Crítica- La puerta 2 (1992)

“Secuela menor pero, aún así, interesante”

Secuela algo tardía de La puerta, dirigida igualmente por Tibor Takács, el cual entre medias rodó Lecturas diabólicas, lamentablemente su nivel fue decayendo con títulos como Mega snake o Mutación. Está protagonizada por Louis Tripp, uno de los protagonistas de la entrega anterior, el cual está acompañado de Pamela Adlon, Cuando despierta la noche, Simon Reynolds, Parking 2, James Villemaire, Zombie 5, pájaros asesinos, Neil Munro, Llamada mortal, o James Kidnie, Cuerpo maldito.

Terry vuelve a abrir la puerta demoníaca que abrió por error cinco años atrás junto a su amigo Glenn, pero esta vez cree saber la fórmula correcta y así poder volver a hacer feliz a su desdichado padre. Pero durante el ritual aparecen unos macarras del pueblo y lo estropean de forma que liberan a uno de los criados al cual le pedirán deseos que les tranformarán en demonios. Así Terry junto a Liz, la novia de uno de esos macarras, tratarán de salvar al mundo y a ellos mismos de estos demonios y de la maldita puerta.

Tibor Takács trató de continuar las buenas ideas mostradas en la anterior entrega de la saga, La puerta, pero en esta ocasión pasamos de un terror infatil a un terror- teen muy del montón. Que si bien resulta entretenido pierde bastante de la fuerza y la sorpresa de la primera, aunque, ojo, es igualmente disfrutable. Es mas, no consigo entender el porqué los fans de la primera odian esta y viceversa, cuando ambas no es que sean complementarias pero si entretenidas en su estilo. Aunque he de reconocer que me quedo con la primera.

En esta entrega encontramos diferentes fallos, ya no solo de racord o continuidad, sino de estilo. Todo lo demostrado previamente por Tibor Takács desaparece, y esta película se acerca mas, mucho mas, a los parámetros de su segunda película, Lecturas diabólicas mas que a la propia La puerta.

Aparte creo que la base de la trama no tiene ninguna consistencia. Los perfiles son bastante malos, además de contar con unas interpretaciones bastante pobres, no me extraña que Louis Tripp abandonase, casi, el mundo cinematográfico. No es capaz de mostrar ninguna mueca ni sensaciones ni nada, mas frío que un témpano de hielo, y eso que es el protagonista. Quizá aquí resida uno de los problemas de la cinta.

De todas formas tenemos monstruos varios, aunque de la horda de monstruitos pasamos a un único ser, pequeño bajón para el fan. Además hay elementos que parecen sacados de los Gremlins o hasta los Critters, algo que tampoco le hace mucho bien.

De todas formas este nuevo monstruo parece conceder deseos que luego se vuelven en contra de la persona que los pidió, como una pata de mono, convirtiendo, de paso, a los humanos en monstruos igualmente. He de decir que si bien los monstruos están bastante bien caracterizados, aunque de una forma muy, muchísimo, vista en los 90, hubiese preferido tener solo monstruos realizados en Stop- motion y dejar de lado el Suite- motion, vamos que vista hoy parecen monstruos sacados de las series de Buffy o Angel.

La parte final es bastante dinámica, pero la historia amorosa me parece patética y sin sentido. No aporta absolutamente nada, bueno si, metraje, que algo es algo, pero lo del puro final, en el cementerio, sobra. De todas formas, la utilización de un solo decorado en el final me resulta algo pobre, el bueno de Tackas podría haber ofrecido algo mas. Aunque, en resumidas cuentas, el final consigue salvar a la película que no deja de ser un entretenimiento con toques ochenteros, aunque eché en falta algo de infantilismo.

Secuela de la interesante La puerta, rodada también por Tibor Takács pero cuatro años mas tarde y pasando de un terror infantil a un terror teen mas habitual y menos sorprendente. Por lo menos Tibor Takács siempre nos regaló secuencias y monstruos animados en Stop- motion, que quieras que no sube enteros a una película mediocre. Esta es interesante, y aunque me quede con la primera entrega creo que ambas son perfectas para una sesión doble.

Óscar Arias