Crítica- Colmillos, el hombre lobo (1993)

“Correcta cinta mexicana de hombre lobo, sin mas y sin menos”

René Cardona III es la tercera generación familiar dedicada al cine, aunque fue su abuelo el gran artista dentro del cine de terror ya que su padre nunca demostró las mismas calidades y esta tercera generación se está centrando mas en el cine de acción y thriller al estilo mexicano que el propio terror. Aunque Rene Cardona III ha participado como actor en diversos proyectos de género y hasta dirigió Vacaciones de terror, 1989. La idea original es del director Rubén Galindo, de otra familia dedicada al cine de género, además de alguna entrega del Santo, aunque la adaptación es obra de Carlos Valdemar, guionista habitual del cine mexicano de los noventa.

El elenco está encabezado por el prolífico Miguel Ángel Rodríguez, que tiene mas de 200 películas a sus espaldas, donde podemos destacar Resucitaré para matarlos, 1991, o Mutantes del año 2000, 1992, que está acompañado de Olivia Collins, que participó en Terror y encajes negros, 1985, o El hombre que volvió de la muerte, 1990, o José Elías Moreno, mas habitual de la televisión mexicana aunque le pudimos ver en Supervivientes de los Andes, 1976. Del resto del elenco podemos destacar a Julieta Rosen, [Al filo del terror, 1992], o a Carlos East, [Alarido del terror, 1991], entre otros habituales del cine mexicano de esta década.

No encontré ninguna sinopsis por lo que la que podéis leer la hice yo, podría ampliarla pero creo que no es necesario ya que se puede ver claramente por donde va la trama. Ya que nos encontramos con el enésima revisión del mito del hombre lobo y su correspondiente maldición, maldición ya tan sobada que cuesta realizar una trama mínimamente interesante sin ser mas de lo mismo.

Y aquí hay que agradecer a Rubén Galindo su interesante historia, es muy destacable como sitúa a su licántropo dentro del mundo de los caballos en México, lugar donde se reúnen gentes de dinero, siendo nuestro protagonista el “típico” segundón, al que sus caballos quedan segundos y el gran ganador se queda con la chica de la cual el está enamorado.

Pero después de la consabida presentación de personajes entramos en materia, y la materia es que Cristóbal sufre de pesadillas con una bestia asesina que acabará siendo el mismo debido a una estatua que le da una extraña mujer. Vamos que es mas de lo mismo pero con un pequeño toque personal ya que el propio Cristóbal vende las piedras preciosas que contiene la estatua para luego convertirse en lobo y asesinar a sus dueño.

Todo bajo unos rubros técnicos correctos, de hecho el cine mexicano siempre se ha diferenciado en sus correctas calidades técnicas, algo de agradecer. Miguel Ángel Rodríguez cumple a la perfección su papel de personaje maldito, con un cambio de actitud debido a su maldición, e irá mejorando con el paso de los minutos al igual que su personaje. Del mismo modo sus dos compañeros protagonistas realizan una gran labor, tanto Olivia Collins como José Elías Moreno están correctos, cada uno en su roll.

Es curioso como después de visto el largometraje tenemos las sensación de haber visto una película sangrienta pero no recordamos nada gráfico, y es que no lo hay. Si veremos los ataques del hombre lobo, que están rodados algo oscuros y con demasiada velocidad en la cámara lo cual impide disfrutarlos en su justa medida, y como la mayoría de planos son de sangre sin mas no acabamos de disfrutarlos del todo, siendo este un pequeño gran error por parte de Cardona. Aunque veremos algún miembro amputado y diversas heridas realmente brutales, pero siempre de segundas, es decir nunca de forma gráfica.

La caracterización de nuestro licántropo es algo cutre, para que vamos a engañarnos, de hecho Cardona solo nos muestra un par de planos del rostro de la bestia, al final de la cinta, ya que el mismo debe saber lo cutre que les quedó el traje. Al menos la transformación tiene su aquel y si bien es deudora de los clásicos largos licántropos, no desentona con los mismos y al menos cumple.

El tramo final es muy predecible, en todos y cada uno de los aspectos, eso sí, veremos a nuestro hombre maldito repleto de sangre una vez convertido en humano, detalle este de agradecer ya que siempre nuestros licántropos estaban mas sucios que bañados en sangre.

Una revisión licántropa proveniente de México en plena década de los noventa, una de las consideradas peores décadas para el cine de género, donde tenemos un producto correcto y entretenido, sin nada destacable pero que cumple como otro producto de hombres lobo. Además siendo un trabajo donde están involucrados miembros de las familias Cardona y Galindo siempre tenemos un pequeño aliciente mas para su visionado, y al menos no defrauda ya que cumple como entretenimiento, que es de lo que se trata.

Óscar Arias