Crítica- Swordsman (1990)

“La cinta que abriò el swordplay como hoy lo conocemos”

Superproducciòn hongkonesa dirigida por cinco directores, aunque el que aparece en los crèditos es King Hu, todos ellos conocedores del gènero y que nos han legado otras grandes cintas, habrìa que hacer un miniapartado sobre cada uno pero lo veo innecesario. Basada en una de las màs famosas novelas de Jin Yong y contando con grandes estrellas del cine de espadas, artes marciales y terror de Hong Kong.

Trama enrevesada con cantidad de personajes. Lo mejor es verla ya que la explicaciòn real de su sinopsis seria algo larga y casi la sinopsis del DVD nos basta para poder hacernos una idea. Habitualmente estas epopeyas wuxia siempre tienen una historia algo mezclada lo que las hace siempre màs entretenidas siempre teniendo en cuenta su larga duraciòn, ya que rara vez tenemos un wuxia de poco metraje.

Esta es la cinta de mayor presupuesto de los 90 de Hong Kong, dentro del swordplay, realizada para revivir el gènero y vaya si lo hizo, hasta la siguieron dos continuaciones. Para muchos hasta esta, que es una gran cinta, es la peor de las tres, lo cual no comparto ya que si bièn la segunda parte, con Jet Lee, si es mejor la tercera creo que no lo es.

Aquì tenemos sensacionales duelos y batallas usando las tècnicas de las cuerdas con un montaje impresionante, quizà lo que le sobre es la cantidad de diàlogo que tiene ya que por momentos puede llegar a hacer la cinta algo lenta o la comedia algo gruesa que tiene durante todo el metraje, cosa que salva con los susodichos combates. De hecho en su època fuè toda una innovaciòn y asentò de nuevo el gènero de espadas en Hong Kong, cosa de agradecer ya que despuès de esta salieron infinidad de productos similares, tradiciòn que en nuestros dìas se ha vuelto a poner de moda pero ya usando unos efectos especiales de altìsimo nivel.

Las actuaciones son buenas, de hecho tenemos a grandes actores que saben a la perfecciòn su papel, la atmòsfera està conseguida pero el gran punto negro que le veo es la direcciòn algo atropellada, se nota que hay demasiadas cabezas pensantes y seguramente hubiese una o dos principales pero como tendrìan diversas unidades hay partes algo discordantes a otras, cosa que sumada al, por momentos, espeso guiòn restan enteros a esta genial cinta deudora de reinventar un gènero majestuoso.

Las coreografìas de las luchas son, como la buena tradiciòn oriental manda, soberbias, rodadas con mucho dinamismo y velocidad, en esto los orientales son unos genios. Eso que lo que hacen es subir la velocidad de la pelìcula rodada, para darle mayor sensaciòn de velocidad, acciòn de montaje que es un acierto total. Ademàs de la tècnica del polvo, asì los golpes parecen màs potentes. Estè gènero, donde se atreven a meter chambarà, es genial y todos los seguidores estaremos siempre agradecidos a esta cinta de gran presupuesto que abriò las puertas a estas grandes producciones. Luego hay quièn dice que Tigre y dragòn fuè el precursor de estè tipo especial de cintas de swordplay, si es que.

La cinta que abriò el swordplay como hoy lo conocemos, que fuè seguida por dos continuaciones, Swordsman 2 y Swordsman 3, The eat is red. Todo un divertimento, que quizà se haga algo pesado por la cantidad de secuencias de diàlogo que tenemos y que, quizà, haya envejecido algo mal pero sigue hacièndose del todo disfrutable y se puede ver en sesiòn doble con su continuaciòn, mejor.

Óscar Arias