Crítica- The black sleep (1956)

“Joyira rara repleta de rostros conocidos venidos a menos”

Mítico título donde la United Artist consiguió reunir un elenco portentoso del cine de género, aunque quizá algo venido a menos. Con un guión menor, de John C. Higgins, Reginald Le Borg trata de sacar partido a estas viejas glorias y a un presupuesto bajo, algo a lo que ya estaba acostumbrado y que le pasó igualmente en Voodoo island, 1957, o Diario de un loco, 1963. El genial elenco está encabezado por Basil Rathbone, recordémosle de La comedia de los terrores, 1964, el cual está acompañado de actores de la talla de Bela Lugosi,[Drácula, 1931], Lon Chaney Jr.,[Frankenstein y el hombre lobo, 1943], John Carradine,[Billy the Kid vs Dracula, 1966], Akim Tamiroff,[Cagliostro, 1949], que substituyó a Peter Lorre el cual no pudo participar debido a otros compromisos, Tor Johnson,[Plan 9 from outer space, 1959], Herbert Rudley, el cual participó en diversos seriales de la época al igual que otros secundarios, de renombre, como Claire Carleton, Patricia Blair o Clive Morgan.

El Dr. Joel Cadman tiene en su poder un suero indígena llamado “nindantera”, al cual denomina Suero negro, este es capaz de devolver a la vida a quién se le inyecta y hacerle pasar por muerto, así salva de la horca a su colega, el Dr. Gordon Ramsay, al cual le pedirá que le ayude, pero cuando este descubre las consecuencias de sus experimentos tratará de detenerle ya que está convirtiendo en zombies y mutantes a personas inocentes.

Esta película fue, realmente, el último trabajo de Bela Lugosi, su aparición en Plan 9 from outer space fue póstuma, como la gran mayoría sabe. Curiosamente este título estuvo olvidado durante años ya que su supuesta cutrez era inaceptable al tener un elenco tan llamativo, pero siendo serios y francos hay que decir que el título es un gran divertimento de cine de serie B, ese cine que copiaba los cánones de la gran Universal y sus monstruos pero con menos, bastante menos, presupuesto.
Obviamente los parámetros técnicos dejan que desear, la fotografía no está en absoluto cuidada, las sombras imposibles aparecen y desaparecen a voluntad, sin saberse de quién, la banda sonora es casi inexistente, al igual que pasa con la dirección de actores, parece que LeBorg da por hecho que al contar con un elenco de calidad salvarán por si solos un guión flojo y poco original que no da pie a lucimientos.

Además las actuaciones son algo irregulares, aunque mas bien hay que decir que los perfiles están muy poco conseguidos. Así Basil Rathbone como Mad Doctor no da la talla, parece perdido durante el metraje, la historia de su mujer está en un segundo plano atroz soltando sus frases sin mas, además, es curioso como tiene una mirada tan perdida que hasta asusta. Por otra parte quiero destacar a John Carradine, que hace de mutado y raptado por Cadman que por si solo conseguirá despegar la película con su sola presencia, con un perfil hecho para el, que salva toda la parte final. También cabría destacar a un correcto Akim Tamiroff, que de nuevo hace de gitano, ya podría mejorar su dicción, y Lon Chaney Jr., ya alcohólico pero siempre eficaz, no se, tengo debilidad por el.

Aparte es curioso comprobar como la película obvia sus propias posibilidades, si bien nos muestra una operación de cerebro, gráfica, no se atreve a seguir por esos derroteros y llena el metraje de diálogos que no llevan a ninguna parte, algunos estirados hasta el exceso. Lo mismo pasa con varios personajes, los cuales podrían haber dado mucho mas, encima, y para colmo, la parte final con la fuga de los zombies es muy corta, si bien nos regala los mejores momentos con un Carradine histriónico guiando a los zombies freaks, “!Matad¡, !matad¡”, podríamos llamarlos así, su tiempo en pantalla es muy corto, demasiado corto.
Por lo que lo mejor que tiene esta cinta, que son sus monstruos, no se nos enseñan hasta pocos minutos antes del final, eso sí, la secuencia donde vemos al Dr. Gordon y a Laurie descubriéndolos es genial, lástima que la fotografía no acompañe.

En definitiva, un título que no es tan malo como se dice y al cual le sobra diálogo y ese intento de emular a las joyas de la Universal. Además, los monstruos que se nos enseñan, formados por actores míticos de al serie B, daba para muchísimo mas, y aunque el bueno de Udo el gitano dice tener mas vidas que un gato, lamentablemente, no hubo continuación. Eso sí, estamos ante una de esas joyas perdidas que han de verse al menos una vez en la vida. Recomendable.

Óscar Arias

COMENTARIO CEDIDO AL FESTIVAL CATACUMBA ´09