Crítica- Vampiros a la sombra (1988)

“Mezcla ochentera de vampiros cómicos y western que cumple para el aficionado”

Segundo largometraje de Anthony Hickox, hijo del genial Douglas Hickox, realizador entre otras de Matar o no matar, este es el problema, 1973, y hermano de James Hickox, director de Los chicos del maíz 2, entre otras. Recordemos que Anthony Hickox fue uno de los directores mas interesantes de finales de los ochenta y en los inicios de la floja década de los noventa, así le debemos títulos como Museo de cera, todavía en los ochenta, Eclipse total, 1993, o la saga de Warlock, entre otras joyitas.

En esta ocasión se rodea de un elenco de altísima altura dentro del cine de género, así nos encontramos con el recientemente fallecido David Carradine, [Kill bill, 2003], Bruce Campbell, [Posesión infernal, 1982], John Ireland, habitual del western visto igualmente en Terror night, 1987, el genial secundario George “Buck” Flower, [Animadoras asesinas, 1987], Morgan Brittany, [Un asesino en la autoestopista, 1979], Jim Metzler, [976; El teléfono del infierno, 1989], Maxwell Caulfield, [The supernaturals, 1986], Deborah Foreman, [Lobster man from Mars, 1989], Dana Ashbrook, [Museo de cera, 1989], M. Emmet Walsh, [Sangre fácil, 1984], o Bert Remsen, [Terrorvision, 1986], entre otros.

En esta ocasión se rodea de un elenco de altísima altura dentro del cine de género, así nos encontramos con el recientemente fallecido David Carradine, [Kill bill, 2003], Bruce Campbell, [Posesión infernal, 1982], John Ireland, habitual del western visto igualmente en Terror night, 1987, el genial secundario George “Buck” Flower, [Animadoras asesinas, 1987], Morgan Brittany, [Un asesino en la autoestopista, 1979], Jim Metzler, [976; El teléfono del infierno, 1989], Maxwell Caulfield, [The supernaturals, 1986], Deborah Foreman, [Lobster man from Mars, 1989], Dana Ashbrook, [Museo de cera, 1989], M. Emmet Walsh, [Sangre fácil, 1984], o Bert Remsen, [Terrorvision, 1986], entre otros.

Jozek Mardulak es el propietario del pueblo de Purgatorio el cual está habitado por vampiros que tratan de adaptarse a la vida normal mediante crema solar, gafas de sol y un sustitutivo de la sangre que están probando ideado por David Harrison, el cual irá junto a su mujer Sarah y sus hijas para arreglar unos desbarajustes. Allí encontrarán a Shane, antiguo novio de Sarah y enemigo de David, que además está maquinando un plan junto a Jefferson para acabar con todos los vampiros del pueblo y volver a crear una raza de vampiros asesinos de humanos. Y a todo esto Van Helsing, un antepasado del mítico cazador de vampiros hará acto de presencia por el pueblo.

Divertida producción que juega con diversos subgéneros, mezclando de forma muy interesante el cine de vampiros, en su faceta mas cómica, y el western, aparte del cine infantil, recordando en diversas facetas a la genial Una pandilla alucinante, 1987. El guión tiene diversos grandes elementos e ideas muy acertadas para la creación de esta comedia que resulta muy especial.

Porque Anthony Hickox realiza una dirección muy acertada, con una fotografía aceptable y una banda sonora sacada del mundo de los western, de hecho toda la parte final es muy cercana al cine de vaqueros. Aunque tampoco se olvida de crear diversos gags sobre el mito del vampiro, especialmente en la figura de Van Helsing. En esta ocasión bastante bobalicón, interpretado por un Bruce Campbell tan histriónico como de costumbre.

El elenco cumple, no obstante es de gran nivel y todos los actores involucrados dan lo mejor que tienen. Me sorprendió lo mucho que se toma en serio su papel John Ireland, aunque cabría destacar a casi todos, y sí, reconozco que Carradine quizá esté algo frío, pero siempre usaba los mismos registros, y así es como nos gusta verlo, que demonios.

La idea de la fábrica de sangre no era ni novedosa, y aunque ahora se use en la serie True blood, ya en los noventa se había visto en diversas ocasiones, porque realmente esta cinta no es demasiado original. Aunque las gafas de sol y la crema solar siempre me hicieron mucha gracia. Recordemos que John Carradine ya andaba durante el día en diversas cintas donde interpretaba al Conde Drácula, aquí su hijo le medio homenajea, aunque me quedo con el padre, siempre.

Hay varias tramas bien entrelazadas durante el metraje, así tenemos la lucha entre vampiros, el amorío del torpón Van Helsing, las rencillas entre David y Shane por Sarah, y las historias de algunos vampiros que salen a la luz para dar mayor dinamismo al metraje, que sobrepasa los 90 minutos pero que no se hace en absoluto pesado ya que todo resulta bien hilvanado por Anthony Hickox.

Además a la parte final le tengo mucho aprecio, siempre me encantó su resolución, cuando aparece la cruz, y es donde, además, aparecen los mejores momentos gore. Aunque no hay que olvidar el decapitamiento del principio que es muy divertido, porque quién puede olvidar a esos tres ancianos con gafas de sol en ese balancín.

Recomendable película que mezcla el cine de vampiros en su versión pseudo cómica y el western o hasta spaguetti western. La película resulta un divertimento aún con sus carencias, que no son pocas, pero gracias al gran elenco y a una buena dirección de Anthony Hickox tenemos una pequeña joyita que siempre estuvo bien vista por el aficionado, y es que con cositas como esta ya somos felices, que aprendan un poquito los directores actuales.

Óscar Arias