Crítica- La dama rosa mata siete veces (1972)

“Giallo correcto que quizà pudo dar algo mas de si”

Ùltima pelìcula dirigida por Emilio Miraglia, que ademàs firma el libreto. Anteriormente habìa rodado la interesante La noche en que Evelyn regresò de la tumba, aunque su carrera profesional se centrò mas en la labor de script o director de segunda unidad. Con un elenco habitual dentro del cine de la època, y gènero, italiano, encabezado por Barbara Bouchet, Angustia de silencio o La taràntula del vientre negro.

Está acompañada por Ugo Pagliai, Fatal frames o Shadowman, Marina Malfatti, La noche en que Evelyn saliò de la tumba o Todos los colores de la oscuridad, Sybil Danning, Aullidos 2 o El ojo del laberinto, Marino Masè, Contaminaciòn, Alien invade la tierra, Pia Giancaro, Mal de ojo, Nino Korda, De sade 70, Fabrizio Moresco, Revelaciones de un manìaco sexual o La muerte acaricia a media noche, o Rudolf Schündler, El exorcista o Suspiria.

Tobias Wildenbrück ha fallecido, pero su herencia no podrà entregarse hasta el año siguiente ya que una extraña maldiciòn pende sobre la familia, la Dama Rosa. Aparte Kitty asesinò, sin querer, a su hermana Evelyn tiempo atràs, pero el fantasma de la Dama Rosa ha reaparecido y està comenzando a asesinar, parece ser que la sèptima vìctima serà la propia Kitty, mientras la policìa sospecha del amante de esta, Martin Hoffmann, que està tratando de protegerla y resolver el caso. Quizà la herencia tenga la soluciòn.

Interesante giallo con elementos slasher que deberìa tener algo mas de reconocimiento, ya que si bièn no es una genial cinta si cumple con los cànones mas brutales del giallo que estarìa por venir, vamos se adelantò en cierto modo a su època.

Aunque tenga un guiòn algo libre, con diversas licencias, la elecciòn de mostrar a un asesino caracterizado de la forma en que lo està es un gran acierto por parte de Emilio Miraglia. Làstima que su direcciòn y la creaciòn de atmòsferas sea tan desigual. Lo mismo pasa con la banda sonora, que si bien es interesante està muy desaprovechada, una vez vista me da la sensaciòn de si hubiese sido rodada por un Argento o Fulci estarìamos ante una cinta de puro Culto, que no es.

Las interpretaciones son de lo mas tìpicas del gènero, aparte de los caracteres y su perfil. Tenemos al policìa, la hermana que se siente agobiada, el amante/marido que trata de solucionarlo todo y una trama familiar con marcado carácter de trauma infantil. Ademàs todos los actores cumplen, hasta tenemos diversos desnudos, como no podìa ser de otra forma. Es gratificante ver a una joven Sybil Dannig mostrarnos sus atributos antes incluso de ser una sex symbol.

Menciòn aparte tiene el momento de la violaciòn, que no aporta nada, es curioso porque hasta la vìctima parece obviarlo. Las muertes son interesantes, aunque podrìan haber dado algo mas ya que la caracterizaciòn del asesino es tan potente que el propio acto del asesinato queda algo ennegrecido. Aùn asì veremos muertes algo sàdicas, que no gràficas, es curioso ver la cantidad de puñaladas que da la Dama Rosa. Y la duraciòn de las propias muertes, aunque un poco mas de tiempo hubiese sido todavìa mas interesante.

La finalizaciòn de la cinta està algo forzada, siendo interesante resulta algo mal llevada, quizà otro tipo de direcciòn. Porque, aparte de los fallos de continuidad o montaje, hay elementos forzados de forma exagerada. El momento de Kitty en el sòtano, la confesiòn del responsable y los ùltimos momentos, donde hay hasta elementos carcajeables, en serio. Pero aùn con todo, es un buen giallo que se deja ver con dinamismo, y al ser algo desconocido siempre llama mas la atenciòn.

Giallo correcto que quizà pudo dar algo mas de si ya que tiene a uno de los asesinos del gènero mas interesantes y memorables, aunque poco reconocidos, de forma totalmente injusta. Este trabajo hay que reivindicarlo, ya que aunque no sea un gran producto si es un ejemplo de esos giallos de segunda lìnea que nos hacen disfrutar de este soberbio gènero. Pero, y me repito, si este mismo guiòn hubiese caído en otras manos quizà hablarìamos de otra cosa. De todas formas, a reivindicar.

Óscar Arias