“Oso mutado con mensaje ecologista que no es todo lo redonda que debería”
John Frankenheimer es un director con una carrera amplia y reconocida por público y crítica, aunque desgraciadamente dentro del género se le recuerde mayormente por el flojo remake de La isla del Dr. Moreau, 1996, cuando todos deberíamos hacerle alabanzas después de dirigir la soberbia El mensajero del miedo, 1962. Aunque siempre se centró mas en el cine negro, thriller, y de amplios presupuesto, no obstante la cinta que nos ocupa, podríamos decir que es su incursión mas pura dentro del género, gozó de un amplio presupuesto que, desgraciadamente, jugó en su contra.
Además el guionista es el gran David Seltzer, esta cinta está basada en un libro suyo que el mismo guionizó, que siempre será recordado por el soberbio guión de La profecía, 1976, aunque es justo recordar otros de sus trabajos, véase El día de Satán, 1998, Dragonfly, 2002, o El fin de los tiempos, 2005. El elenco está formado por rostros bien conocidos por el aficionado al séptimo arte en general, repito que estamos ante una gran producción aunque no lo parezca. Así el protagonismo recae en un Robert Foxworth al que ya habíamos visto en Hormigas, 1977, o en The devil´s daughter, 1973, que está acompañado por Talia Shire, siempre recordada por ser la mujer de Rocky Balboa o por participar en la saga El padrino, aunque nosotros debemos recordarla por su, casi, debut en Terror en Dunwich, 1970. También vemos a todo un Armand Assante, visto en Jack the ripper, 1988, o Juez Dredd, 1995, o al veterano Richard Dysart, que participó en La cosa, 1982, o El hombre terminal,1974, del resto del reparto podemos destacar a George Clutesi, [Alas en la noche, 1979], Burke Byrnes, [Muñeco diabólico 3, 1991], o Tom McFadden, [Muerto el 4 de Julio, 1997].
El Dr. Robert Verne viaja junto a su mujer Maggie a mediar en un conflicto que enfrenta a nativos norteamericanos y una empresa de papel, los nativos dicen que la fábrica contamina sus aguas y esta dice que los nativos han asesinado a alguno de sus hombres. Pero pronto el Dr. Robert Verne descubrirá que la fábrica está contaminando la zona y cuando logre explicarlo se verán perseguidos por un oso mutado con ganas de sangre para vengar a sus crías muertas.
A finales de la década de los setenta fueron muchas las películas con mensaje ecologista de por medio que vieron la luz dentro del cine de género, hasta podríamos hablar de una especie de subgénero. Vimos osos, hormigas, murciélagos, y diversos animales mutados por mediación de la mano del hombre con amplias ganas de comerse a estos.
Así surge la cinta que nos ocupa, pero, curiosamente, esta contó con un amplio presupuesto, algo que no acaba de plasmarse en la pantalla y por lo que Frankenheimer fue muy criticado. Ciertamente las calidades técnicas son competentes, el propio Frankenheimer realiza una dirección hábil y dinámica, pero a la película le falta algo, ¿y que le falta? Pues primeramente mas apariciones del monstruo en cuestión. Su aparición se centra en el tramo final de la película dejándonos así una primera hora de metraje que nada, o muy poco, tiene que ver con el género, parece por momentos un drama ecologista con personajes muy diferentes, hasta algunos parecen pertenecer a otro largometraje.
Y es que los perfiles son algo bruscos, nuestro héroe ecologista es un prototipo de buena persona que mira solo por el bien de la humanidad, el dueño de la fábrica es un pequeño déspota, la mujer del Dr. es una apacible mujer que sigue donde haga falta a su maridito, o el joven nativo que es una especie de luchador contra el hombre blanco, una especie de híbrido de indios de western tipo Jerónimo y las cintas tipo Rambo, con su arco y flecha, pero en vaqueros y camisa de leñador, que solo usará en una ocasión, increíble matiz este.
Apuntar que el elenco cumple, quizá Armand Assante realice una interpretación algo sobre actuada, sus expresiones faciales son muy forzadas, y Robert Foxworth trate de remarcar en exceso su condición de héroe, pero en líneas generales todas son aceptables.
Pero la cinta flojea en demasiadas partes del metraje, si bien es un trabajo interesante no consigue ser lo que de ella cabría esperar. Por personal involucrado en la misma, es bastante frustrante ver licencias argumentales clamorosas, o momentos de dirección caóticos. Especialmente en el tramo final, o elementos técnicos poco usados, como pueda ser la banda sonora que debió ser mas terrorífica en la parte final.
Por otra parte el monstruo, que no deja de ser una especie de oso mutado, o mas bien desfigurado, que corre a gran velocidad, mediante un efecto de cámara que no queda del todo bien, es muy salvaje y nos legará momentos inolvidables. Como el ataque a la familia, que inspiraría a uno de los asesinatos mas clásicos del gran Jason Vorhees, por cierto.
El final es muy predecible, en casi todos los aspectos, hay que reconocer que cumple a la perfección aunque nos deja la sensación de que hubo demasiado metraje sobrante en la primera hora de película, al igual que diversos diálogos que no llevan a ninguna parte. Además se usa poquísimo el gran detalle del embarazo de Maggie y la posible mutación del feto. Una pena.
De todas formas es una cinta a descubrir y en sesión doble con títulos como Grizzly, 1976, o Alas en la noche, 1979, puede hacer las delicias de todos aquellos fans del cine de monstruos setenteros con aires de telefilmes pero con mejores calidades. A esta quizá le sobre metraje y pretensiones, pero es que John Frankenheimer era un director consolidado que trató de dar un ejemplo de como rodar una película de monstruo mutado con mensaje ecologista, lástima que no fuese lo suficientemente redonda como su presupuesto hacía esperar.
Óscar Arias
La Mansion del Terror - 5.4
5.4
Género; Mutación - Animales - Oso