Crítica- Dagon, la secta del mar (2001)

“Otro flojo producto de la desaparecida Fantastic Films”

Lovecraft es uno de los autores de fantástico que menos adaptaciones cinematográficas tiene debido a lo complejo que se suponen a las mismas. Así la Fantastic factory, esa compañía propiedad de Julio Fernández y Brian Yuzna que en el nuevo siglo trató de asentar el terror en España pero que debido a la poca aceptación del público tuvo que cerrar, decidió adaptar la novela “La Sombra sobre Innsmouth” del genio de Providence. Optando por todo un Stuart Gordon, amigo y colaborador de Yuzna y al que debemos títulos míticos como Re- animator, 1985, Resonator, 1986, o Dolls, 1987, para encargarse de la dirección bajo adaptación de Dennis Paoli, que ya había coincidido con Gordon y Yuzna en títulos como El dentista, 1996, o Castle freak, 1995.

El elenco es principalmente nacional aunque su protagonista sea Ezra Godden, que repetiría con Gordon en su capítulo de Maestros del terror, Tras las paredes, que está acompañado de un elenco que trabajó en bastantes ocasiones para la Fanstastic factory. Así vemos a Raquel Meroño, que también participó en Bajo aguas tranquilas, 2005, a todo un Paco Rabal, siendo este su trabajo póstumo, Macarena Gómez, la genial killer de Sexy killer, 2008, además de secundarios habituales de la productora como Ferran Lahoz o Brendan Price.

La extensa sinopsis es del todo acertada, solo cabría añadir que Uxía Cambarro, hija del “sacerdote” del pueblo, está enamorada de Paul y tratará de salvarlo de las garras de los pueblerinos. Es curioso como lo mas destacado que se comenta sobre este título es que es lo mejor que rodó la Fantastic factory, algo con lo que no podría estar mas en desacuerdo. De todas formas esta compañía nos daría mucho que hablar ya que los propios españoles la vilipendiamos y no la dimos ni un solo boto de confianza, reconozco que sus trabajos no eran muy destacados pero creo recordar que el mundo está poblado de productoras iguales o peores a la que los fans respetan el triple, en fín.

Pero adentrándonos en la cinta, entonces hay que decir que los seguidores de Lovecraft se han quejado bastante debido al poco acercamiento real a la obra de Lovecraft, y que, de nuevo, se centran mas en mostrar detalles, tipo la camiseta del protagonista, Miskatonik, la universidad del mundo de Lovecraft, que del propio libro que adapta. Por otra parte he de decir que Gordon no estaba en su mejor momento cuando rodó este título, su dirección es atropellada, con diversas licencias, con un ritmo cansino y muy poco dinámico hasta el tramo final. De hecho toda la primera hora se hace bastante pesada, quizá Gordon se dejó llevar por unas, a priori, buenas calidades técnicas, la fotografía y dirección artística cumplen aunque la banda sonora es algo floja, pero no las apuntilló con una correcta dirección. Además tenemos secuencias alargadas sin sentido, algo que juega en contra de este título, encima mantiene un estilo similar al de su Castle freak, 1995, algo que no conviene a este título en absoluto. Por otra parte hay que volver a decir que el sonido de esta cinta es bastante lamentable, la F. F. nunca cuidó este detalle, aunque este elemento es muy habitual dentro del cine de género español de los últimos años, una pena.

Igualmente me sorprendió mucho la falta de dirección de actores, estos deambulan por la pantalla dejándonos constantemente la sensación de abandono por parte de los interpretes, el caso de Paco Rabal es atroz, no entiendo como con un actor de sus calidades nos sea mas interesante en el momero de su muerte, muy gore y salvaje, que en su interpretación, de pena. O como Ezra Godden nos deja una interpretación pobre, sin fuerza y sin demostrar nada como actor, aunque su perfil sea tan incoherente, que lo es y mucho, su trabajo deja muchísimo que desear. Al menos Raquel Meroño y Macarena Gómez cumplen y nos deleitan con pertinentes desnudos frontales, algo, siempre, de agradecer.

Los efectos especiales y digitales son buenos, me gustó mucho el diseño de Uxía Cambarro, esas “piernas” quedaban muy bien empastadas con el computo general del cuerpo, al igual que algunas membranas, especialmente las de los dedos, porque las caras, algunos miembros o el monstruo final dejan mucho, demasiado, que desear. Porque estamos todo el metraje esperando ver a Dagon y nos llevamos un chasco enorme, al menos el padre de Uxia es un calamar, que inspiraría a Piratas del Caribe, francamente bien realizado, pero que nos deja igualmente con un sabor agridulce debido a lo flojo de Dagon.

Otro elemento destacado es el gore y violencia gratuita que muestra Gordon. La muerte de Rabal, o la de Meroño, o la piel humana retirada del cuerpo, o el mismo final son muy impactantes, de hecho lo son mucho mas que los propios “calamares”, siendo este un gravísimo error, ya que pretendíamos ver una cosa y no la otra. Eso sí, la secuencia donde arrancan la piel y el final, estrictamente hablando, son muy potentes, lástima que no se acercase mas el resto de la cinta a estos elementos.

Otra película de la Fantastic factory que deja algo indiferente, tenemos buenos elementos puntuales pero con un todo algo triste y apagado, quizá debido a un pésimo audio, clásico de la F. F., y a unas ideas y formas que no consiguen aprovechar los buenos elementos de esta producción, que los tiene. Al menos tenemos algo de gore, que es bastante potente, una par de destapes, y un trabajo made in Spain que, en definitiva, tiene un visionado. Eso sí, aunque no me haya parecido un trabajo muy bueno me sigue apenando, y mucho, la desaparición de la Fantastic factory.

Óscar Arias