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Crítica- Wer (2013)

“Mockumentary licántropo tramposo que va de menos a más”

El director William Brent Bell volvió al cine mockumentary en 2013 después de haber rodado “The devil inside” en el 2012. Aunque si en aquella trataba el mundo de las posesiones, en esta ocasión lo hace dentro del universo de la licantropía, subgénero bastante denostado en los últimos tiempos, todo sea dicho. Para este nuevo mockumentary volvió a contar con  Matthew Peterman para coescribir el libreto junto a él mismo, y se rodeó de un elenco no muy conocido para llevarla a cabo.

Así la cinta está protagonizada por  A. J. Cook, vista por “Vampire wars; Battle for the universo” en 2005, o “Destino final 2” en 2003, Sebastian Roché de “Pegasus Vs. Chimera“, Vik Sahay, Stephanie Lemelin, Simon Quarterman, que ya trabajó con Bell en “The devil inside”, y el debut de Brian Scott O’Connor.

Lo primero que tengo que decir de esta película es que es un falso mockumentary, que ya es un estilo falso, vamos, rizando el rizo. Y es que William Brent Bell usa este estilo a sus anchas, o más bien a su libre albedrío. Porque emplea elementos de un rodaje común con el del clásico mockumentary, y el televisivo, en su sentido más noticiero posible. Así la grabación no hizo más que sacarme de la historia constantemente debido a estas trampas tan sumamente remarcadas. Parece que a la mayoría del público les gustó este estilo, pero a mí me pareció un engaño bastante calamitoso.

Porque así es fácil ningunear a los rubros técnicos. Que si la fotografía es cambiante dependiendo del estilo, y hasta leí a gente alabándola, que si el montaje se emplea para enfatizar los mismos, que si la banda sonora debe estar en su segundo plano debido al estilo de la filmación… Muchas excusas para rodar un largometraje de ficción, que es, en resumidas cuentas, lo que es esta “WER”. Y ningún rubro técnico resalta, de hecho pasan sin mayor pena que gloria.

Y eso que la película funciona. Aunque tarda una eternidad en arrancar, pero funciona. Porque todo el tramo inicial, primer ataque incluido, es bastante pobre, por no usar unos términos más negativos. Toda la presentación de la trama es muy chabacana y carece de ritmo o fuerza, muy debido esto al estilo que antes os comenté, vamos, al batiburrillo de estilos.

Así hasta el momento donde vemos el primer ataque claro de nuestro licántropo, sí, la escena del hospital. Escena donde parece que la película es otra, porque cambia radicalmente la dirección y el ritmo, aunque mantengamos unos personajes que no hay por donde cogerlos, en su gran mayoría.

Pero desde este punto, y esto he de reconocérselo a William Brent Bell, la película mejora cuantitativamente. Y, hasta hay algunos momentos, donde el estilo usado funciona, aunque siga siendo tremendamente tramposo.

Es de destacar al licántropo que tenemos en esta cinta. Una especie de licántropo humano, que sufre una pequeña transformación, bastante bien tratada, y que tiene una fuerza y agilidad impresionante. Así todas las escenas de lucha del licántropo contra la policía, que no son pocas, son muy potentes, y dejarán a cualquier aficionado al género del todo satisfecho por lo visto.

Además la complexión física de  Brian Scott O’Connor va perfecta para el personaje, y a este si supo William Brent Bell sacarle todo el partido.

Porque esto no ocurre con el resto del elenco. Donde tanto los perfiles como las interpretaciones dejan bastante que desear. Especialmente el caso de Simon Quarterman, un personaje plano que no aporta demasiado a la historia, hasta el tramo final. Donde nos deparará unos momentos que desvirtúan los bien haceres de la segunda parte de la cinta. Porque que alguien me diga que pinta ese corte de pelo, o más bien de bello corporal, y esa pelea final. Cutre e innecesaria a todas luces.

Por cierto, en el tramo final y no, no puedo dejar de apuntar este matiz, el foco del helicóptero me molestó de una manera enorme. ¿Alguien vio un foco así alguna vez en un helicóptero? No me lo podía creer. Una luz del todo enfocada, con un haz bien pequeño, y con un movimiento del todo desmesurado. Entre este matiz y la peleíta de marras el final queda del todo desvirtuado.

Ídem de la madre de nuestro licántropo, y la resolución del porqué de la licantropía, la cual queda en un segundo plano total. Y aquí eché en falta algún tipo de explicación más competente.

Ni que decir tiene hablar del final, puramente dicho. Ese híbrido de estilos me mató. Que una cosa es hacer trampas, y otra muy distinta hacer esto. Verhoeven ya empleó el estilo televisivo en “Robocop” con muchísimo más tino hace décadas.

Por lo que tenemos una película que empieza floja, va subiendo enteros, hasta cotas bien altas, para tener un final bastante bobalicón, donde el empleo de un estilo del todo falseado no ayuda en absoluto a tomarse este título en serio. Aunque, en algunos momentos, la verdad es que la película luce de mil maravillas.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 6.8

6.8

Género; Found Footage - Hombres Lobo - Mockumentary

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