Crítica- The collector (2009)

“De las mejores Torture porn de los últimos tiempos”

Estamos ante una película cuya historia no deja de ser curiosa. Nació como precuela de la saga Saw, no obstante Marcus Dunstan es el guionista de las últimas entregas de la saga, pero los productores decidieron que fuese un proyecto nuevo pero basándose en el estilo de Saw. Ya se sabe que cuando un tipo de cine funciona las imitaciones, homenajes, comparaciones y explotaciones están al orden del día. Pero estamos ante una propuesta nueva bajo la dirección del propio Marcus Dunstan, al que también debemos los libretos de la saga Feast. Por lo que nos podemos hacer una idea muy clara del tipo de producto que tenemos entre manos, ahora solo es ver como y que se nos ofrece.

Afortunadamente el presupuesto es amplio y aunque cuente con un elenco escaso el diseño de producción es bastante llamativo. El elenco está formado por rostros conocidos de las ultimas hornadas de cine de género estadounidense, así el protagonista es Josh Stewart, al que vimos en Jekyll, 2007, o The haunting of Molly Hartley, 2008, que está acompañado de Michael Reilly Burke, siempre recordado por Ted Bundy, 2002, Andrea Roth, [The skeptic, 2009], la pequeña Karley Scott Collins que ya ha participado en Amusement, 2007, y varias entregas de la saga Pulse. Como otros de sus compañeros de este título, como Diane Ayala Goldner o William Prael, aparte de Madeline Zima, de la mítica serie de televisión La niñera a la que veremos en breve en Trance, 2011, Daniella Alonso, vista en El retorno de los malditos, 2007, o a Juan Fernández, nuestro killer, al que hemos podido ver en Necronomicon, 1993, o Liquid dreams, 1991.

Arkin es un ex- convicto que realiza un trabajo en casa de los Chase cuando su mujer le dice que tiene que conseguir dinero debido a unos problemas suyos con unos acreedores, así Arkin decide ir a la casa de los estos ha apoderarse de sus joyas, pero en ese mismo momento The collector, un despiadado asesino en serie, ha entrado en la casa y ha comenzado a torturar a la familia, así Arkin pasará a convertirse en la única oportunidad de esta, lástima que The Collector sea un asesino despiadado y muy concienzudo, el cual ha plagado la casa de trampas mortales.

He de empezar diciendo que a mi la saga Saw no me acaba de convencer, ni ahora ni nunca, pero si la agradezco el haber ayudado a crear el torture porn. Un género bastante visceral del cual vemos bastantes elementos en esta producción. Producción que destaca sobre la media por diversos elementos, la dirección es correcta, para tratarse de un director novel las decisiones tomadas son bastante acertadas, un diseño de producción muy potente, gran fotografía y sonido, un guión tramposo pero muy efectivo, algo que pocos logran. Es mas habitual realizar trampas sin mas pero sin querer hacer o decir algo con ello, aquí se nota que Marcus Dunstan es primero guionista y luego director, algo que agradecer. Además no le hace ascos al gore, es mas, como buen torture porn, tenemos niveles muy elevados, con planos desagradables y muy realistas, todo un lujo.

Porque si bien esta película no me llamaba especialmente, después de vista he de reconocer que me ha gustado, y mucho. Todas sus trampas me han cautivado, su estilo por momentos denso por otros atropellado pero siempre manteniendo, o tratándolo, una personalidad propia, aunque bastante deudora de las citadas Saw y Feast, con unos personajes que cumplen su función. Arkin, interpretado de forma solvente por Josh Stewart, es un antihéroe con todas las de la ley, y aunque he de decir que su perfil me parecía muy pobre en ciertos momentos, en líneas generales cumple para con la producción, que es lo principal de todo. Lástima de la cantidad de licencias que se permiten con él, ya que es un sufridor nato capaz de aguantar torturas tanto físicas como mentales sin parecer que estas le debiliten. Aunque siendo serios todo el género del Survival hace lo mismo y con una mujer como la pobre víctima, que aquí, por una vez, es un hombre el que trata de sobrevivir.

El killer tiene un estilo y un carisma muy conseguido por Dunstan, que puede crear otro nuevo killer que nada tenga que envidiar a Jigsaw, a mi hasta me atrae mas. Aunque es cierto que últimamente han aparecido otras cintas con personajes similares, en apariencia, como Watchmen, 2009, y su Rochard, o Franklyn, 2008, entre otras tantas.

Otro aspecto muy destacable es la cantidad y espectacularidad del gore, siendo este muy realista, sádico, violento, bien organizado y mostrado durante el metraje. Algo que dice mucho y bueno de Dunstan, y aunque es muy deudor de las películas mas reconocibles de el actual torture porn, como puedan ser Saw, 2004, y Hostel, 2006, logra destacar por méritos propios.

De hecho hay escenas de torturas que se nos quedarán grabadas durante días debido a su crueldad y buen hacer, aunque haya otras que sean demasiado increíbles, como la de los bichos que introducen en el cuerpo de un Arkin que parece un superheroe de todo lo que aguanta.

El tramo final es muy potente, lástima que se excedan en las licencias sobre la fortaleza de Arkin, como ya comenté. Pero en líneas generales todo lo que vemos, muy buena la incursión de la trama relacionada con la niña y el amor paternal del propio Arkin, al cual solo le queda eso, cumple y deja, como es de esperar, las puertas abiertas a una continuación, que espero con ganas.

Muy interesante largometraje deudor de la saga Saw, no obstante sus responsables parieron esta como precuela de la misma, pero a la cual la han sabido dar una personalidad propia suficientemente buena como para poder realizar mas secuelas. Parece ser que ya se está preparando su continuación, y es que este The Collector puede ser un killer que nos proporcione buenas horas de sadismo y violencia, a mi me ha gustado mucho mas que el sobre valoradísimo Jigsaw. Ahora a esta película solo le falta algo, buena distribución internacional, la cual le auguraría unas buenas recaudaciones ya que este tipo de cine está de moda, y esta destaca por méritos propios. Dunstan tu debut es muy sobresaliente, enhorabuena.

Óscar Arias