Crítica- HillBilly monster (2003)

“Última, y peor, entrega de las aventuras de Jan-Gel”

Dirigida nuevamente por Conrad Brooks, ya sabéis uno de los gurús del cine Z. Y contando con actores desconocidos, se embarca en esta última entrega de la serie Jan-Gel, aunque aquí disfrutamos con los quehaceres de su hijo, que no tiene nombre. Bueno, Billy le acaban llamando, pero como si nada.

La sinopsis vuelve a ser una traducción, reducida, del DVD. Solo decir que Brooks, esta vez se llama Dirty Harry, es llamado de nuevo para buscar a un monstruo que se escapó de una feria ambulante de freaks. Y que pronto dejará de buscarle centrándose mas la acción en el Doctor, sus ayudantes y el como conseguir que Billy pueda vivir por si mismo. Y hasta al final Jake, el dueño de la feria, dejará a su suerte a Billy, por las heladas montañas de Virginia.

La màs larga, y para mì peor entrega de esta serie, que fue perdiendo fuerza con cada entrega. El guión es inexistente, y lo poco que tiene es muy malo. Aunque hay que reconocerle ciertos puntos de comedia muy acertados, y otros tantos detalles freaks. Pero aun así la cinta se hace lenta, y por momentos insoportable, aunque no usè el mando. Que valiente, jajaja.

Aparte que “Billy” aparece en contadas ocasiones y nunca ataca a nadie. Buenísimo el momento en el que descubren que es hijo de Jen-Gel, de nuevo en la cinta lo escriben así, y un mono. Casi nada.

Además hay muchísima paja, y textos sin sentido que no aportan nada a la cinta y por momentos parece estar viendo un drama. Que por momentos es lo que es, ya que el doctor y sus dos ayudantes se preocupan demasiado por ese monstruo y poder educarle para que viva tranquilo en las montañas.

Quizá el bueno de Brooks recibiese dinero para hacer esta tercera parte, y la mas larga, dura 80 minutos, porque es un sinsentido.

La última de la saga de Jan-Gel y la peor, realmente solo la primera tiene algo especial, cada parte posterior pierde el norte y el sentido convirtiéndose en productos menores. Una pena ya que este cavernícola inspirado en Thor Johnson podría habernos dado buenos momentos de caspa, pero Brooks se fue perdiendo en planos sinsentido y guiones nefastos, una pena. Menos mal que hay otros productos de la misma época de Brooks mas interesantes.

Óscar Arias