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Crítica- La cabeza maléfica (1958)

“Serie B clásica que tiene uno de los más flojos finales que recuerdo”

En la década de los cincuenta la todopoderosa Universal se vio obligada a producir diversos bajos presupuestos con la intención de reconquistar el trono perdido entre las grandes mayors cinematográficas norteamericanas. Así surge esta The thing that wouldn´t die, AKA La cabeza maléfica. El guion corre a cargo de David Duncan, quien, supuestamente se basó en su relato “The water witch”. El director fue Will Cowan, que también produce, y que anteriormente solo había realizado un largo y unos 100 cortometrajes y el cual dejó la profesión después de finalizar este trabajo, eso que no es espantoso como se suele leer. Otra curiosidad es la referente a la banda sonora, donde se dice que Joseph Gershenson cogió “prestadas” músicas de cintas de Henry Mancini para abaratar gastos, otros dicen que fue el propio Mancini el que las usó libremente… uno de esos misterios de la serie B.

En el elenco cabe destacar la presencia de Andra Martin y William Reynolds, que están acompañados de Jeffrey Stone, Carolyn Kearney, y Peggy Convers entre otros.

El argumento de este film es bastante simplón. Una muchacha con poderes paranormales encuentra una cabeza de un brujo de hace 400 años. Este fue decapitado y ahora busca su cuerpo para volver a la vida. Pero mientras tanto se apoderará de las mentes de todos aquellos que le miran a los ojos ya que tiene poderes psíquicos. Os suena, ¿no?

Pues después de haber leído diversas críticas sobre esta cinta he de decir que no me pareció tan espantosa como la pintan, ni mucho menos. Más o menos mantiene un ritmo interesante durante todo el metraje, y, aún notándose bastante la ausencia de dinero, Cowan lo palia con una dirección clásica y competente. Y este es el mayor acierto de esta cinta, que no destaca pero tampoco desentona con la marabunta de productos de Serie B que vieron la luz en la década de los 50. Cierto es que el montaje tiene algunos saltos del todo ilógicos, sobretodo en la parte final donde parece que suprimieron mas de 10 minutos en la sala de montaje, para así tener una duración de unos 70 minutos y una mejor distribución.

La banda sonora, la “prestada”, tampoco desentona, y, al menos, cumple. Lo mismo pasa con la fotografía. Aunque sí podría haber tenido algo de diferencia de estilo en la secuencia sobre la ejecución del brujo, la referente a cuatro siglos atrás.

Porque Cowan mantiene un ritmo dinámico durante todo el comienzo de la película, algo de agradecer. Aparte de mantener un estilo muy clásico de la época, lo cual hará las delicias de los devoradores de Serie B cincuentera, como el que escribe.

De hecho, y aun a sabiendas de que estamos ante un título flojo, gracias a la escasa duración de este film, y su correcto ritmo, no podemos hablar de un bodrio, ni mucho menos. Cierto es que la dirección de actores es floja, y que las propias interpretaciones tampoco es que ayuden en demasía. Pero son realmente clásicas. Tan clásicas como las vestimentas de todos y cada uno de los personajes, los cuales están estereotipados, como era costumbre en la época, pero al no sobreactuar no desentonan. Eso sí, la primera vez que vemos el personaje de  Jessica con la barita buscando agua es demasiado ridícula y le quita seriedad a todo el asunto.

Por otro lado, hay que destacar la cabeza que da nombre al título. La caracterización hecha sobre Robin Hughes por Bud Westmore, un habitual del cine de serie B con más de 500 películas a sus espaldas, es más que aceptable y Cowan se las apaña para mostrárnosla de forma terrorífica, aunque no en exceso. Además tendremos algún que otro momento violento. Aunque el gran fiasco de esta cinta es su desastroso final. No di crédito a lo corto y fugaz del mismo, ni a lo insípido que resulta después de la parafernalia montada en el tramo final. Donde tenemos telequinesis, pseudo posesiones y un amuleto que es usado de forma ultra cutre pero que funciona a las mil maravillas… cosas de la Serie B.

En definitiva, un título menor que solo es recomendable para los amantes o seguidores de la Serie B de los cincuenta. De hecho es un título que hay que ver con ganas y a sabiendas de lo que uno se va a encontrar. Así se disfruta mucho más. Lo malo, el calamitoso final y la sensación de haber algún que otro salto temporal debido a la escasa duración del metraje final, algo quedaría sin montar en la sala de montaje.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 5.5

5.5

Género; Brujería - Telequinesis - Terror

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