Crítica- Los campeones justicieros (1971)

“Psicotronía en estado puro, una delicia”

Primera entrega de la psicotrònica saga de los campeones justicieros, dirigida por Federico Curiel, ya habitual en cintas de luchadores con varias de El Santo a sus espaldas, o de Superzan aparte de varias pelìculas genuinamente de terror. Aquì cuenta con un buen reparto de luchadores, capitaneado por Blue Demon y Mil Màscaras, y con la incursiòn de La Sombra Vengadora, El Mèdico asesino, Tinieblas Gonzalez, Black Shadow (antagonista de Blue Demon) y Los Hermanos Muerte. ¡¡Casi nada¡¡

El criminal Mano Negra a escapado de la cárcel y entre sus diabòlicos planes està acabar con su enemigo Blue Demon y sus amigos. Para ello recluta al luchador Black Shadow y un grupo de enanos a los que les da la fuerza de 10 atletas gracias a sus geniales experimentos. Pero no contento con eso secuestra a las participantes de un concurso de belleza, que resultaràn ser las protegidas de nuestros héroes, entonces la lucha tendrà comienzo. Nuestros héroes tendràn que luchar contra los peligrosos enanos y lograr escapar de las innumerables trampas de Mano Negra y sus compinches, que hasta consiguen secuestrar y drogar a La Sombra Vengadora que lucharà contra sus propios amigos. Pero nuestros luchadores no se amedrantaràn tan facilmente.

La primera entrega de una de las sagas màs psicotrònicas del cine de luchadores, seguida por Vuelven los campeones justicieros y El triunfo de los campeones justicieros y afortunadamante para los fans fue encargada a Federico Curiel que hace una gran labor contando con tan escasos medios. La atmòsfera deja que desear y la fotografìa hace estragos por todas partes, pero es que el guiòn es genial, y encima contando con cinco luchadores.

La idea de dar fuerza a unos enanos es fantàstica, ya que las peleas entre los luchadores y los enanos no tienen desperdicio. Pero es que hay mucho màs, luchas submarinas y aereas, enanos volando para poder acabar con ellos, coches en llamas, explosiones y una cantidad de peleas enorme. La cinta empieza con la típica lucha en un ring, cosa que hace de esta pelìcula un divertimento sin igual para todos los aficionados al cine de luchadores enmascarados. Porque la cinta es un no parar, y esto logra que obviemos todas las carencias de la producciòn, que como ya digo son muchas.

Una vez màs las voces estàn dobladas, a excepciòn de David Silva y una de las protagonistas femeninas, y, curiosamente, la incursiòn de los ruidos del laboratorio o las peleas estàn muy conseguidos, lo cual se agradece. Ademàs vemos casi 20 años despuès a El Mèdico asesino, que colaborò en otros productos en los 50, o una de las primeras cintas del gigantòn Tinieblas Gonzalez, o la ùtlima apariciòn de La Sombra Vengadora, que ya compartiò una pelìcula contra la Mano Negra, tambièn en los 50, època dorada del cine de luchadores.

Pero, y me voy a repetir, lo que hace a esta cinta especial es las luchas inigualables de los grandes luchadores con los enanos, es que es para verlo. De lo mejor que vi en mucho tiempo, y como nuestros héroes los lanzan por los aires. ¡¡Demasiado¡¡ Y, por cierto, otra curiosidad, esta es de las pelìculas donde Mil Màscaras mas veces se cambia de màscara, si es que es increíble.

Psicotronia en estado puro, un divertimento sin igual, de las mejores cintas de luchadores, sin ser de las mejores de guiòn ni cinematograficamente hablando. Encima fue seguida por dos partes, aunque no seguirìan los mismos luchadores, una pena. Y aunque son disfrutables no lo son tanto como esta, que es una autèntica pasada. Y no solo los seguidores de los luchadores mexicanos la disfrutaràn, sino tambièn los amantes del cine màs psicotrònico. ¡¡A por ella¡¡

Óscar Arias