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Crítica- Pontypool (2008)

“Curiosidad zombie que tampoco es para tanto. Mucho diálogo y poca acción”

El autor Tony Burgess adaptó su novela “Pontypool Changes Everything”, la cual estaba basada en la clásica novela radiofónica “La guerra de los mundos” del genio Orson Wells, para realizar un título pseudo zombie bajo dirección de Bruce McDonald. Y me refiero a pseudo zombie ya que el propio director llamó a los seres que vemos en escena “conversationalists” (conversadores). Porque no estamos ante una cinta de zombies al uso, aunque sea una película de zombies. Paso a explicarme.

La historia que plantea Tony Burgess es una infección radiada “zombie” en la ciudad de Pontypool, en Ontario (Canadá). De hecho el rodaje tuvo lugar en la citada ciudad. Allí el locutor Grant Mazzy, interpretado por el veterano Stephen McHattie, irá narrando el surgir de una infección vírica en directo. Mientras, queda aislado en la estación de radio junto a sus compañeras Sydney Briar, interpretada por Lisa Houle, que debutaba en un largometraje después de participar en no pocas series de televisión, y Laurel-Ann Drummond, la técnico de sonido interpretado por la joven Georgina Reilly, habitual del director.

El trío solo se verá sorprendido por la aparición de un doctor, una llamada de la todopoderosa BBC y la incursión de los “infectados conversadores”, me encantó esta definición de McDonald.
Ciertamente la premisa es original y muy llamativa, más aún en pleno, aunque la cinta tenga ya unos añitos, auge del cine de infectados, o zombies, llamadlo como queráis. Y es que el cine de muertos vivientes, y sus derivados, ha tenido un resurgir desde la aparición de “28 días después” y en nuestros días de la serie de Tv “The walking dead”, posterior a este título que nos ocupa. Al menos la serie de tv que no sus cómics.

Siempre, o mayoritariamente, leí buenos comentarios sobre este título. Valorando, especialmente, su originalidad y frescura. Lo que no se es por qué he tardado tanto en echarle el ojo. Y quizá es porque no me pilló en su estreno, donde pudo ser más sorpresiva, pero la verdad es que siendo un título interesante se me hizo algo pesada. Porque toda la premisa se resultó cargante pasada la primera media hora. Ya vi que el tempo decidido por parte de McDonald era el que era, y solo esperaba que comenzase a suceder algo. Pero no, todo se queda en la misma localización, algo que en absoluto es negativo, sino más bien es un hándicap para la cinta. Ya que la dirección tiene que afrontarse con mayor ritmo, destreza o algún adjetivo tal para que el espectador no acabe cansado de la localización, como a un servidor le pasó.

Ya que cuando comienzan a aparecer los primeros infectados el tedio se había apoderado de mí. Quizá por el tempo en que está contada la historia o, quizá, el tono radiofónico empleado en la interpretación, muy destacable, de Stephen McHattie. Pero algo no me funcionó. Además, la incursión del doctor me pareció una licencia demasiado atroz con el devenir de la propia historia, la cual trata de ser realista, y este elemento la desvirtúa totalmente.

Así que llegaré ya a la aparición de nuestros “infectados conversadores”. Y decir que estos son deudores del estilo romeriano, gracias McDonald. Así el director nos muestra escenas clásicas de invasión zombie, en esta ocasión a la estación de radio. Muy destacable la del plano de la puerta de entrada y las manos zombies, la cual se usó en la portada, es muy potente. Porque no hace falta hacer un alarde de medios o presupuesto para rodar algo realmente impactante, y esta escena sigue funcionando, estando bien rodada, año tras año y película tras película.

Pero una vez que comienzan a entrar los infectados la fuerza se desvanece de a poco. Y aunque la premisa del audio es muy original, no me acabó de convencer. Y no por el tema en sí, sino por el como está tratado, o más bien rodado. Acepto muchas licencias para el disfrute del cine de terror, pero en esta ocasión hubo demasiados elementos que no me acabaran de encajar. O más bien que acabaron por sacarme de la trama y la acción. Así que si bien solo esperaba un ataque zombie, este al no producirse nunca pues me quedé con ganas de mas, mucho más.

Ya que ese es el matiz real de este título. Si uno espera ver otro producto zombie, o de infectados, está equivocado. Si espera ver hordas de no muerto sembrando el caos, está equivocado. Aquí tenemos una cinta que intenta aprovechar su presupuesto en el bien de su producto. Y este, lamentablemente, no acabó de engancharme.

Aunque puedo entender a la gente a la que esta cinta le ha gustado, totalmente. A mí no me ha desagradado, pero no me ha ofrecido lo que las grandes críticas que leí sobre ella me auguraban. Buenas actuaciones, historia interesante, pero ritmo flojo y falta de mayor tensión.. o que me pilló en un mal día..jajaja

De hecho, me sobran planos de radio y me faltan de zombies. Infectados estos, por cierto, muy bien caracterizados. Un tono híbrido entre infectado y humano normal con rabia. Vamos no demasiado demacrado, solo sangre por aquí y por allí y listo. Un gran matiz este.

Bruce McDonald dirigió hace poco un terror, “Hellion” (2015), ya que su carrera está más centrada en el mundo televisivo, las series de Tv. Creo que le daré una oportunidad, aunque esta me ha dejado algo frío.

La Mansion del Terror - 6

6

Género: Zombies - Infectados

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