“Slasher indi irlandés que rememora a los ochenta, aún con su falta de presupuesto”
De manos de la productora Whitewashed Films llega el debut del irlandés Anthony White, el cual había dirigido un cortometraje, “Party 85” y había participado en la antología Shortcuts to Hell. Vol 1. Para llevar a buen puerto de este título abrieron una campaña de crowdfunding de 2.000€, la cual consiguieron sacar adelante.
Así, contando con un bajo, muy bajo, presupuesto, se embarcó en rodar un homenaje al slasher ochentero, aunque la productora cataloga esta producción como “un homenaje a las películas italianas de terror de los años 70 de Mario Bava y clásicos como “The wicker man”, algo que, lamentándolo mucho no se aproxima a la realidad.
Porque nos encontramos ante el enésimo slasher de bajo presupuesto. Catalogable dentro del cine underground de género debido a su escasa duración, 75 minutos, su asesino clásico que pulula por los bosques, y una especie de maldición que trata de ser la nota original de todo el asunto. Pero no lo es ya que recuerda a decenas de títulos. Algo que no es negativo, en absoluto.
Además en la primera mitad de la cinta tendremos muchos matices de la clásica road movie, y es que Anthony White demuestra cierta cinefágia por el género.
Pero me centraré en lo que nos ofrece la película. Ya que tenemos unas calidades técnicas justitas, de acuerdo con que contasen con bajo presupuesto y los responsables del proyecto se encargue de la mayoría de rubros técnicos, pero estos hay que cuidarlos algo más. Así la fotografía deja bastante que desear, el sonido tiene diversos errores, de hecho se nota en exceso las partes dobladas por los actores, y la música suele estar excesivamente alta.
He de apuntar que la banda sonora es bastante sorprendente. La música principal, que es muy deudora del estilo “El exorcista” o “Halloween” cumple perfectamente, al igual que el resto de la banda sonora. Gran selección y montaje de los tracks. Igualmente el montaje cumple con solvencia, lástima de la floja fotografía, la cual no puede ser arreglada por un montaje dinámico, simple y del todo apropiado para este tipo de cine.
Y es que no me quiero explayar en lo relativo a la imagen, y fotografía, pero estos detalles hay que cuidarlos mucho mas. Más aún en una época donde es fácil disponer de una cámara que dé buenos resultados y poder tener un programa de edición y etalonaje más que decente. Así en los últimos años he podido ver trabajos underground con grandes acabados, y este, lamentablemente, no es uno de esos trabajos.
Por otra parte el tramo inicial trata de incluir una comedieta que queda algo sosa, quizá debido al personaje de Keith, interpretado, curiosamente, por el mismo guionista de la cinta, Stephen Cromwell, el cual si bien no realiza una mala interpretación no acaba de cumplir con un guión algo cogido de pinzas. Eso sí, posiblemente sea el mejor intérprete de la película, ya que dentro del escaso elenco no podríamos destacar ninguna actuación, ni para bien ni para mal.
Afortunadamente tenemos gore, no gráfico, pero si vemos el líquido elemento en diferentes ocasiones. Y si, tenemos licencias atroces, estamos ante un slasher con ecos de secta satánica y hay momentos del todo ilógicos, pero ¿Importa? Esto es cine slasher de bajo presupuesto que cumple. Porque el tramo final, donde comienza a aparecer la acción, la cual quizá tarde demasiado en aparecer, Anthony White demuestra que sabe que hacer con la cámara, de hecho el es el montador, y, si bien la fotografía no ayuda, me repito, el montaje si resulta ciertamente dinámico y ágil. Con momentos muy clásicos, hasta tendremos plano calcado a “La matanza de Texas”, el cual parece más bien un homenaje.
Otro detalle curioso es la cantidad de falsos finales que contiene la cinta, y el cambio de registro que da la misma en el final de la aventura de los cuatro jóvenes. Así surgen mas asesinos, los cuales recuerdan a los caníbales de “Camino sangriento”, y killers del estilo, con momentos de sectas, y hasta me vinieron ecos de “Eden lake”, quizá por la tensión que consigue crear el director. Lástima que esté todo tan excesivamente oscuro, ya que el final es bastante destacable. Ah, tenemos escenita con nuevos jóvenes al final. ¿Quizá para poder rodar una secuela? Ojala, pero que esta vez tengan mas presupuesto y pulan los fallos de esta.
Película que cumple como slasher, no como homenaje al cine italiano, que hay que saber vender un proyecto como lo que realmente es, y no lo hacen. Seguiremos la pista a Anthony White, trazas tiene.
La Mansion del Terror - 5.8
5.8
Género; Slasher - Maldición