Crítica- La pirámide (2014)

“Mezcla de géneros que no acaba de arrancar con malos, y pocos, CGI y una floja dirección”

Grégory Levasseur, guionista de cabecera de Alexander Aja, que le produce esta cinta, por cierto, y responsable de los libretos de “Las colinas tiene ojos”, “Reflejos” o “Alta tensión” da el salto detrás de las cámaras para rodar un guión que no es propio, pequeña sorpresa, ya que pertenece a la dupla Daniel Meersand y Nick Simon, responsables del thriller “Removal” de 2010.

El elenco está formado por un pequeño número de actores, donde cabe destacar la presencia de Ashley Hinshaw, vista recientemente en “Chronicle” en 2012 o “+1” en 2013 y de Denis O’Hare, veterano actor al que se ha podido ver en “La legión del águila” en 2011 o en las series “True blood” y “American horror story” más recientemente.

Pues estamos ante otro falso, y tramposo, found footage, que no mockumentary (falso documental) como leí por ahí. Y es que las ansias de sorprender hacen que muchos directores usen falsas técnicas de rodaje. Así en esta ocasión tenemos un película donde, visualmente, vemos la cámara al hombro de un cámara de TV entremezclada con la historia grabada de forma más tradicional. Lo cual no nos da un found footage, ya que no lo es, pero Levasseur sí usa ese estilo cinematográfico en diversos momentos, y, como cabe de esperar, en la escena final. Sí, la enésima copia de “La bruja de Blair”, “Rec” y demás.

Además siempre usa el mismo formato, no sé si creería que no nos daríamos cuenta de la enorme trampa… o, seguramente, lo hizo porque le dio la gana, sin más.

Pero entremos en lo que nos ofrece esta cinta. Estamos ante una especie de mezcla de cintas de maldiciones egipcias, pero nada que ver con Momias, o quizá sí, y survival. Y es que nos encontramos con un grupo de científicos que se meten en una pirámide que acaban de descubrir, de solo tres caras, cuando les han cerrado el grifo de la investigación desde la Nasa debido a las revueltas en Egipto. Hasta aquí todo bien, nada original, y ni falta que hace, pero todo bien.

Lo malo comienza a producirse una vez nuestro grupo entra en la pirámide y las trampas, cinematográficas, hacen su aparición. Porque las trampas de la propia pirámide me parecen correctas, aunque nada llamativas ni impactantes principalmente debido a una sosa dirección. Ya que momentos tensos, y con posibilidades, tenemos varios, que pasan sin mayor pena ni gloria. Así los monstruitos, de los cuales poco se sabrá nunca, pasan algo desapercibidos, y daban mucho juego.

Al igual que la propia desesperación de los protagonistas, que es un quiero y no puedo y en ningún momento provocan sensación de claustrofobia, que sería lo suyo. Además, muy poco creíbles la mayoría de interpretaciones.

Aparte tenemos una fotografía que abusa de los oscuros, especialmente cuando entramos en la pirámide, y un montaje donde no se diferencia el cambio de cámara, como apunté anteriormente. Solamente intuimos que la que usa el cámara es la que se mueve de forma más mareante, lo cual dejaría a ese “profesional” en un pésimo lugar, por cierto.

Así que solo nos queda ir viendo cómo va la matanza, o qué sorpresas nos depara Levasseur. Y si bien tenemos monstruitos, trampas, y un laberinto en forma de pirámide, la sensación continuamente es de “esto no avanza”. Porque se repiten situaciones y los personajes van cayendo de forma demasiado lenta y poco convincente. Especialmente destacable en este punto la muerte de Sunni, la periodista, que daba para muchísimo más. Aún me pregunto que pretendía el director al mostrar a los monstruos en una escena tan oscura, con tantas licencias, y con tan poco ritmo, ni hablar de tensión por cierto.

Así llegamos al tramo final, donde, de repente, todas las explicaciones que se han ido dando, al leer los jeroglíficos, nos llevan a un final donde tenemos un monstruo divino, creado por ordenador, que es bastante chapucero. Además, que los ecos a “Rec” son muy alargados, en muchos momentos. Una es sobre una infección zombie y otra sobre una maldición egipcia. La una tiene un ritmo endiablado y la otra está parada constantemente, casi sin pretenderlo. Y es que copiar alguna que otra escena, o plano, no sirve de nada sin empacar el resto de asuntos.

Además los actores quedan bastante retratados. Si bien sus perfiles no dan para demasiado, las distintas interpretaciones dejan mucho que desear, aunque no hay sobreactuación, algo que agradecer.

Y por si fuese poco el gore, que al menos tenemos, tarda en aparecer, y cuando lo hace es de forma tramposa. Aunque esa forma de arrancar un corazón es interesante, pero está tan vista que en esta “La pirámide” queda algo cutre, más aún viendo al monstruo de marras, creado de forma digital y muy barata..

Y en el tramo final ya Levasseur pierde los papeles y realiza diversos finales, a cual más tramposo, y que no funcionan demasiado bien. Así hasta llegar al, ya clásico, final, con escena de sustito incluida. Y que este señor haya escrito los guiones que ha escrito..

En definitiva, un título menor que mezcla el found footage, el survival, y las maldiciones egipcias, al que le falta personalidad propia y valentía, mucha. Puedo aceptar las licencias, si estas tienen un sentido, y puedo aceptar guiones flojos si la cinta ofrece ritmo, dinamismo, o algo. Pero si todo va tan de a poco, donde parece que ni el director sabe por dónde seguir, pues vamos mal.

Al menos se puede ver sin dificultades. Esperemos que el próximo trabajo de Levasseur detrás de las cámaras cuente con un guión propio que sepa defender correctamente.

Óscar Arias