, todo bien llevado, bravo, aquí sí, a Matthew Vaughn.

Lo que sí me resultó curioso es el tratamiento del personaje de Red Mist, interpretado de forma muy interesante por Christopher Mintz-Plasse. Las trampas de guión con respecto a él son enormes. Igual parece que va a ser amigo del héroe, como pasa a ser el villano de una posible secuela. Secuela que está a punto de salir a la luz.

En definitiva, un título del cual me esperaba bastante más, especialmente en cuanto a violencia se refiere. Porque el tratamiento de héroe, o más bien antihéroe, ya está muy visto. Y de este tipo casi me quedo con Mirageman, un título de bajo presupuesto chileno.

Quizá veinte minutos menos hubiesen conseguido un título más compacto e interesante.

Óscar Arias