Crítica- La maldición del monasterio (1988)

“Terror ochentero mexicano que se queda a mitad de camino”

Òpera prima y ùnica aproximaciòn al terror de Glenn Gebhar que se ha centrado màs en el cine documental, que segùn los crèditos de la pelìcula codirigiò con Pedro Villa, que buscando informaciòn solo encontrè que se le acredita como productor de esta cinta. A Rafael Sanchez Navarro le pudimos ver en Cazador de demonios y destaca la apariciòn de Russ Tamblyn, Attack of the 60 Foot Centerfolds, Necromancer, Dracula vs Frankenstein, Los sàdicos de satàn, etc..

Una comarca mexicana guarda una antigua maldiciòn, un despiadado burguès y dueño de grandes minas de oro, Victoriano Còrdoba, asesinò a casi todos los monjes de la comarca para salvaguardar su oro, cuando llegaron las autoridades se suicidò y su cuerpo quedò encerrado en el monasterio, pero al parecer en èl se encuentra su gran fortuna, aunque nadie se atreve a acercarse. Jaime viaja hasta allì para espantar antiguos monstruos, de pequeño y junto a su amigo Enrique viò a su padre muerto y algo màs que no recuerda. Durante el viaje encontrarà a Frank, un mago, y su asistenta Karen, que se fugarà con èl, ella empezarà a tener horribles pesadillas con el lugar, finalmente ambos tendràn que acudir al misterioso monasterio para resolver los enigmas.

Cinta mexicana que comparte elenco internacional y donde el diàlogo està tanto en castellano como en inglès, mi copia tiene un fallo garrafal, y es que en las partes habladas en inglès no hay posibilidad de tener subtìtulos, a mi no me importa, pero creo que no es lo màs acertado. Se nota que la cinta es de bajo presupuesto por diversas razones, mucha grabaciòn a la luz del dìa, pocos decorados y la mayorìa naturales, etc..

La incursiòn de Russ Tamblyn, que aparece muy poco durante la pelìcula, es para el papel de còmico, tan tradicional en las cintas de gènero mexicanas. He de reconocer que no me esperaba gran cosa de esta cinta pero su primera parte me sorprendiò gratamente, ya que aùn teniendo una atmòsfera algo descuidada mantiene unas formas màs que correctas y va preparàndonos para un buen desenlace, aunque jamàs llegarà.

Un detalle que no me acabò de convencer es la fotografìa usada en las pesadillas de Karen, con colores muy chillones que no cuajan con los fantasmas de los monjes y es que esas pesadillas, salvo quizà la primera, estàn bastante mal rodadas.

Las actuaciones son normalitas, Russ Tamblyn sobreactua en sus cortas apariciones pero es que le tocò el papel de bufòn. No llega a la altura de un Tin-Tan o un Loco valdes, pero se defiende. Los monjes por momentos me recordaron a los templarios de Ossorio, salvando enormemente las distancias y destaca casi màs el fantasma de Victoriano Còrdoba suicidado que no para de reír, me perecio muy afortunada su caracterizaciòn.

Tenemos una incursiòn de una curandera a la que no se le saca el partido que se la podría haber sacado, al igual que la incursiòn en la trama del oro y de Enrique, que a la postrè seràn muy importantes pero solo se sabrà al final y da la sensaciòn que el director no supo cuadrar bièn el guiòn, una pena.

Tenemos algo de sangre y un asesinato algo potente, pero no es que la cinta destaque por estos toques. El final es algo malo y la apariciòn de los monjes y Victoriano Còrdoba es muy corta y nos deja con ganas de algo màs de metraje para poder disfrutar de estos fantasmas, o la apariciòn de Frank, que es casi testimonial aunque vivirà, claro està. Algo curioso es que la cinta recuerda en la base argumental a la española Latidos de pànico, aunque vagamente pero tiene un ligero aire. Aunque siendo esta algo peor y mucho menos salvaje.

Terror ochentero mexicano, no fuè una dècada demasiado brillante en esa gran tierra de pelìculas de gènero, con elementos interesantes que llegan a hacer una cinta al menos entretenida pero que tiene un final algo desastroso que nos deja un sabor de boca algo amargo. Porque para realizar una buena cinta de terror no solo vale poner monjes fantasmas y listo, hay que saber guardar los tiempos y ademàs, usar estos fantasmas bastante màs ya que salen en muy poquitas ocasiones.

Óscar Arias