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Crítica- Juegos diabólicos (1992)

“Fin de la saga y con muñecos, en fín…”

Ùltima entrega de la saga Noche de paz, noche de muerte, de nuevo bajo la batuta de Brian Yuzan aunque dirigida por Martin Kitrosser, entre ambos realizan el guiòn de esta. Martin Kitrosser aparte escribiò el guiòn en un par de entregas de la genial saga Viernes 13 ademàs de dirigir, a finales de los noventa, El dulce rostro de la muerte.

Protagonizada por el mìtico Mickey Rooney, El chico atòmico entre otros cientos de tìtulos, junto al niño William Thorne que rodarìa tambièn Demonic toys, o Jane Higginson, Matadero, o Brian Bremer, Society o Gritos de muerte. Ademàs de encontrarnos con diversos actores que ya participaron en la anterior entrega, tenemos a Clint Howard, a Neith Hunter o a Conan Yuzna, el hijo de Brian.

Un niño, Derek, recibe un regalo antes de nochevieja pero su padre le pilla abrièndolo y se lo quita, pero ese muñeco asesinarà a su padre dejando a Derek en trauma y a su madre Sarah encargada del pequeño. Esta tratarà que Derek recobre la energìa y le llevarà a la tienda de muñecos de Joe Petto y su hijo Pino donde parecen guardar mas de un secreto. Asì Sarah gracias a la ayuda del verdadero padre de Derek, Noah, intentaràn descubrir el secreto del viejo Joe Petto y su hijo Pino.

Vuelta al cine de muñecos que tanto dio en los ochenta, esta vez con un claro homenaje al clàsico Pinocho. Nuestro creador de muñecos se llama Joe Petto, en honor de Gepetto, el padre de Pinocho, y no serà el ùnico toque de ese mìtico dibujo. Otra cinta de la que toma varios detalles es Dolls, que resulta bastante superior.

Lamentablemente las calidades son inferiores a la anterior entrega, tambièn bajo la supervisiòn de Yuzna, con un ritmo algo cansino. Aùn mostràndo muchos maniquíes y muñecos no llega a crear una tensiòn suficiente como para involucrarnos en la cinta, eso que los muñecos y los maniquìes son un clàsico del cine de gènero.

Aparte la historia hace aguas continuamente y las incongruencias son innumerables, aunque si se pasan, la mayorìa, por alto podemos llegar a disfrutar en cierto modo de este producto menor. La direcciòn de actores es quizà uno de los puntos mas flojos, junto al perfil de casi la totalidad de caracteres. Rooney tiene un cambio de personalidad brutal, William Thorne solo muestra una cara, sin mas, Jane Higginson està algo histèrica, el personaje de Noah es lamentable, el tìpico que da la impresiòn de algo para luego cambiar con sorpresa incluida, muy malo tanto el personaje como el actor, otro que se salvarìa serìa Brian Bremer, que debiò tener algo mas de protagonismo, al igual que Clint Howard o Neith Hunter que demuestran mas en sus pequeños papeles que algunos de los protagonistas.

El gore y efectos son menores de lo que cabrìa esperar ademàs de tardar una infinidad en aparecer, salvo la escena inicial. Al menos toda la resoluciòn de la trama es ciertamente interesante, no muy original ya que mama de la leyenda de Pinocho y sus derivados terrorìficos, pero nos deja unos momentos increíbles. Aunque, ciertamente, la caracterizaciòn de Pino deja bastante que desear, pero como guarda ese toque de muñeco ochentero a mi me resulta simpàtico.

Pero no hay que dejar de reconocer que estamos ante un tìtulo menor donde hasta el impàvido niño se permite hacer la gracieta absurda al final de la cinta, que cosas.

Capitulo final de la saga Noche de paz, noche de muerte que no tiene absolutamente nada que ver con ninguna de las otras cuatro partes, ya que el nùcleo de uniòn es llamar al personaje de Clint Howard Ricky, como el protagonista de casi toda la saga, y mezclar algo de navidad por aquì y por allà pero sin sentido ninguno, que queda casi peor. Es una cinta de muñecos al uso, y encima de las flojas, para ver junto a la saga para no salir de nuestro asombro, no mucho mas.

Óscar Arias

La Mansion del Terror - 4.9

4.9

Género; Muñecos

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